La calefacción considerada como un lujo y no una necesidad: Por qué en Santiago no se invierte en climatización para evitar el frío (y en el sur sí)
El frío de la capital no se capea con un sistema de climatización eficiente y de alto alcance. La calefacción aún es considerada un lujo por su precio y dificultades de instalación. De hecho, solo el 1,8% de los habitantes de la Región Metropolitana tiene calefacción central en su casa. El 43% posee una estufa a gas, el 21% a parafina y el 17% utiliza estufa eléctrica. Aquí, dos especialistas profundizan en por qué los santiaguinos no invierten en sistemas que garanticen no sentir frío, a diferencia de quienes viven en el sur. "Hay mucha gente que todavía funciona con estufa antigua. Es lo que puede usar porque no alcanza la plata. Vale más eso que morirse de frío", explica Rodrigo Paillaqueo, profesor de Ingeniería de Ejecución en Climatización USACH. ¿Es un problema público el abrigo de todos los espacios? “En el mundo, los ministerios de Energía se preocupan de que su gente no pase frío. En Chile, el ministerio está preocupado del mercado eléctrico”, opina Javier Piedra, de la Fundación Energía para Todos.
Por Camila Ossandón Smith 15 de Junio de 2024

Compartir
La temperatura de la noche santiaguina de este fin de semana estará entre los 5° y 7°C, según la Dirección Meteorológica de Chile. Salir a comer los sábados puede ser una odisea. Tratar de conseguir la última mesa en un restorán, la que sea, terraza o interior. El desafío es hacer el esfuerzo por aguantar el frío por más de media hora, para hacer valer lo que saldrá la velada entre el plato, el trago y los traslado a los barrios de entretenimiento de la capital. Y todo sin calefacción, pese al evidente frío.
Restoranes con estufas de gas que calientan al afortunado que consiguió mesa al lado. Mantas tejidas a crochet para las piernas. Parcas negras por todas partes. Gente agarrando el vaso de vidrio que sostiene las velas en las mesas para calentar las manos. No hay calefacción.
Cuando el santiaguino ya no aguante más y parta de vuelta a su casa, tampoco va a llegar a un lugar climatizado. Solo el 1,8% de los habitantes de la Región Metropolitana tiene calefacción central en su casa, según el estudio realizado por por In-Data y la USACH para el Ministerio del Medio Ambiente en 2023. El 43% tiene estufa a gas, el 21% a parafina y el 17% estufa eléctrica.
“Hoy día se considera un lujo tener calefacción eficiente y limpia. Es lamentable, hay mucha gente que todavía funciona con estufa antigua. Es lo que puede usar, porque no alcanza la plata. Vale más eso que morirse de frío”, comienza a explicar Rodrigo Paillaqueo, profesor de Ingeniería de Ejecución en Climatización USACH, y Socio de la oficina Gormaz y Zenteno.
La tarifa, una razón
El precio de climatizar depende de muchos factores. El tamaño del lugar —¿es una casa, un restorán o un aeropuerto?—, la eficiencia del sistema y la cantidad de tiempo que se utilice. Un restorán bistró puede llegar a medir 280 m2, lo que significa que necesitará más tiempo para calefaccionar un espacio tan grande y por lo tanto, saldrá más caro.

Según Paillaqueo, hay una razón por la que ni personas ni empresas invierten en sistemas más eficientes de climatización. “El frío en Santiago dura como un cuarto del año y no hay -20 grados. Por eso la gente apela más a una forma más sencilla, más pícara de generar calor. Se abrigan con capas, o con una estufa básica y barata”. Hay que recordar también los guateros de semilla que se venden en el retail y hacen que las oficinas huelan a cabritas recién hechas. O las mantas de crochet en algunos bares.
La tarifa de luz este año hará pagar 125 mil pesos si es que antes se pagaba sobre 65 mil —la banda tarifaria más alta respecto de las otras que son de 30, 45 y 55 mil—, según los cálculos del académico Humberto Verdejo. Lo que pasó, fue que los precios estuvieron congelados desde 2019. Ahora, un decreto permitirá a las empresas subirlos.
“En el mundo, los ministerios de Energía se preocupan de que su gente no pase frío. En Chile, el ministerio está preocupado del mercado eléctrico”, opina Javier Piedra, director ejecutivo de la Fundación Energía para Todos y docente del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Concepción. “Después de mucho estudiar, llegué a la conclusión que el tema de la calefacción, es un problema que se ha individualizado en la familia. En el fondo, te dicen ‘sálvate solo’. Siempre ha sido igual”, continúa.
¿El abrigo es responsabilidad de cada uno?
El Decreto 548 del Ministerio de Educación dice que la condición térmica óptima para que un niño aprenda en clases, es desde los 12°C para la Educación Básica y Media en zonas como la cordillera, centro-sur, y extremo sur del país. Javier Piedra, quien estudia la pobreza energética relata que una vez vio “una escuela rural en Los Lagos que funcionaba con una estufa a leña. Para hacerlo, cada niño tenía que traer una astilla. El Estado le delegó la responsabilidad de calefaccionarse a los mismos niños”.
Lo cuenta para ejemplificar la individualización del tema del abrigo con climatización a nivel nacional, pero luego, vuelve a enfatizar que el problema mayor está en la capital. “Sí, es verdad que de Rancagua hacia el sur, el 95% de las familias tiene calefacción. Dejan de satisfacer otras necesidades por priorizar la climatización. Pero en la comuna de Santiago, el 24% de los hogares no tiene o no usa calefacción. Y de la población en el límite de la pobreza en la ciudad, el 49% no tiene calefacción”, dice.

Incluso, una vez andaba con un termómetro en la mochila mientras caminaba por el Aeropuerto Arturo Merino Benitez. “Marcaba dieciséis grados…¡Dieciséis!”, recuerda indignado. Cuenta que en Europa, continente al que viajaba, “el Estado de lo que está preocupado de que la gente no pase frío en ninguna parte y bajo ninguna posibilidad con políticas públicas de hace más de 100 años”.
Es distinto el subsidio al consumo que nosotros tenemos. “El recambio de calefactores, donde te cambian el calefactor de leña por uno más eficiente a pellet o eléctrico surgió porque la contaminación, mata a 4 mil personas anualmente por enfermedades cardio-pulmonares prematuras”, continúa Javier Piedra. “Pero de eso se deberían preocupar los del Ministerio del Medioambiente”.
El costo de darle más calor a más gente
Los sistemas de calefacción. Esa es la clave. Desde el Ministerio de Energía reconocen que el costo de la calefacción central es el impedimento para implementarla a nivel nacional. “El costo inicial y la complejidad de la instalación —mano de obra especializada— son los principales factores que hacen que la calefacción central sea más cara, especialmente si es una vivienda que se quiere re-acondicionar para estos sistemas”, explican.

Luego, añaden que el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2022-2026 está enfocándose en una solución a la falta de climatización en los hogares. Ésta tiene que ver con el concepto de energía distrital.
“Es una alternativa eficiente para suministrar calefacción, agua caliente sanitaria y refrigeración a decenas, cientos o miles de edificaciones o viviendas en un determinado barrio o distrito, generando energía térmica centralizada y distribuyéndola por medio de tuberías subterráneas”, explican desde el ministerio. “Esta alternativa tecnológica tiene más de 150 años de desarrollo en Europa”, agregan. Más calor, para más gente y espacios más grandes.
¿Pero cómo subsidiarlo? “El precio va a depender del sistema”, dice el especialista Rodrigo Paillaqueo. “Si se trabaja con un sistema eléctrico, ahí se puede relativizar el precio en función de los kilowatts que se están gastando en ese equipo. Lo mismo que el combustible, cada cuánto estoy cambiando el estanque para mantener un sistema operando todo el tiempo”.
Mantas de crochet o bombas de calor
Todas las “medidas pícaras” para el abrigo son menos eficientes que un sistema de calefacción si se escoge el adecuado. Paillaqueo cuenta que la diferencia para tener calor rápido y de manera eficiente, la hace la máquina que se escoja para calefaccionar un lugar determinado.
El sistema más caro y menos eficiente si se necesita calor inmediato, es la calefacción centralizada con agua caliente. Por ejemplo, el piso radiante. “Este sistema tiene una inercia térmica muy larga. Levantar el agua a 60 grados no es inmediato, implica un tiempo. Si se prende la caldera a las ocho de la mañana, tipo cuatro de la tarde recién se va a poder percibir ese calor en el ambiente. Ese tiempo también se refleja en plata por la cantidad de trabajo que tiene la caldera”, explica.

Luego está la calefacción por aire, que a diferencia del agua, tiene una inercia muy corta. “El equipo va a calentar rápidamente el lugar. No importa que se apague en la noche, porque a la mañana siguiente, volverá a tardar media hora en calefaccionar el ambiente”, dice Paillaqueo. “Este es el sistema ideal para los recintos que son dinámicos como los restoranes”, agrega.
A nivel internacional, los sistema más modernos y eficientes son las bombas de calor. “Es una máquina térmica que absorbe fuentes directas del ambiente como el aire, tierra o agua y las convierte en calor mediante un gas refrigerante. El calor que produce, lo transfiere a otro medio que puede ser aire o agua de calefacción. Así, es factible obtener calor a pesar de que esté muy frío”, dice el especialista.
Independiente del sistema adecuado para lo que se quiera calefaccionar, la eficiencia y el ahorro siempre va a depender de algo que, según Palliqueo, no es parte de nuestra cultura: la mantención de las máquinas. “Aquí, la cultura es más bien del mantenimiento correctivo que preventivo. Muchas veces un sistema funciona mal porque nunca se le ha hecho mantenimiento. Una caldera que se sobre-calienta o que tenga fugas, sin duda hará que su forma de trabajar no sea la mejor”, concluye.