Opinión
30 de Agosto de 2019Dejar para pasado mañana
Los habitantes de los blocks no solamente se enfrentan a problemas en las condiciones materiales de sus viviendas, sino que también a dificultades relacionadas con vivir en barrios periféricos, como lejanía de los lugares de trabajo, estudio y centros de salud.
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En Chile en vez de la máxima “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, prima otra: “no dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”. Esto pareciera ser el caso de algunas políticas sociales de vivienda. En los años 80, se construyó una gran cantidad de blocks para hacerse cargo del urgente déficit habitacional de ese tiempo. El problema, sin embargo, es que la calidad de las construcciones fue bastante deficiente y hubo un abandono de parte del Estado respecto a subsanar dichas irregularidades. Recién en el último tiempo se han reactivado esfuerzos sistemáticos para hacerse cargo de los problemas estructurales de estos blocks por medio del Programa Hogar Mejor o el Programa de Regeneración de Conjuntos Habitacionales del Ministerio de Vivienda (Minvu). Este último proyecto se encuentra en una etapa inicial, realizándose procesos de regeneración de blocks en comunas como Quilicura o Puente Alto.
Pero la práctica de “dejar para pasado mañana” tuvo consecuencias. Esta semana se publicó un estudio del Minvu acerca del estado de dichos blocks y la situación es muy preocupante: un 79,8% tiene algún grado de deterioro en sus techos, un 63,5% en sus redes eléctricas y el 67,6% en sus cañerías del agua potable. El tiempo no ha pasado en vano y las brechas que existen son urgentes de atender, sobre todo considerando que hay 356.904 departamentos de este tipo ubicados en general en comunas periféricas como Puente Alto, Maipú y San Bernardo según los datos del mismo ministerio. Además, en estas viviendas sociales habitan 1.136.000 personas según las estimaciones del Censo 2017. Es inconcebible que, mientras Chile aparece en la cúspide mundial por ser sede de la COP25 o por haber sido invitado al G7, se arrastren problemáticas sociales de larga data relacionadas con bienes tan básicos como tener una vivienda digna y acceso de calidad a agua potable.
El Estado tiene el deber de mejorar la calidad estructural de los blocks. Con esta finalidad, debe trabajar de manera sistemática y colaborativa con los vecinos y organizaciones sociales presentes en estos condominios, en donde existan compromisos y metas claras de cada parte de manera que las mejoras permanezcan en el tiempo. Pero, como sabemos, los habitantes de los blocks no solamente se enfrentan a problemas en las condiciones materiales de sus viviendas, sino que también a dificultades relacionadas con vivir en barrios periféricos, como lejanía de los lugares de trabajo, estudio y centros de salud. Es necesario que las instituciones estatales aprovechen este momento para hacerse cargo de todas las problemáticas sociales que experimentan las personas que residen en los blocks. Es hoy y no mañana ni pasado mañana cuando hay que gestionar lo urgente.
Por Gabriel Olave, investigador de IdeaPaís.