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Música

2 de Octubre de 2020

La advertencia que le hicieron a Adam Lambert, el “sobrino adoptado” de Queen: “No imites a Freddie”

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En 2009, un joven de 26 años se presentó al programa de talentos "American Idol" con un sueño y una canción. El nombre de ese tema era "Bohemian Rhapsody" de Queen, una banda y, en especial, una voz que lo cautivó desde niño. Años después, su representante lo llamó para presentarle una propuesta: cantar en un concierto como el vocalista de Queen ante medio millón de personas. A pesar que solo tenía nueve días para prepararse, Lambert aceptó. Así, algo que en principio era provisorio, hoy lo transforma en el vocalista más estable de la banda, posterior a la muerte de su líder oficial, Freddie Mercury. Este viernes, Queen y Adam estrenan un disco con lo mejor de sus presentaciones en vivo alrededor del mundo.

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Cuando Adam Lambert aceptó la propuesta de Queen de ocupar el puesto de Freddie Mercury, tenía nueve días para preparar dos horas de concierto ante medio millón de personas, pero no dudó. “Me gustan los retos”, rememoró quien ha pasado de ser un reemplazo efímero al cantante más estable del grupo en décadas.

“Esto sigue siendo una colaboración y, al mismo tiempo, tengo la impresión de que soy parte de la familia, como un sobrino adoptado o algo así”, afirmó a la agencia internacional Efe, ante la publicación este viernes del álbum “Queen + Adam Live Around The World”, que recoge lo mejor de los cerca de 200 conciertos que han dado juntos por todo el mundo desde 2014.

Su encuentro era de esas cosas que tenían que pasar. Lambert nacido en Indiana, Estados Unidos, en 1982, y apenas tenía 9 años cuando falleció Mercury. Pero como muchos cantantes actuales de voz poderosa, creció intentando emularle, aseguró.

De hecho, en la audición que le dio el pase a “American Idol” en 2009 interpretó “Bohemiah Rhapsody” de Queen, y fue en dicho concurso que tuvo lugar su primer encuentro con la banda, capitaneada por Brian May y Roger Taylor.

Se trataba de un encuentro aparentemente inocuo, hasta que años después recibió una llamada de su representante ofreciéndole actuar con el grupo en directo.

“Inmediatamente le dije que sí y, según colgué, pensé: ‘¡Oh, no! ¿Voy a ser capaz de hacer esto? ¿Les gustaré a la banda y al público?‘. La primera actuación juntos iba a ser ante medio millón de personas en Kiev y solo tenía 9 días para prepararme dos horas de concierto, pero todo fue bien. Era un reto y a mí me gustan los retos”, recordó.

La consigna principal estaba clara por parte de May y Taylor. “Me dijeron muy claramente: ‘No imites a Freddie’. Y eso me dio luz verde para hacerlo a mi manera”, destacó quien poco a poco ha ido encontrando su hueco propio en el seno de la formación.

“Muy al principio pensaba en ellos como mis jefes, pero han sido muy generosos, yo he crecido a su lado y ahora estamos en un punto en el que si propongo algo, por ejemplo en los arreglos o el diseño de escena, me tienen en cuenta. También te digo que, si no fuese así, me parecería bien y me limitaría a decir: ‘¡Sí, señor!'”, reconoció entre risas.

Antes que él, otros como Paul Rodgers intentaron ocupar el vacío dejado por Mercury, pero solo Lambert ha aguantado tantos años en el puesto granjeándose buenas críticas por el camino a una misión que parecía imposible de partida. ¿Qué lo ha hecho posible?

“Una de las cosas que hace especial a Queen es esa mezcla de estilos que a mí me encanta. Respeto mucho a Roger y Brian y nos llevamos muy bien, lo cual es importante. En cuanto a Freddie, lo que más me gustaba de él, además de su voz, era su humor, que contara bromas en el escenario y tratara de pasárselo bien. Tenemos eso en común. Cuando eres un intérprete, tomártelo demasiado en serio no es lo más divertido para el público”, reflexionó.

Aunque no lo diga expresamente, no cabe duda de que el rango vocal y la enorme flexibilidad de su garganta también han tenido algo que ver. “Es un reto interpretar esa música, casi como un deporte atlético”, reconoció Lambert, que citó canciones que han sido un desafío por sus dinámicas enrevesadas, como “Who Wants To Love Forever”, “Another One Bites The Dust” o “The Show Must Go On”.

Ahí está también esa faceta extravagante que Mercury y él comparten y se manifiesta en su vestuario. “A la hora de elegir qué me pongo, pienso mucho en el legado de la banda y en ‘looks’ que Freddie hizo famosos. Entonces pienso: ¿Él llevaría esto? Si es sí, voy adelante”, contó.

Pese a las décadas de diferencia, también les conecta ser dos intérpretes homosexuales en un mundo predominantemente heterosexual y masculino como el rock. “En su época, para él no era fácil hablar de ello. Ahora las cosas han cambiado y me siento afortunado de poder ser tan abierto sobre mi sexualidad. De alguna manera creo que esta generación tiene que seguir por ese camino y que, si él hubiese vivido hoy, se habría sentido más cómodo para mostrar quién era y lo que sentía”, opinó.

Lejos de considerar que su trabajo actual con Queen eclipsa su carrera en solitario (en marzo publicó su cuarto disco en solitario, “Velvet”), para Lambert ambas facetas de su carrera son complementarias, aunque de momento no parece que eso vaya a traducirse en la grabación de un álbum de Queen con nuevo material.

“Es algo que solo preguntan los periodistas, no hemos hablado de eso nunca”, apostilló sobre el futuro de la mítica banda, que no publica material inédito desde el lanzamiento en 2008 de “The Cosmos Rocks”, junto a Paul Rodgers.

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