Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Actualidad

22 de Octubre de 2019

No compre más de la cuenta y cuide su plata: Desde la Vega le bajan tres cambios al desabastecimiento

En tiempos donde Cecilia Morel habla de restringir sus privilegios, el miedo a no tener que comer emerge de las cenizas de los saqueos a grandes supermercados. En la Vega, el día lunes se agotó la harina, la levadura y el arroz, pero Arturo Guerrero, vocero de los locatarios, hace un llamado a la calma, y a cocinar sólo lo que hay que cocinar.

Por

La Vega de Recoleta ha continuado sus actividades durante el estado de emergencia. Entre lunes y martes, la afluencia de público fue notoriamente mayor. Mientras la radio y la televisión muestra filas custodiadas por militares para entrar a algunos supermercados, el público de la Vega sale con cinco kilos de arroz y cajas llenas de productos. De hecho, el día lunes se agotó la harina y la levadura.

Daisy, 32 años, viene el día lunes a hacer compras para su familia. Su padre es diabético, y si no come, se descompensa. “Llevo papas, cebollas, lentejas, en general cosas que pueda guardar al menos unos días”, comenta. Sobre el estado de emergencia, dice que la tiene nerviosa. “Estoy estresada, los helicópteros me tienen mal. No sé lo que va a pasar mañana, y prefiero estar preparada. Hay muchas cosas que se pueden congelar”, opina.

Edith Vásquez atiende el Nazareno hace 23 años. Vende menaje de casa. Para ella nada ha cambiado, salvo el cierre adelantado por el toque de queda. “No, no, no, es que ahora por lo que estamos viviendo se cerró más temprano, pero eso es por la delincuencia”, dice. Salvo eso, Edith dice que atenderán de manera normal en la semana. “Hemos abierto todos los días, ayer se trabajó hasta las 5 de la tarde, normal. Todo normal”, dice.

Arturo Guerrero, vocero de la Vega, percibe que la gente está temerosa: “Mira, la Vega está funcionando lo más normal posible, pero por el mismo clima que se ha ido dando hemos restringido algunas horarios. Ha llegado mucha más gente, pero la gente sí está temerosa, hay una campaña del terror y la gente comenzó a adquirir más productos. Pero la Vega sigue surtiendo y es el colchón alimenticio de la ciudad”, comenta el vocero.  

Catherine es de las últimas en cerrar su local de abarrotes que arrienda hace un año. “Sí pues”, dice Catherine, “el estado de emergencia me dio miedo, obviamente”, comenta. En el estado de emergencia, la gente compra de todo y en particular productos no perecibles, y lo necesario para hacer pan. Catherine enumera los productos que se le acabaron el lunes: “No hay arroz, no hay azúcar, no hay fideos, no hay harina. Lo que más se vendió fue eso, y levadura”, cuenta. 

Eso pese a que la zona norte de Santiago no ha sido afectada por saqueos, pero sí por el cierre de algunos supermercados. “Está la Tirso Molina y la Vega Central, sí, y todas las ferias”, comenta Arturo, quien agrega que en esta época está en constante movimiento: “imagínate que en la noche hay dos mil, tres mil personas. Estamos en la época de la frutilla, el espárrago, la alcachofa, camiones que llegan normalmente tipín 4-5 de la tarde”. 

¿Se justifica el miedo al desabastecimiento? “No hay desabastecimiento en este momento” enfatiza Arturo, “lo que pasa es que se creó un clima de mucha efervescencia y un clima terrorífico, según algunos iba a desaparecer todo. Acá todos los días está llegando la producción así que no tenemos grandes problemas” aclara.

Un tema de logística

Día martes en la Vega. Ángela, 42, dice que con seis mil pesos compró cinco tomates, cinco naranjas, cinco papas, un ramo de acelgas, una manga de plátanos y cuatro zanahorias. “Lo encuentro caro”, comenta, “estuve a punto de comprar ocho alcachofas por dos lucas pero dije ¿y pa qué quiero comer tanta alcachofa? Me arrepentí, pero está difícil”, dice. Vecina de Recoleta, del sector de Avenida Perú que anoche denunció disparos de militares contra edificios, durmió bien pese a todo. “Estamos comprando cosas con mi pareja, igual tenemos miedo, pero también no nos queremos volver locos”, opina.

El audio de Cecilia Morel filtrado esta semana, aumentó la paranoia, y también la molestia de la gente. Al respecto, Guerrero opina que “es no entender lo que está pasando. Te vuelvo a insistir, uno debe ser muy coherente y responsable en lo que dice. Yo viví el año 73, y esa opinión de la primera dama en verdad me duele, yo creo que ella debe estar muy nerviosa, muy impresionada, pero debe ser mucho más cuidadosa en lo que dice, porque no está pasando eso, la demanda social es real, ha habido violencia y la reconocemos, pero la demanda social es la que tiene que ver con esto”, comenta. 

La Vega comienza a cerrar a eso de las tres de la tarde. Los locatarios arrojan sábanas sobre sus productos. Marcelo, vendedor de verduras, dice que la paranoia le ha beneficiado mientras espera un último camión que trae col y brócoli. “Lamentablemente es por los saqueos en los supermercados. La gente llegó en masa, se llevó de todo. Por un lado pa nosotros fue bueno, aunque lamentable que sea por esto”, dice. Lo que más vendió fue zanahoria, aunque se atreve a augurar que los precios van a variar, “porque no va a llegar la misma cantidad de camiones que llegan normalmente. Por ejemplo, antes llegaban diez camiones con lechuga, ahora va a llegar uno. Y ese cajón de lechuga que antes me valía mil ahora me va a costar siete lucas”, explica.

Para Arturo Guerrero, la mayor tranquilidad que puede darle a la ciudadanía es que la Vega no va a parar de funcionar. Por eso, recomienda a la gente no caer en el miedo a quedarse sin comer. “Yo recomiendo que la gente no compre más de la cuenta, que adquiera lo que requiere, no lo que no requiere, que la Vega va a seguir trabajando todo todos los días, que está a disposición del público, excepto en feriados irrenunciable, ¡y que la gente cuide su plata!, que la gente inteligente cocine lo que corresponde y lo que no corresponde, no tiene por qué cocinarlo”, remata.

Temas relevantes

#Abastecimiento

Notas relacionadas