Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura & Pop

19 de Agosto de 2021

“Los ojos de la impunidad”: Un libro que recoge testimonios de víctimas por trauma ocular durante el estallido social

La obra de la periodista María Rosa Verdejo será lanzada el próximo miércoles 25 de agosto a través del Facebook del Museo de la Memoria.

Por

El miércoles 25 de agosto se lanzará la crónica testimonial titulada “Los ojos de la impunidad”, de la periodista nacional María Rosa Verdejo. Una obra que surge a raíz del estallido social ocurrido en Chile a partir del 18 de octubre del año 2019, y las consecuencias del actuar policial en ese entonces, que dejó al menos a 465 personas con mutilaciones, lesiones o traumas oculares.

El libro aborda la temática social desde tres dimensiones principalmente: En primer lugar, como producto de la injusticia social y los abusos sostenidos durante treinta años en nuestro país, sobre la base de un modelo de organización económica, social y política. Luego, a través de los testimonios de víctimas y testigos que vivieron en carne propia el violento actuar de carabineros. Y finalmente, con una observación a las violaciones a los derechos humanos cometidas por las policías del país.

Invitación al lanzamiento del libro.

El lanzamiento de la obra de la editorial Signo se realizará a través de la plataforma de Facebook del Museo de la Memoria.

Fragmento del texto:

“PERDER UN OJO ES COMO UN TATUAJE… ES PARA TODA LA VIDA”

Víctor Jara Aravena, 30 años, cocinero.

Entrevista realizada en diciembre 4 de 2019. Valdivia

“(…) El primer día que salí a protestar me cayeron cinco perdigones. Eso fue el día 20 de octubre. No le di importancia, me dolía la pierna pero el hospital estaba tan lleno que no quise ir. Bueno, hasta ahora tengo unos perdigones, tengo que ir a sacármelos (…). El día que me dispararon en el ojo iba caminando cuando desde la esquina veo a la gente saliendo de ambos lados y empezaron a disparar y yo como estaba cerca porque estaba relativamente cerca del carabinero, más menos diez metros, me escondí tras un palo corto, me refugié. De hecho, disparaban como a locas varias veces. En un momento determinado se me puso un chico delante de mí que andaba con un escudo, como que me cubrió a mí y yo me quedé ahí porque en ese momento había muchos disparos, yo le decía al chico que no se moviera, que nos quedáramos fijos, y cuando sentí que ya no estaban disparando le dije que nos devolviéramos por la calle porque no podíamos cruzar. Me doy vuelta y disparan otra vez, no sé de qué lado habrá sido y ahí me llegó el impacto en el ojo. Grité ¡Cruz Roja! Llegaron los chicos de primeros auxilios y me limpiaron el ojo y me desplazaron a una zona segura, hasta donde llegó Carabineros disparando igual. Me tuvieron que mover de nuevo hacia el Torreón que esta por acá abajo. Ahí había más luz, ahí no estaban apagadas, me vieron y se dieron cuenta que ellos no podían hacer na’ mucho con el ojo porque era una herida profunda, así que llamaron al SAMU. La ambulancia salió arrancando porque seguían disparando. El SAMU llamó al hospital inmediatamente y dijeron que tenía trauma ocular, que se necesitaba un oftalmólogo para poder operar porque era operación de urgencia. Por lo tanto, yo llegué al hospital, me sacaron escáner, radiografías y me dijeron que tenían que operarme. Lo único que dije yo ‘bueno tiene que ser así no más’. Eso fue el 14 de noviembre”

“Bueno el doctor dijo que teníamos que esperar que bajara el hematoma que tenía en el ojo para ver si recupera algo de visión, por lo tanto, me dio dos meses más para controlarlo, lo cual ya ha pasado un mes y algo, voy a tener que llamar para ver cómo ha evolucionado, pero yo no he visto ninguna evolución”.

 “Perder un ojo es como un tatuaje… es para toda la vida”. El ojo herido está prácticamente cerrado, lagrimea permanentemente y la pérdida de la visión impide que Víctor camine adecuadamente porque no logra calcular distancias. El sol, o la luz, le molestan al punto de que lo enceguecen completamente. Tiene pendiente una operación donde le pondrán una prótesis. Sufrió un estallido ocular abierto. Junto con perder la visión también ha perdido a su familia ya que por parte de padre su abuelo y tíos son carabineros, uniformados. “Puta, la verdad es que se me cayeron, no puedo pensar nada bueno de ellos últimamente porque… Un tío paco puso en Facebook un video glorificando a los carabineros, y yo le puse si era necesario que me sacaran el ojo y ahí como que todo se acabó con ellos. “Prefiero llamar a un amigo que a un paco en un momento de ayuda, esa esa verdad de las cosas”.

“A veces me siento fome, me siento mal, me trato de dar ánimo pensando cosas positivas porque igual de repente me duele la cabeza, no me dan ganas de salir, prefiero quedarme acostado, así que en ese sentido igual fome. Me duele mucho la cabeza, pero no soy afín de los psicólogos. También trato de darle ánimo a mi abuela que me está cuidando, me fui a vivir con ella a Paillaco, y le digo que a veces un ojo no es nada con todas las vidas que se han perdido en este proceso. Creo que para poder mejorar las cosas hay que sacrificar a algunas personas. En este caso mi ojo”.

“Igual no es fácil, pero es la historia. Contarlo sirve para la historia, para otros. La historia es súper importante en la vida de una persona, o sea de nuestro … de todas las personas porque así sabemos eh … sabemos lo que pasó y lo que hay detrás de nosotros todos. Yo no entiendo eso de que quieren sacar el ramo de historia. Eso es para formar ignorantes no más, sumisos. Bueno, pero si no escriben la historia, mírame, aquí estoy, perdí un ojo por un perdigón disparado por Fuerzas Especiales porque no estoy de acuerdo con este sistema”. El relato de Víctor cobra mayor sentido aun cuando manifiesta: “Mírame, aquí estoy, perdí un ojo por un perdigón disparado por Fuerzas Especiales porque no estoy de acuerdo con este sistema. Quise darte la entrevista para que se reconozca como un hecho perpetrado que no merece olvido”.

La práctica ya extendida de mutilación ocular continúa. El último caso registrado refiere a un joven mapuche, internado en el Hospital de Temuco el 4 de mayo de 2021, informado por la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular.

Volver al Home.

Notas relacionadas

Deja tu comentario