La Convención
8 de Junio de 2021Columna de Soledad Lama: El rol de los empresarios: menos todo terreno y más territorios
Los empresarios tenemos un rol y la responsabilidad de conectar, aprender, proponer, tomar acción y ser parte de la solución, desde la empatía. Debemos conectar con la comunidad de la que somos parte.
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La crisis social de 2019 aunada a la pandemia mundial ha acelerado la urgente transformación en las empresas y en las personas en pos de nuestra viabilidad como raza humana en el planeta tierra. Recordando al profesor Humberto Maturana, si queremos convivir en un mundo global, con mutuo respeto, colaboración, equidad, ética y dándonos la posibilidad de reflexionar, muy probablemente concluiremos que es necesario empezar a hacer las cosas de manera diferente.
Cabe preguntarse: ¿Cuál es nuestro rol como empresarios en el Chile de hoy? Participamos en una economía abierta al mundo, lo que ciertamente nos trae múltiples beneficios, nos empuja hacia la modernización, a la incorporación de tecnología, a la innovación y al crecimiento, pero también es cierto que somos parte de una comunidad y el crecimiento no ha sido equitativo. Somos sólo un subconjunto del conjunto país, mientras tanto hay otro subconjunto que ha sufrido las consecuencias de malas políticas públicas y malas prácticas privadas.
El desconocimiento de la realidad territorial por parte de las autoridades locales, la burocracia, la desconexión de los políticos con el dolor cotidiano de los ciudadanos y la consecuente mala asignación del gasto público han creado bolsones de pobreza, contaminación y discriminación. En el ámbito privado hay quienes han sido víctimas del abuso de algunos empresarios, de colusiones, de estafas, incubando un sentimiento de injusticia e impunidad.
“Somos sólo un subconjunto del conjunto país, mientras tanto hay otro subconjunto que ha sufrido las consecuencias de malas políticas públicas y malas prácticas privadas”.
Cuando los hijos de este abandono crecen, en la era de la hiperinformación y la hiperconexión que ofrecen las redes sociales, son capaces de encontrarse en el dolor, en el miedo, en la rabia, en la desesperanza. Aun en la diversidad de causas e intereses, logran encontrarse los iguales y sintonizar. Después de largos años de falta de diálogo, desencuentro social, y de falta de reales soluciones públicas y privadas, se genera inevitablemente una crisis multifactorial como las que hemos visto en Chile y el mundo en los últimos meses.
¿La solución al malestar es sólo responsabilidad del Presidente, del Senado o ahora de los constituyentes? Me parece que la respuesta es no. Los empresarios tenemos un rol y la responsabilidad de conectar, aprender, proponer, tomar acción y ser parte de la solución, desde la empatía. Debemos conectar con la comunidad de la que somos parte, generando diálogos internos con nuestros colaboradores; visitar territorios vulnerados en sus derechos, haciendo trabajo voluntario para ayudar y ponerse por un momento al servicio de quienes no tienen ni el agua asegurada, ni el techo, ni el alimento. Conocer. Mirar, ver, sentir, escuchar, caminar por las calles y los barrios de aquellos que reclaman más seguridad, mejor educación y mejor salud. A los empresarios nos falta más territorio, porque no hay duda de que somos todo terreno, porque nos paramos ante un sinfín de adversidades. Pero sin ninguna duda nos falta más territorio y más diálogo. Nos hace falta tener más conversaciones con pares improbables como los diálogos propiciados por el proyecto “Tenemos que hablar de Chile”.
Si nos detenemos a analizar los movimientos sociales de los últimos años alrededor del mundo, nos encontraremos como factores comunes como la libertad, dignidad, tolerancia a la inmigración y repudio al racismo, reconocimiento a las minorías sexuales, equidad de género, cuidado del medioambiente, rechazo a la guerra. El ciudadano de hoy es más informado, más preparado y más consciente que el de fines de siglo XX. Es por tanto también un nuevo consumidor, que exige nuevos estándares.
“A los empresarios nos falta más territorio, porque no hay duda de que somos todo terreno, porque nos paramos ante un sinfín de adversidades. Pero sin ninguna duda nos falta más territorio y más diálogo. Nos hace falta tener más conversaciones con pares improbables”.
El desafío para los empresarios que queremos convivir en una sociedad en plena transformación cultural es darles la bienvenida a estos nuevos estándares y emprender, como muy bien lo sabemos hacer, un nuevo camino hacia ser empresas más conscientes, mejores empleadores, mejores empresas para el planeta. Todo esto, llevando a cabo acciones concretas, como lo son transformar nuestras empresas en Empresas B, de triple impacto, o asociarnos a movimientos que busquen generar un impacto positivo en la comunidad, como el Desafío 10x, movimiento chileno nacido en el marco del estallido social que invita a los empresarios a medir y reducir la brecha salarial y tratar de subir los sueldos más bajos.
Desafío 10x cuenta hoy con 1.600 empresas adheridas e invita a generar nuevos diálogos y nuevas preguntas. ¿Cuánto gana el 10% que menos gana en la compañía? ¿Cuánto gana el 10% que más gana? ¿Cuál es la brecha salarial? ¿Podríamos pagar más a los que ganan menos? ¿Podríamos llegar a pagar como sueldo mínimo 22 UF imponibles? ¿Cómo podríamos ser más competitivos en nuestra oferta de valor, en nuestro modelo de negocios, para pagar mejores sueldos?
“El ciudadano de hoy es más informado, más preparado y más consciente que el de fines de siglo XX. Es por tanto también un nuevo consumidor, que exige nuevos estándares”.
Existen así, para mí, cuatro caminos posibles para co-construir un mejor Chile desde las empresas: más conocimiento de los territorios, atreverse a tener nuevos diálogos, creación de empresas B y sumarse al Desafío 10x.
*Soledad Lama es Gerente General de Comaco y directora de la Fundación Desafío 10x.