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Actualidad

4 de Marzo de 2020

La potente carta que envió el padre Mariano Puga desde el hospital a los curas chilenos

Foto: Agencia UNO

Desde la comunidad de La Minga informaron que el sacerdote está "en agonía". Aún así se dio el espacio para interpelar a los sacerdotes católicos: "¿De qué vale la fe si no tiene obras?".

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A sus 88 años, el padre Mariano Puga redactó una potente carta donde interpela a los curas católicos del país.

Desde el Hospital de la Universidad Católica, donde se encuentra internado, el sacerdote reafirmó su compromiso con los Derechos Humanos y con familiares de “asesinados, presos políticos, enceguecidos, callados y encarcelados producto de la protesta social desde el 18 de octubre hasta ahora”.

“Durante estos meses habíamos tratado de comulgar con el cuerpo de Cristo, perdigoneado , dañado, mutilado, asesinado. ¿No era consecuente comulgar con el cuerpo de Cristo? (…) ¿Se justifica que solo dos presbíteros hayan acompañado a ese PUEBLO el día que denunciábamos su dolor? ¿De qué vale la fe si no tiene obras?”, cuestionó.

Según un comunicado publicado por la comunidad de La Minga, Mariano Puga en estos momentos se encuentra “en agonía”.

Revisa la carta íntegra a continuación:

Hospital UC, 3 de Marzo del 2020

Hermanos curas,

El pasado martes a las 10:30 hrs en las afueras del Centro de Justicia de Santiago, celebramos la Cena del Señor Jesús entre cientos de personas quienes soñamos un Chile distinto. En especial con los familiares de los asesinados, presos políticos, enceguecidos, callados y encarcelados producto de la protesta social desde el 18 de octubre hasta ahora. Hicimos también memoria de los carabineros heridos, de comerciantes y de gente de los vecindarios que han sido atropellados en sus derechos, de los que han sido atentados y violentados. “Todo lo que le hiciste a tu hermano más pequeño, a mí me lo hiciste” (Mt 25).

Al conocer la realidad sociopolítica de los familiares de las víctimas noté que muy pocos de ellos se sentían en comunión de Iglesia, aunque muchos admiran a Jesús y su mensaje. Esa es la primera impresión que me llevo. Nunca me había tocado la experiencia de una “Iglesia en salida” que exigía una improvisada catequesis de la Eucaristía para ese mundo.

El papa Francisco nos dijo: “la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino la fuerza para los débiles” y así lo repetí con todas mis fuerzas. La segunda impresión que me llevé fue ver la cantidad de personas que comulgaron el cuerpo y la sangre del justo, de Jesús de Nazaret.

Durante estos meses habíamos tratado de comulgar con el cuerpo de Cristo, perdigoneado , dañado, mutilado, asesinado… ¿No era consecuente comulgar con el cuerpo de Cristo?…. “quien come el Cuerpo de Cristo indignamente, come su propia condenación” (1 Cor 11, 27).

Con dolor me tocó percatarme que éramos solo dos los presbíteros quienes estábamos compartiendo la Cena del Señor con esa masa de gente. ¿Qué es eso? ¿Es esa la Iglesia en salida que nos pide el querido papa Francisco?

Después de tanta solidaridad compartida, con estos hermanos crucificados… ¿Se justifica que solo dos presbíteros hayan acompañado a ese PUEBLO el día que denunciábamos su dolor? “¿De qué vale la fe si no tiene obras?” (St 2, 14), ¿Con qué Cristo comulgamos?

Carta publicada originalmente en el Comité de Defensa y Promoción de DD.HH. de La Legua

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