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Opinión

22 de Mayo de 2019

Matías Bize: “Para mí la misión de un director es intentar cambiar el mundo”

Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Matías Bize junto a los actores dominicanos de la película "En tu piel" que se acaba de estrenar en Chile. En una entretenida conversación en el hotel donde se estaban alojando hablamos de esta película que es una coproducción con República Dominicana, y una nueva versión de la exitosa película "En la cama".

Galia Bogolasky
Galia Bogolasky
Por

Por Galia Bogolasky

¿Cómo surge la idea de hacer el remake en República Dominicana?

Me llegó una invitación de dos productores dominicanos, Elsa Turull de Alma y Humberto “Che” Castellanos que son dos productores súper importantes en República Dominicana y ellos me invitan a hacer un remake dominicano de En la cama (2005). Esa es la invitación que yo recibo, y yo les contrapropuse que hiciéramos una película nueva, distinta. Quizás podríamos mantener una pareja de amantes en una única locación. Pero yo estoy 13 o 14 años más grande que cuando hice En la cama, entonces quiero hacer una película distinta. Más adulta, más madura. A ellos les encantó y dijimos vamos adelante. Para mí era mucho más motivante hacer una película nueva y empezamos desde cero con una nueva historia. Contacté a Julio Rojas, que es el guionista de mis películas, y empezamos pensando en una historia de amantes también, pero el gran desafío que nos pusimos era que se viera muy real, que ojalá al espectador se le olvide que está viendo una película, que no se vean los hilos del director o de la producción, que fuera muy orgánica. Primero, en lo físico, en estos encuentros sexuales y luego en cómo derivan en los encuentros más emocionales. El primer desafío, que se viera muy de verdad como si uno estuviera mirando a través de un hoyito los encuentros de estos amantes. Y luego, no juzgarlos. Nos parecía super interesante quererlos como amantes, pero también querer a sus parejas. O sea, los cuatro personajes de la película, los dos que aparecen y los dos que están fuera, los tratamos con mucho cariño. Son todos personajes super queribles. Las parejas de ellos, el que está casado con el personaje de Eva, es un tipo que pospone su vida familiar y es un personaje adorable. Y la esposa de Josué, es una profesora que trabaja con niños, super querible. Queremos a todos nuestros personajes, los defendimos a los cuatro y además defendimos mucho la relación de estos amantes sin juzgarlos.

¿Cuál crees que fue el mayor salto o diferencia con la película En la cama?

Es una película más adulta. Me parece que, En la cama, como es en una noche, es un amor mucho más adolescente, mucho más apasionado. Y acá es un amor que se va desarrollando en el tiempo. En ese sentido siento que son diferentes. Obviamente me van a preguntar mucho por la relación con En la cama, pero yo creo que tienen mucho de todas películas. Tiene mucho de La vida de los peces, tiene mucho de la profundidad de La memoria del agua“. En ese sentido creo que es una película “hermana” de todas mis películas.

¿Cómo fue el trabajo con el equipo dominicano?

Es la segunda vez que ruedo afuera, pero todas mis películas tienen una parte internacional. En la cama hice toda la postproducción en Alemania, después con La memoria del agua escribimos una parte en Berlín, y la post producción se hizo en gran parte en Argentina. Las películas tienen su parte internacional, a veces estoy afuera de Chile, en algún momento de la película, y eso también se siente. Lo bueno de llorar es unapelícula que rodamos en España y ésta la rodamos en República Dominicana. Es una experiencia increíble por la confianza que me dieron mis productores, de trabajar con total libertad creativa, de proponerme también un equipo técnico increíble, desde el punto de vista de sus capacidades, su desarrollo técnico, un equipo de primer nivel. Y luego un equipo humano increíble. Porque era tan difícil lo que pasaba delante de la cámara, que necesitábamos que la gente que está detrás de cámara tenga esa misma conexión. Que todos estemos hablando y sintiendo una película como propia, con esa delicadeza. Luego, además, tuve la suerte de tener un equipo donde gran parte de mis colaboradores oficiales, con los que he trabajado siempre, también están en esta película.

Julio Rojas y Arnaldo Rodríguez, que es el director de fotografía. Vale Hernández, que es la montajista. La post producción la hicimos en Chile en Filmosonido. Entonces, tenía muchas cosas con las que yo me sentía muy cómodo: un super buen equipo técnico dominicano, y un gran equipo técnico chileno. Y después, mucho tiempo. Que es algo que pedí cuando llegamos a este acuerdo de hacer la película, porque íbamos a necesitar mucho tiempo. El guion lo trabajamos cerca de un año con Julio Rojas hasta que llegamos a un guion en que dijimos “esto nos encanta, funciona super bien”. Y luego mucho tiempo para ensayar. Yo me fui dos meses antes, y no es habitual para una película tener ocho semanas de ensayo todos los días, super intensos. Y después rodar en cuatro semanas, también es un rodaje super intenso, pero super tranquilo porque teníamos mucho tiempo para desarrollar cada escena, entonces grabábamos una o dos escenas por día. A veces había incluso escenas que las podíamos hacer en dos días, y eso nos permitía llegar a una mayor profundidad, que era lo que quería de la película. Además, lo más importante es que tuvimos dos tremendos actores. Porque la película descansa en ellos. Yo pude viajar un año antes a República Dominicana, hicimos un casting super exhaustivo, vi a muchos actores, y finalmente llegamos a Josué y a Eva porque necesitaba dos tremendos actores, que se pusieran la película al hombro. Es una película super difícil, parece muy fácil porque es muy pequeñito lo que hacen, es muy sutil, pero tenían que ser tremendos actores. Tenía que haber una química importante entre ellos, y una química conmigo también, que nos entendiéramos. Y ellos realmente se tiraron a la piscina. Se entregaron absolutamente y eso hace que sea muy fácil el trabajo. Muchas veces los directores les escondemos cosas a los actores, les damos una indicación sin que lo sepa el otro, como para armar distintas dinámicas. Pero acá, lo que hicimos fue muy transparente, y finalmente los tres entendimos la película igual, y eso también pasó con la montajista y el director de fotografía, todos estábamos hablando de la misma película. Entonces todas las propuestas actorales, de detalles o de sensaciones en cada escena, fueron super acorde con lo que estábamos haciendo. Porque los tres entendíamos la película de la misma forma.

Cuéntenme cómo fue la experiencia para ustedes de trabajar con Matías. ¿Cómo fue el proceso de hacer esta película?

Eva: Fue maravilloso, definitivamente maravilloso. Cada actor siempre está esperando ese proyecto en que uno hace clic o que uno está esperando. En tu piel fue justamente eso para mí. Era el proyecto que estaba esperando, porque te lleva hasta el final, nos sacaron de nuestra zona de confort, en el sentido de que era muy pequeñito y muy íntimo, porque la película es muy difícil. Es una película donde es más importante lo que no se dice que lo que se dice, y era muy importante, como dice Matías, hacer que estos personajes sean queribles. Generalmente es raro que se cuenten estas historias desde el punto de vista de los amantes, siempre se cuenta desde las parejas, entonces es un desafío hacer que estos personajes se vean queribles. Transmitir todo eso es una experiencia que logramos por el tiempo con el que se trabajó. Y Matías es un gran director, de verdad. La dirección es muy importante para lograr un trabajo tan delicado. Muy determinado. Eso es muy importante para el actor. Entender y estar claro en lo que tiene que hacer. En el tiempo que trabajamos, también estuvo Arnaldo Rodríguez, el director de fotografía, en los ensayos con nosotros por ocho semanas. Eso hizo que nosotros nos sintiéramos muy en confianza y muy en sintonía, tanto con Matías como con el director de fotografía, que era muy importante en este caso. Porque en En tu piel la cámara puede ser un tercer personaje, es el espectador que está ahí en aquel departamento. Entonces era muy importante sentirnos también cómodos con esa persona que está ahí con la cámara. Siempre recuerdo que era Matías el que estaba cerquita de la cámara, cerca de los actores, la cámara también cerca de los actores, en muchas ocasiones, la mayoría. Nunca nos sentimos incómodos. En el tiempo que duramos trabajando, logramos una química actoral, muy bonita. Una amistad muy bonita. Teníamos un crew muy pequeño, que fue seleccionado con el mismo cuidado con que fueron seleccionados los actores. Entonces hubo una calidad humana muy bonita. Una cosa muy especial fue ver cómo estaba la gente de Chile y la gente de República Dominicana, y todos entendíamos muy bien lo que teníamos que hacer, todo fluyó de manera natural. Para mí hay un antes y un después de En tu piel. Fue un reto. Generalmente, los trabajos que me habían llegado anteriormente eran muy parecidos a lo que he hecho en mi trayectoria como modelo. Y esta fue una oportunidad de quitarse todas las máscaras, de olvidar toda la parte física. Y creo que eso también lo vive el espectador cuando ve la película. Incluso ni sentíamos que estábamos desnudos en ningún momento, porque estábamos tan enfocados en la parte emocional que todo lo físico pasó a segundo plano. Fue un viaje muy lindo de trabajar.

Josué: Como actor fue una experiencia increíble, algo completamente nuevo para mí. Yo tenía experiencia en cine con directores dominicanos, y la construcción de los personajes la realizaba de la manera que conocía. En este caso, fue totalmente diferente. Matías tiene una manera muy diferente y muy particular de trabajar con sus actores. Y más en este caso En tu piel, como dice el título “piel”, en la forma en que llegamos a Manuel y Julia, fue una forma totalmente diferente de cómo anteriormente yo estaba acostumbrado a hacerlo. Como dice Matías, no se trataba de agregar o ponerle cosas al personaje, al contrario, era de ir quitando y llegar a la esencia. A la esencia sensible de nosotros, simplemente era fluir, fluir en lo sensible. Llegó un momento en el rodaje, esta película se ensayó bastante, en que nosotros hicimos estudios de mesa, analizamos el guion y llegamos a la misma conclusión, los tres llegamos a un mismo lenguaje. Y cuando empezamos a ensayar, y luego en la filmación, yo no sabía si estaba actuando o si estaba viviendo simplemente, creo que fue eso, estaba viviendo. Para mí fue una escuela. Matías fue un maestro para mí. El me enseño otro tipo de actuación, otro tipo de trabajo, eso es lo más lindo que me llevo de esta experiencia de En tu piel. El trabajo con Eva fue increíble también. Fue una gran experiencia.

Eva y yo nos conocíamos, pero no habíamos tenido interacción. Nos conocíamos de lejos, nos admirábamos, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de actuar juntos. Fue increíble porque la primera interacción entre nosotros fue en el casting, la química que se dio entre nosotros, como si fuéramos almas viejas conocidas de otra vida. En esta ocasión nos encontramos. Fue increíble desde el casting, a partir del casting fuimos desarrollando una amistad muy bonita, encontramos muchas cosas en común que nos ayudaron muchísimo en el proceso de trabajo, y luego en el rodaje, hoy en día somos muy buenos amigo, casi familia, igual que con Matías. Matías no es un director con el cual uno pueda relacionarse solamente profesionalmente, uno lo conserva como un gran amigo, él lo dice mucho, que no busca solo a actores que puedan hacer bien el trabajo, sino que personas con las cuales se pueda sentir cómodo y se pueda sentir en confianza, y se pueda desarrollar una amistad. Fue una experiencia increíble.

Matías, a propósito de que mencionaste el tema de la dirección de actores, en general te caracterizas por involucrarte mucho en la dirección de actores, siempre la haces tú. ¿Cómo fue en este caso como trabajaste en ese aspecto?

Trabajamos mucho, como era una película tan difícil, tuvimos mucha preparación y eso nos hizo llegar muy cómodos al rodaje. Fue un proceso super gradual donde arrancamos con un trabajo de mesa, leímos mucho el guion, lo conversamos, compartimos qué cosas nos pasaban, vimos que ellos se sintieran cómodos con los textos, pero ese momento lo pasamos bastante rápido porque me gusta prontamente pasar a la acción. Empezamos a ensayar en diversos lugares, en un living, en la cocina, dependiendo de las escenas que teníamos, y esos ensayos los iba grabando con dirección de fotografía, eran ensayos en que hacíamos una pasada, luego conversábamos, descubríamos cosas. No era por intentar fijar nada, sino que era para que ellos sintieran el proceso de cómo era la escena y fuéramos descubriendo cosas también, sintieran la experiencia de la escena, y así lo hicimos con toda la película, las escenas de sexo también, las ensayábamos, las grabábamos. Entonces esta gradualidad de hacer la película de a poco nos permitió que el primer día de rodaje, arrancáramos con la primera escena, porque la película la rodamos cronológicamente, es algo que intento pedir siempre y muchas veces no se puede, porque eran los únicos actores, una única locación, entonces filmamos la película en orden. Eso significó empezar el día uno con una escena de sexo, a los leones, clímax, acción, y parte del equipo técnico, que no participó en los ensayos, pensaron “estos chicos se tiran a la piscina el día uno”.

No había que hacer un gran trabajo de construcción de personajes “estén ellos, que también olviden lo que hicimos en los ensayos, preparados y muchas cosas en la cabeza”, la idea era volver atrás, volver a olvidarse y estar ahí, estar ahí de verdad, sintiendo, diciendo esos textos. Haciendo esos silencios, que están super cargados, porque no se dice lo que se quiere decir, lo que se está pensando, lo que se está sintiendo. Además, como se rodó en orden, la película parte más superficial, son dos desconocidos, parte mucho más sexual, y a medida que la historia avanza se va poniendo más profunda, más íntima, y también eso nos servía porque íbamos ganando horas de rodaje. La segunda semana fue más profunda, y así la tercera semana, la cuarta semana, estábamos todos involucrados, pero también como equipo, también había un amor del equipo, ellos se fueron enamorando, pero el equipo también se fue enamorando, todo el equipo técnico sintió eso y el día final, que es la despedida de los personajes, también es la despedida de nosotros como equipo, entonces también hay una tristeza colectiva detrás de la cámara y eso ayuda a lo que pasa adelante. Este enamoramiento y después la separación era lo que estábamos viviendo todos detrás de cámara también.

Eva: Recuerdo que el crew decía que estaban viendo una serie, y que todos los días iban a ver un capítulo, querían saber lo que iba a pasar al día siguiente, y eso era super interesante. Como dice Matías no solamente la parte emocional en las escenas dramáticas, sino que en las mismas escenas de sexo se ve una evolución, parte de algo más físico y carnal a algo donde se van involucrando sentimientos, fue muy lindo hacerlo en orden cronológico.

Matías: Son dos cosas, afortunadamente ensayamos y coreografiamos todo, está super ensayado previamente, los ensayos que también fueron grabados, esa coreografía se fue armando en los ensayos, esos ensayos nos sirvieron para armar las coreografías de las distintas escenas de sexo, y ya en el momento de rodaje era ejecutar, pero luego ellos tienen que sentir, entonces por un lado te diría que son escenas más fáciles porque son más coreográficas, pero por otro lado tienen que pasar cosas para que la escena resulte erótica, tiene que haber erotismo en el set también. Asimismo, cuando se están mirando y hay una escena dramática, donde a ellos les están pasando cosas, en una escena erótica también tienen que pasar cosas, me contradigo porque por un lado es una coreografía super armada, super fría, y por otro lado el que ellos sientan. Eso también tiene que provocar un erotismo que tiene que estar en el set. Hay espacio para improvisar y dejarse llevar.

Josué: Pienso que el espacio está en la mente, en nuestro cerebro. Eva y yo tuvimos la oportunidad de conocernos bastante, y, por ejemplo, el subtexto, lo que nosotros llevábamos por dentro era tan importante como lo que se decía o hacía. Eso es lo que se ve más bonito, sobre todo en esas escenas, que nos conocíamos bastante bien, y teníamos una sub-línea, una sensación, un sentimiento interno que nos hacía ver las escenas de sexo de una manera mucho más natural.

Eva: Por ejemplo, en la parte puramente física y coreográfica estábamos muy atentos a las indicaciones de Matías, que estaba muy cerca. Decía lo que quería en cada momento. Era muy importante transmitir lo que los arrastró hasta ahí, que era ese vacío existencial que llevaban dentro, era muy importante transmitir eso en medio del acto, porque algo los llevo hasta ahí, porque ellos estaban en esa relación tratando de llenar un vacío; surge el enamoramiento, eso tenía que sentirse no solamente la parte dramática, sino que también en las relaciones sexuales, era muy importante encontrar ese punto, algo sutil y muy difícil que no se viera totalmente carnal pero que se viera crudo, que se viera real.

Josué: A lo que le tengo más miedo como actor es a la risa en el set, cuando tienes escenas en que te tienes que reír porque muchas veces se puede ver falsa cuando no es real. Eva y yo teníamos un código, yo sabía que con una mirada poder hacerla reír y viceversa, y eso fue bonito porque lo que dio a entender fue que nosotros teníamos un alto nivel de conexión interna, no solamente las risas.

La escena del baño es super fuerte, si era o no una violación, da una sensación super violenta, pero a la vez muy emocional, dramática, ¿cómo fue para Uds. hacer esa escena?

Eva: Matías deja que el espectador saque su propia conclusión de esos momentos en la historia. Se puede entender como una violación, pero también se puede entender como un momento de desesperación, donde cada uno de ellos quiere tomar las riendas de lo que está pasando en sus vidas, ellos quieren estar juntos, pero no pueden. Tienen una relación en la que se aman en ese momento, pero no tienen control sobre el otro, ninguno tiene el derecho a exigir nada, ninguno tiene el derecho a poner límites, entonces llega ese momento dónde se desesperan. Él quiere tomar control sobre ella y luego ella quiere tomar control no solo control sobre él, sino que sobre ella misma. Fue muy bonito plantear eso a través del acto del sexo, ese deseo de querer tener esa persona y saber que no la puedes tener.

Matías: Era como una doble violación, él la violaba a ella y luego ella a él. Me pareció interesante ese vuelco de la escena, si no creo que la escena se quedaba coja, vemos que los dos están en la misma situación, uno toma el poder sexual, luego el otro toma el poder sexual. Yo creo que fue una de las escenas más difíciles, ahí si estaba lo que mencionaba, muy sexual, pero muy cargada, muy cargada de todo lo que les estaba pasando en ese momento en que están quebrando la relación. Físicamente, Eva terminó con la espalda roja, no era maquillaje, esa escena la habremos hecho 20 veces, y había que esperar que pasara lo rojo del cuerpo.

Eva: Ahí podemos recordar que hay momentos en que, si está la parte coreográfica, pero también se toman decisiones. Me acuerdo de que ese día tratamos de hacerlo puramente coreográfico, para estar seguros de los movimientos, porque los espacios eran bien cerrados, y también por la seguridad, estaba todo muy seguro y muy cuidado. Llegó un momento en que dijimos “está todo muy esquematizado, vamos a fluir, vamos a hacer la coreografía, pero fluyendo”, y por eso las espaldas rojas, porque era necesario el instinto, se hizo tal cual la coreografía, pero sin miedo al esquema. Al final resultó.

Josué: Todo fue ensayado, todo fue ensayado de las dos maneras, coreográficas primero y luego sueltos, así mismo lo hicimos en el rodaje también.

Eva: Si no salía así era muy fácil que se juzgara a los personajes, que se le juzgara a él o que se le juzgara a ella, cómo se hace este momento, y que ellos terminen siendo queribles todavía, luego de un momento así, que se entienda, que vuelvan a verse con cariño igual, aunque haya pasado eso.

Matías: Es una escena sin cortes, grabada de corrido, yo no podía decir “corten, voy a mover la cámara”, está grabada de corrido en un plano secuencia, eso también implicaba un riesgo de poder seguir hasta el final, porque no podía hacer una escena como un plano, pero nos parecía que tenía que ser de verdad más cruda, tenía que sentirla, y eso tenía que ser en el proceso.

Matías, cuéntame sobre la música que es muy importante en tus películas.

Es super importante para mí lo musical en las películas, toca una tecla que es muy difícil de hacer sin la música, esa tecla emocional. Mis películas tienen mucha música, La Vida de los Peces, La Memoria del agua tienen un estilo de música que me enorgullece mucho, que es reconocible. La música es de Diego Fontecilla, que hace la música de mis películas. En esta película la música la hizo Andrés Herrera que es un músico dominicano, pero lo que sí hizo fue mantener mucho el estilo de la música de mis anteriores películas, es como una cita a la música de La vida de los peces, porque quería que la música también dialogara de una película a otra, y en ese sentido hicimos un trabajo, al igual que en las otras, donde la música nos ayudara con la emoción, nos ayudara a llegar a lugares que sin ella era muy difícil llegar. Hicimos un trabajo musical super arduo porque es una película muy pequeñita, que tiene una composición musical muy delicada, que va entrando de repente, no te das cuenta y están sonando los violines, los chelos muy fuertes. De repente no te das cuenta y la música está sonando muy fuerte, eso viene desde la composición, y luego desde la mezcla de sonido. Me gusta que la música de mis películas sea súper reconocible. Eso tiene que ver con el trabajo que he hecho con Diego, mi hermano, y ahora el trabajo que hizo Andrés de mantener este estilo musical.

La escena del audífono, la encontré increíble. Cuéntame sobre esa escena.

Esa canción se llama Las nubes de Arranquemos del invierno. Él hizo la música para La memoria del agua, la música que está al final en los créditos, también con Pablo Álvarez, que es de Concepción. Es una música muy emotiva. La escena empieza realista, se empieza a escuchar con el efecto de que se está escuchando en el audífono, luego la música sube, y ya nosotros estamos escuchando lo que están sintiendo en sus cabezas.

¿Cuál fue el mayor desafío para Uds.?

Matías: Hacer una película que emocione, que conmueva, que permanezca en el espectador, eso era lo que yo quería hacer, afortunadamente se logra. Para mí la misión de un director, o de una película, es intentar cambiar el mundo a través de una película. Es una aspiración gigante, pero súper valida, hacer una película que invite a reflexionar sobre muestra propia vida, que sea una hora y media de emocionarse, de sentirla, que esa película sea como una semilla y que permanezca en el espectador, que envuelva, que aparezca días después, que invite a preguntarse cosas, que haga reflexionar.

Eva: Mi mayor reto como Julia fue que el público realmente entendiera y sintiera todo lo que ella estaba pensando y lo que estaba sintiendo, que era totalmente lo contrario de lo que ella decía, pero cuando habla de su vida personal, y habla de sus cosas, está diciendo todo lo contrario a lo que está sintiendo. Era súper importante que la gente captara eso, tanto sus silencios como cuando ella habla y que la gente la comprendiera y la quisiera en una situación así, donde generalmente se tiende a señalar. Para mí eso era un desafío bastante grande.

Josué: En tu piel fue como una carrera de relevos, porque fueron retos tras retos. Primero fue pensar en el desnudo, soy una persona muy pudorosa, y desde que me dijeron como era el proyecto, acepté. Luego, el desnudar el alma, sobre todo y la responsabilidad de llevar una historia, un personaje toda una película, toda la duración de la película solamente entre Eva y yo, llevar esa carga y lograr esos matices que van en evolución desde el principio, más frío en el comienzo hasta el final que es más denso, más pesado emocionalmente. Nunca había tenido la oportunidad de hacer algo así y desde que me plantearon la historia, cómo era esta película, para mí fue un reto.

Dirección: Matías Bize

Año: 2019

Guion: Julio Rojas

Elenco: Josué Guerrero Manuel, Eva Arias Julia

Producción: Elsa Turull de Alma, Humberto Castellanos

Dirección de fotografía: Arnaldo Rodríguez

Montaje: Valeria Hernández

Dirección de arte: Miguel Llorca

Este artículo fue publicado originalmente en Culturizarte, un blog chileno especializado en cultura. Si quieres ver contenidos culturales, visita www.culturizarte.cl.

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