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7 de Noviembre de 2024

¿Sigue siendo Chile un país de poetas?: Elvira Hernández y otros especialistas analizan si la poesía aún es esencia nacional

¿Se puede seguir llamando a Chile país de poetas? Para The Clinic, la poeta ganadora del Premio Nacional de Literatura 2024, Elvira Hernández, el poeta, doctor en literatura y editor de los sellos Tusquets y Seix Barral en Editorial Planeta, Juan Manuel Silva Barandica, el periodista especialista en literatura y autor de Último Paseo (2008), Javier García y el dueño de La Inquieta Librería en Santiago, Gerardo Jara, reflexionan acerca de esta pregunta.

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Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Enrique Lihn. Todos poetas que forman parte del renombre de Chile como “país de poetas”, incluso, más allá de los dos Premios Nobel de Literatura que entraron al país en 1945 y 1971.

Hoy, hay una nebulosa sobre el estado de la producción de poesía en el país para la opinión pública. El presidente Gabriel Boric envió en 2023 un proyecto de ley para que el Premio Nacional de Literatura se entregue todos los años. Pero aún no ve la luz. En las librerías nacionales, según sus dueños, son los extranjeros los que se llevan a autores insignes como Neruda, Mistral o Violeta Parra. Pero nada más.

¿Se puede seguir llamando a Chile país de poetas? Para The Clinic, la poeta ganadora del Premio Nacional de Literatura 2024, Elvira Hernández, el poeta, doctor en literatura y editor de los sellos Tusquets y Seix Barral en Editorial Planeta, Juan Manuel Silva Barandica, el periodista especialista en literatura y autor de Último Paseo (2008), Javier García y el dueño de La Inquieta Librería en Santiago, Gerardo Jara, reflexionan acerca de esta pregunta.

“Es posible que se acabe el cobre, pero los poetas en Chile nacen de manera espontánea”

Elvira Hernández es una poeta, ensayista y crítica literaria chilena que fue reconocida este año con el Premio Nacional de Literatura. Al recibir el llamado, la autora comienza exclamando que la pregunta de si Chile sigue siendo un país de poetas, suena como si los poetas se estuvieran extinguiendo. Para ella, no es así. “Es posible que se acabe el cobre, pero los poetas en Chile nacen de manera espontánea. La palabra poética es la que más emociones atrapa y todo lo que no se puede decir, se transforma en poesía”, dice Hernández.

El oficio, la pasión con la que escriben los poetas chilenos, no es algo que se haya convertido en algo “más sencillo” en el tiempo para ella. “Eso no es algo que ocurra de manera primitiva. Es sorprendente la cantidad de elaboración que me ha tocado ver en poemas que he leído y que dan cuenta de que no hay simpleza en aquello que aparece como verso, como poema, como texto. Eso es sorprendente”, continúa.

Sobre el estado actual de la poesía en el país, Hernpandez asegura que hay muchos poetas escribiendo y también, pequeñas editoriales que los publican. Sin embargo, asegura que los poetas en el país viven “una vida culturalmente pobre. Digamos que todos estos poetas aislados, son como los árboles que no dejan ver el bosque. Para que haya un mayor reconocimiento, tiene que haber una vida crítica mayor.

Depende de ellos propiciar esa voluntad, dice la autora. “Sentados en alguna plaza nadie nos va a venir a ofrecer”.

Cuando se le plantea la posibilidad de que la poesía se adapte a nuevos formatos que se viralizan en las redes sociales, es clara y tajante. “El poeta tiene que resguardarse de la excesiva sociabilidad. Yo no frecuento las redes sociales, lo que he leído de poetas, son aquellos que escriben con papel y lápiz. A lo más editan en el computador. La elaboración de la palabra es un trabajo en solitario, instalado en un lugar ajeno a los ruidos, protegido. Ese lugar resguardado se nota en la calidad”.

“El mundo ya no tiene lugar para los poetas, pero si la tuvieran, tendrían una posición muy interesante”

Juan Manuel Silva Barandica es poeta, magíster y Doctor en Literatura de la Universidad de Chile. Al reflexionar sobre la pregunta, el estudioso recuerda el primer “exilio de la poesía” cuando sus autores pasaron de una vida rural a la vida en la ciudad. “Antes del 1800, el poeta tenía una vida conectada con lo sobrenatural, los ritos, lo agrícola. Al pasar a la ciudad se genera un primer cambio, llegan a la ciudad y quedan en la calle botados”, relata.

Luego, opina que el momento de la poesía ahora en Chile, es como “un segundo exilio”. “Eso de que Chile es un país de poetas… Perú y Nicaragua también lo son. Pero todo eso ha dejado de funcionar así. Esta es la segunda expulsión del paraíso de los poetas. No solo perdieron su función en la comunidad, también en el ámbito de la cultura y la entretención”.

“El mundo ya noe s un mundo para poetas, están doblemente exiliados porque hacen una pega que tiene que ver con un ritmo antiguo y no tienen asunto en este mundo cambiante donde se privilegia la imagen”, continúa Silva.

Esto, lo agrega para pensar en la posibilidad de que la poesía pudiese adaptarse al mundo moderno del 2024 para volver a brillar como una esencia chilena. “Si uno quisiera ser conservador diría que ya pasó el tiempo de oro, porque ya no hay Nerudas ni Zuritas. Pero para ser esperanzador, los pocos lectores que disfrutamos de poesía, leemos una poesía más precisa. Uno ve las noticias, Trump, España, las crisis, y piensa cómo enfrentarse lógicamente a esto que es casi imposible de manejar. Pero ese enfrentamiento, la poesía lo ha hecho desde el principio de los tiempos“, dice.

¿Podría volverse funcional la poesía en el mundo de la inmediatez? “El mundo ya no tiene lugar para los poetas, pero si la tuvieran, tendrían una posición muy interesante. La mente de los jóvenes está dándole vuelta a través de la poesía a esta complejidad aplastante de estos tiempos“, concluye Silva.

“Cumplan los políticos lo que dijeron en el patio de La Moneda hace poco: el Premio Nacional de Literatura debe ser anual”.

Javier García Bustos ha colaborado en medios y revistas como The Clinic, Palabra Pública, Dossier y Santiago como especialista en Literatura. Es también autor del libro de poesía Último paseo (2008). Comienza diciendo sobre la posibilidad de que la poesía repuntara en la palestra pública que “la proliferación de editoriales y la tecnología, a través de las redes sociales, podría producir muchos y variados poetas”. Pero luego se cuestiona: ¿Cuántos de estos prevalecerán en el tiempo desarrollando una obra?”

Se refiere a los “poetas-influencers” y luego se responde a sí mismo: “El tiempo dirá si permanecerán, no la inmediatez y los “likes” conseguidos“.

García conoce el estado actual de la poesía y sus autores en Chile. También hacia dónde va la vanguardia. “Un presidente lee poesía antes de un discurso. Teillier y Lihn han sido citados en la voz del presidente Boric. Zambra publica Poeta chileno y logra, en broma y en serio, el mejor retrato del panorama cultural de los últimos años. ¿Y Raúl Zurita? Sigue siendo traducido y premiado. Se merece 2 Nobeles y 10 Altazor”, explica.

A pesar de esto, cree que “es muy difícil que volvamos en Chile a tener un nuevo Premio Nobel de Literatura. El factor geopolítico es relevante para los entendidos de Suecia”, dice.

Pero eso no significa que no crea que en Chile “hay tremendos poetas y de voces muy variadas, de un nivel altísimo”. Menciona algunos autores como Yanko González, Alejandra del Río, Juan Carreño, Mario Verdugo, Víctor López Zumelzu, Germán Carrasco, Andrés Anwandter, Victoria Ramírez, Felipe Cussen, Elvira Hernández, Rosabetty Muñoz, Carmen Berenguer, Thomas Harris, Verónica Zondek y Soledad Fariña.

Concluye con un mensaje tajante y una historia. “Cumplan los políticos lo que dijeron en el patio de La Moneda hace poco: el Premio Nacional de Literatura debe ser anual. Hernán Miranda, un gran poeta de la generación del 60, vive junto a su familia en La Florida, solo esperando que lo publique la SECH. Un tremendo heredero de la anti-poesía y un cronista de la realidad que lo más probable nunca recibirá este galardón”.

“Tenemos un nombre emérito de Chile como un país de poesía. Por eso son los extranjeros los que se la llevan en la tienda”

Gerardo Jara es librero y gestor cultural. Fundó La Inquieta Librería en 2023 en la calle Ramón Carnicer de Providencia. Ve todos los días a consumidores de literatura, arte y poesía y asegura, que “El lector común en general no está leyendo tanta poesía. De hecho, son más extranjeros los que compran a los poetas más conocidos como Nicanor Parra, Pablo Neura y Violeta Parra. Para la poesía actual, el público es muy de nicho y especializado“, dice.

La razón de que los extranjeros sean los que más la compran, la ha conversado con colegas y académicos. “Chile afuera sí sigue reconocido como un país de poetas afuera. Tenemos un nombre emérito de Chile como un país de poesía“.

Y sobre el reconocimiento a autores nuevos y que están publicando desde hace una década o menos, opina que traen una poesía “muy experimental, que trabaja con una palabra que no es tan fácil de entender, entonces es un poco hermética. La poesía que está siendo premiada hoy en día está en la narrativa“, concluye.

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