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Opinión

7 de Noviembre de 2019

Columna de Andrea Bannach: Exijo dignidad

Andrea Bannach
Andrea Bannach
Por

La semana pasada una amiga de mi hermana que tiene una posición política completamente opuesta a la mía, me interpeló en redes sociales por el bombardeo de información que yo publicaba y me pedía cuál era, según mi opinión, la solución a esta crisis. Esta fue mi respuesta: 

“¿Bombardero?, No.. soy un ser humano de carne y hueso, y alma también.

Si te refieres a la información y opinión que publico en mi muro creo estar en mi derecho de libre expresión que, por lo demás, aún todos podemos tener.

Me pides la solución de esta gigante crisis, yo no soy gobernante ni erudito en temas de crisis, pero lo que te puedo decir es que, lo primero es ponerse de acuerdo, empezando por reconocer la tremenda desigualdad y no cooperar para siga sucediendo.

Los gobernantes deben escuchar lo que la ciudadanía exige: ¡Dignidad!

No es posible que más del 70% de la población no le alcance para cubrir los gastos básicos de vida, y tenga que endeudarse para poder comer.

La élite que maneja este país es el 1% y acapara el 33% de las utilidades.

Las personas que gobiernan y legislan este país no lo hacen para sus ciudadanos, sino para empresarios y multinacionales. Han vendido casi todo Chile y han contaminado nuestras tierras, aire y aguas.

No entregan educación de calidad (porque les conviene mantener al pueblo ignorante).

La salud pública en este país es vergonzosa, la privada es para desfalcar a cualquiera.

Lo primero y con urgencia es cambiar la Constitución creada en dictadura, donde se protege a los más ricos de nuestro país y que fomenta a que se siga abusando del pueblo, y que en esta inminente crisis hídrica, privatiza un derecho esencial de ser humano.

Porque efectivamente el actual texto constitucional deja fuera del marco de lo democráticamente decidible proyectos sociales y políticos que hacen sentido para la mayoría de la ciudadanía desde el retorno a la democracia. Eso explica por qué la mayoría de las discusiones políticas sustantivas terminan siendo decididas y definidas de la mano de abogados constitucionalistas y jueces del Tribunal Constitucional, de políticos de baja monta, corruptos en su mayoría, y no de la ciudadanía.

Es insólito que los mismos políticos, que más que una ayuda son parte del problema, sean los que aprueban las leyes, los que definan su propio sueldo y los sueldos mínimos. Es algo descarado.

Por lo mismo, también es intolerable que existan millonarias evasiones y corrupciones a manos de gobernantes, legisladores e instituciones que pertenecen y financia el Estado. Y que quede todo en una impunidad descarada.

Existen muchos temas que ver. En esta crisis se ha acentuado el vandalismo que ha existido y que ha destruido estructuras públicas y privadas, y que siempre dañan a la ciudadanía de clase media que es la que recibe el golpe más fuerte.

He visto también montajes de instituciones como Carabineros, que a estas alturas está con una aprobación bajo tierra, paradójicamente, por su prontuario delictual.

Ni hablar de las violaciones a DD.HH. y la intervención nula de la ONU , encabezada por una expresidenta que contribuyó a esta crisis y que sospechosamente suspendió la visita de tal organización.

Está también el lumpen, el segmento más destructivo de las marchas y la sociedad, donde se concentra la mayor parte de la delincuencia, este segmento viene de las vulneraciones más tremendas, niños por lo general abandonados que los insertan en centros del Sename donde son sistemáticamente maltratados y abusados, y no olvidemos por favor que estos centros son los encargados de la protección de derechos de los menores de edad y adolescentes ante el sistema judicial. 

Estos niños, que lo único que aprendieron fue violencia y que por lógica es lo que replican en este estallido social.

Por lo mismo, urge una ley de aborto seguro y gratuito financiado por el Estado, que no obligue a mujeres que no quieren, ni pueden, mantener ni dar amor a sus hijos y que abandonan a estos niños que entran al Sename.

Pero hay todo un fragmento de la población que se escandaliza y rechaza esta medida, porque son provida cuando está el individuo en su fase fetal pero después son promuerte cuando este mismo feto nace y crece (he escuchado a tantos decir que se deben matar a todos los delincuentes).

También el Estado no permite que estos niños ya nacidos sean rescatados de este infierno porque increíblemente es el mismo Sename el que regula y supervigila las adopciones de menores. Poniendo un sinfín de trabas para que un individuo, pareja hetero, ni hablar de pareja homosexual, pueda adoptar y entregar amor y cuidados a estos niños.

Así crecen y pertenecen al mundo delictual y destructivo. Habría que preguntarse a quién beneficia que se perpetúe esta barbarie.

Por eso urge una nueva Constitución para decidir si contar o no con métodos de anticoncepción de emergencia, si modificar estructuralmente nuestro sistema de pensiones, el sistema educativo o la previsión en materia de salud. 

Esto se ha traducido en lo siguiente: actualmente no basta ganar elecciones y aplicar el principio democrático y la regla de la mayoría para adoptar decisiones en estas materias, desde el momento que se requiere contar, no solo con la venia de quienes se oponen a las transformaciones, sino que también, con el visado eventual de los jueces constitucionales.

Mi deseos son tantos, idealistas algunos, justos otros. Yo quiero un mundo mejor, pacífico, sin tanta necesidad de crecimiento económico como se ha logrado hasta hoy a punta de abusos y destrucción  de nuestros bienes naturales, esa necesidad implantada de consumismo que está destruyendo por consecuencia nuestro planeta. Quisiera equidad social para todos, quizás sea imposible, pero es el mundo que quisiera.

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