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La Convención

8 de Junio de 2021

¿Es posible que la Nueva Constitución sea feminista?: 8 convencionales adelantan cómo será la discusión

Agencia Uno

La paridad no garantiza que la nueva Carta Magna sea feminista, dicen expertas y convencionales elegidas. Pese a ello, expresan puntos claves que deben estar en el texto, como el derecho a una vida libre de violencia y el reconocimiento de las labores de cuidado.

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Ha sido un hecho destacado en Chile y en el extranjero: la nueva Constitución será la primera del mundo en redactarse de forma paritaria. Sin embargo, el contar con 77 convencionales mujeres no garantiza que la nueva Carta Magna sea feminista.

Se trata de un proceso complejo, de partida, por el uso de la palabra “feminista”. “Hay que tener en cuenta que los feminismos, en cuanto ideología política y movimiento social, poseen una gran diversidad que responde tanto a los momentos históricos que acompañan al movimiento como también las diferencias territoriales. Por tanto, es complejo poder hablar de constituciones feministas porque depende desde la perspectiva feminista que nos situemos”, dice Beatriz Roque, docente de política y género en la Universidad Diego Portales.

Por otra parte, los y las expertas en temas de género sugieren que hay que hacer una distinción entre eventuales políticas feministas -que apunten a que la igualdad entre hombres y mujeres se haga efectiva – y políticas pro-mujer -que, sin abogar por la concreción de una efectiva igualdad entre los géneros, reconocen que ciertos mecanismos deben ser aplicados para paliar la vulnerabilidad y exclusión a la que las mujeres se ven expuestas-.

“Es complejo poder hablar de constituciones feministas porque depende desde la perspectiva feminista que nos situemos”, dice Beatriz Roque, docente de política y género en la Universidad Diego Portales.

“Revisando los perfiles de cada constituyente, nos dimos cuenta de que no todas las propuestas sobre mujeres son necesariamente feministas”, afirman Lucia Miranda Leibe, Investigadora Postdoctoral Fondecyt/ANID, docente UC y FLACSO Chile; Carolina Meza, académica de la Universidad Alberto Hurtado e investigadora del Observatorio Nueva Constitución y Pamela Figueroa, docente de la Universidad De Santiago, Coordinadora Académica Observatorio Nueva Constitución.

En un reciente estudio, al desagregar las propuestas de los y las candidatas en principios de autonomías de las mujeres en la toma de decisiones (medidas orientadas a promover su participación plena y en igualdad de condiciones); económica (que considera el uso del tiempo y la contribución de las mujeres a la economía) y física (el respeto a los derechos reproductivos de las mujeres y la violencia de género), las investigadoras se encontraron con resultados variados.

En varias manifestaciones las mujeres destacaron la importancia de una Constituyente paritaria. Crédito: Agencia Uno.

Por un lado, hay varios constituyentes que proponen que las autonomías en sus tres dimensiones sean reconocidas. Pero desglosada por tipos de autonomía, hay propuestas más recurrentes que otras. En materia de toma de decisiones, una idea frecuente es que todos los órganos de representación legislativos y judiciales y los órganos colegiados en general, tengan carácter paritario. Y hay quienes directamente hacen referencia a la auto descripción del Estado como de tipo paritario, sostienen Lucia Miranda, Carolina Meza y Pamela Figueroa.

Ya en términos de autonomía económica, la propuesta más repetida es el reconocimiento del trabajo doméstico, así como hacer efectiva la igualdad salarial entre hombres y mujeres por igual tipo de trabajo. Mientras que, respecto a la autonomía física, hubo un mayor consenso en la erradicación de la violencia de género, el acceso y ejercicio en libertad de los derechos sexuales y reproductivos y el reconocimiento de la diversidad de género.

“Revisando los perfiles de cada constituyente, nos dimos cuenta de que no todas las propuestas sobre mujeres son necesariamente feministas”, afirman Lucia Miranda Leibe, Investigadora Postdoctoral Fondecyt/ANID, docente UC y FLACSO Chile; Carolina Meza, académica de la Universidad Alberto Hurtado e investigadora del Observatorio Nueva Constitución y Pamela Figueroa, docente de la Universidad De Santiago, Coordinadora Académica Observatorio Nueva Constitución.

¿Qué podría caracterizar, entonces, una Constitución feminista?

Para Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos de género de la CEPAL, una Carta Magna feminista debe basarse “en los estándares internacionales de Derechos Humanos, como los pactos y tratados internacionales ratificados por el Estado chileno, especialmente la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y su protocolo facultativo recientemente ratificado, relevando el compromiso de Chile con los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas, con la no discriminación y el logro de la  igualdad de género como derecho sustantivo de cada persona y como principio transversal a todo el quehacer institucional del Estado”.

En la misma línea, María Inés Salamanca, Coordinadora de ONU Mujeres en Chile, dice esperar que las y los constituyentes discutan y pongan en prioridad temas como el derecho a una vida libre de violencia y el reconocimiento de los trabajos de cuidado no remunerado.

Sobre el primer punto, sostiene que este debe estar consagrado en la nueva Constitución por tratarse de un imperativo ético y de derechos humanos y que sería relevante que los y las constituyentes incorporaran como un principio fundamental el vivir en una sociedad libre de violencia contra las mujeres y niñas. Especialmente si se considera que, al 31 de mayo de este año, en Chile se registraron 15 femicidios consumados y 55 femicidios frustrados, según Sernameg.

“Para Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos de género de la CEPAL, una Carta Magna feminista debe basarse “en los estándares internacionales de Derechos Humanos, como los pactos y tratados internacionales ratificados por el Estado chileno”.

Ya respecto del reconocimiento de los trabajos de cuidado, plantea que es fundamental que este sea valorado y asumido por el Estado, el sector privado, la comunidad, los hogares y entre los hombres y las mujeres. En particular, porque -según un estudio del Centro de Estudios Longitudinales de la UC y ONU Mujeres- las mujeres dedican nueve horas semanales más que los hombres a las labores domésticas y, durante la pandemia, el 38% de los hombres dedicó cero horas a realizar esas actividades y el 71% no acompañó durante ninguno hora a los hijos en tareas escolares.

Es por cosas como esas que, según plantea Ana Güezmes, “Chile tiene la oportunidad de desatar los nudos estructurales de la desigualdad de género y construir una sociedad del cuidado para un futuro más igualitario, sostenible y resiliente”.

“María Inés Salamanca, Coordinadora de ONU Mujeres en Chile, dice esperar que las y los constituyentes discutan y pongan en prioridad temas como el derecho a una vida libre de violencia y el reconocimiento de los trabajos de cuidado no remunerado”.

Del dicho al hecho

The Clinic revisó los programas de las 77 mujeres elegidas como constituyentes. De ellos, 50 mencionan directamente el término “feminista”, mientras otra decena habla de igualdad o equidad de género. Este diario conversó con ocho representantes para saber cómo intentarán poner la pauta feminista en el debate constituyente.

En las masivas manifestaciones de los últimos años, las chilenas han reivindicado una serie de demandas feministas. Crédito: Agencia Uno.

Para María José Oyarzún, constituyente por el distrito 7, para empezar el debate y poder avanzar hacia una Constitución feminista “tiene que existir primero un reconocimiento de la desigualdad y discriminación estructural en que se encuentran las mujeres y las diversidades”.

Bárbara Sepúlveda, elegida por el distrito 9, comenta en términos concretos que la nueva Constitución debe reconocer la diversidad de familias y su protección, así como la paridad como presencia equilibrada entre hombres y mujeres en el Estado y el gobierno, además de la corresponsabilidad social del cuidado de las personas y el reconocimiento al trabajo doméstico no remunerado. “Los sectores ultraconservadores han insistido en que los asuntos que competen a las mujeres y diversidades sexuales son problemas valóricos. Nosotras consideramos que esa interpretación es errónea, que son temas de justicia social, de derechos humanos fundamentales y, por lo tanto, estamos convencidas que es desde ahí donde debe darse el debate hoy”, precisa.  

“The Clinic revisó los programas de las 77 mujeres elegidas como constituyentes. De ellos, 50 mencionan directamente el término “feminista”, mientras otra decena habla de igualdad o equidad de género”.

Cristina Dorador, convencional por el distrito 3, coincide: “La Constitución tiene que estar embebida de equidad; tanto de género, de territorio como diversidad. En este sentido, se debe garantizar que en ningún ápice de la Constitución las mujeres queden fuera y que el texto se articule posteriormente con leyes que den respuesta a las demandas históricas de las mujeres”.

Ya para Ivanna Olivares, elegida por el distrito 5, se necesitará “la creación de medidas afirmativas para la concreción del enfoque de género y la paridad, así como la erradicación de toda forma de violencia doméstica y de género”.

Asimismo, considera que otros ejes fundamentales en la nueva Carta Magna son una educación no sexista, con incorporación de materias con perspectiva de género en el currículum escolar y asegurar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, respetando la diversidad entre ellas y su autonomía efectiva. “Esto implica reconocer la autonomía sexual y reproductiva de las mujeres, y por tanto, el aborto libre y seguro”, agrega.

Varias feministas han hecho un llamado por una educación no sexista. Crédito: Agencia Uno.

Constanza San Juan, constituyente por el distrito 4, va más allá, al considerar que una Constitución feminista es también una antiextractivista y antineoliberal, “donde todas/es/os los seres humanos sean considerados en igualdad de derechos y prime una visión del buen vivir”. En ese sentido, apunta a reconocer la autodeterminación de los cuerpos y territorios, garantizando no sólo el aborto libre, sino la autodeterminación de los rubros productivos de los diversos territorios, propiciando una economía solidaria y en armonía con la naturaleza.

Alondra Carrillo, representante del distrito 12 es más pesimista. “Las perspectivas históricas de transformación que ha planteado el feminismo no caben en una Constitución. Ninguna Constitución tiene la potencia de, por ejemplo, poner fin al patriarcado. Nosotras no estamos dispuestas a promover conceptos que limiten esas perspectivas históricas, más vivas y presentes que nunca, reconduciéndolas exclusivamente al contenido constitucional”. A pesar de ello, explica que tiene lineamientos contra la violencia patriarcal que consagran “condiciones de vida dignas para el conjunto de la población”.

“Alondra Carrillo, representante del distrito 12 es más pesimista. “Las perspectivas históricas de transformación que ha planteado el feminismo no caben en una Constitución”.

En ese sentido, dice que su programa incluye “una serie de vías constitucionales que desde otras perspectivas feministas quizás no se contemplarían: el derecho a migrar, el derecho al refugio, el derecho a una vivienda digna, asegurada”, entre otros.

Desafíos

Las constituyentes sostienen que el debate de una Constitución de carácter feminista no estará exento de desafíos. El primero, “será incorporar una perspectiva de género en el reglamento que permita que las constituyentes mujeres y de las diversidades sexuales puedan ejercer su labor sin obstáculos ni condiciones materiales que se transformen en impedimentos para su quehacer político”, afirma Bárbara Sepúlveda.

Para eso, comenta la constituyente, se deben establecer normas sobre acoso sexual, discriminación, violencia política “y definir de qué forma se van a solucionar el tema de los cuidados para aliviar la carga de las mujeres, en especial aquellas que son madres o que tienen personas a su cuidado, y que viven en regiones para quienes hoy día es necesario que logremos la forma de compatibilizar su labor de constituyente con su vida familiar. Otro desafío inicial es lograr que la mesa que presida la convención sea paritaria”, agrega.

Por su parte, Alejandra Flores, representante del distrito 2, estima que el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo “será el punto de mayor tema de discordia y de mayor debate en lo que respecta a las demandas feministas”. Añade que también cree que, de no llegar a acuerdos, “son temas que deberían plebiscitarse”.

“El primero desafío “será incorporar una perspectiva de género en el reglamento que permita que las constituyentes mujeres y de las diversidades sexuales puedan ejercer su labor sin obstáculos ni condiciones materiales que se transformen en impedimentos para su quehacer político”, afirma Bárbara Sepúlveda”.

La convencional del distrito 8, Valentina Miranda, apunta, por otra parte, a sus pares en la Constituyente: “Las batallas más difíciles van a ser con aquellas mujeres que no se consideran feministas, como Marcela Cubillos (UDI) y Teresa Marinovic (RN), quienes no reconocen que la mujer hoy es sometida al sistema patriarcal”.

Aunque reconoce los desafíos, Cristina Dorador aboga porque las convencionales que quieren alcanzar una Constitución feminista debatan “en un lenguaje no bélico”. “La conversación amplia y en diversidad permitirá reconocer las grandes brechas y necesidades que deben considerarse en la nueva Constitución”, concluye.

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