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La paciencia se acaba: el rompecabezas y las gestiones del ministro Elizalde para la postergada reforma al sistema político

El ministro de la Segpres transmitió a los bloques políticos que será después de la elección de segunda vuelta de gobernadores cuando se comience a materializar el ingreso del proyecto, en medio de un creciente malestar entre dirigentes por su dilatación. La propuesta que hasta ahora generaría consenso incluiría un "reformulado" umbral para que las colectividades logren representación en el Parlamento, la pérdida del escaño para quienes renuncien a sus tiendas políticas y permitir las órdenes de partidos. La Moneda alista citas formales con la oposición, en medio de alto escepticismo y de presión para enfrentar la fragmentación. "El cuadro parlamentario actual es tan enredado como elegir un plan de isapre", se dijo en una cita en Palacio.

Por Eduardo Monrroy y Jorge Palacios 24 de Noviembre de 2024
Sandro Baeza / The Clinic
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“Ministro, usted no se imagina la rabia que hay. Usted se había comprometido a esto”. Fue durante un breve encuentro en el Congreso hace un par de semanas cuando el diputado Diego Schalper (RN) hizo llegar un mensaje al titular de la Segpres, Álvaro Elizalde: la molestia en sectores de la oposición por la tardanza en la presentación de una reforma al sistema político, tarea que el propio Presidente Gabriel Boric encomendó al secretario de Estado en su cuenta pública del 1 de junio.

“Pasan y pasan las semanas y es puro chamullo. Dele tranquilidad a las bancadas de que usted va a cumplir con esto”, agregó Schalper en la conversación.

El ministro pidió tranquilidad de vuelta y respondió que luego de la elección de segunda vuelta de gobernadores regionales —que se desarrollará hoy—, la reforma entrará al Congreso. El mismo mensaje, en todo caso, también transmitió la ministra del Interior, Carolina Tohá, a un grupo de senadores oficialistas en los últimos días.

“Álvaro, el problema es el siguiente: ustedes lo han dicho 30 veces y esto ya es como el cuento del lobo”, fue el mensaje que cerró la conversación, según relató Schalper en Radio El Conquistador.

Escepticismo en un año de reservadas gestiones

La conversación entre Schalper y Elizalde reflejó el escepticismo que cunde en sectores de la oposición respecto del avance de una reforma al sistema político que es considerada clave para enfrentar la fragmentación política que existe en el Congreso y la proliferación de partidos, considerando que hoy existen 22 constituidos y otro puñado en formación.

Según advierten expertos en el área, esa atomización haría inalcanzables los acuerdos necesarios para responder a las demandas ciudadanas y sacar adelante proyectos atascados en el Congreso, como los relacionados a pensiones o salud.

“No hay proyecto de ley que pueda resultar con esa fragmentación”, ha dicho el exministro Francisco Vidal (PPD), mientras que el excomisionado experto Teodoro Ribera (RN) ha planteado la necesidad de una reforma para acabar con los “partidos callampa”.

El propio Elizalde ha graficado el problema señalando que hoy están “todos lo incentivos para la dispersión y la división”, y ha asegurado que hay parlamentarios con los que se debe conversar directamente porque no se sienten identificados por sus presidentes de partido o jefes de bancada, como dijo en agosto en una actividad organizada por la Sofofa.

La queja en los sectores políticos se funda en que desde enero de este año un grupo de profesionales ha trabajado una propuesta, lo que se activó luego de que en diciembre de 2023 la ciudadanía rechazara la del Consejo Constitucional. De ese proceso se valoró que existiera acuerdo transversal para enfrentar la fragmentación parlamentaria, incluyendo iniciativas en esa línea.

A partir de ahí ha habido gestiones reservadas principalmente entre Chile Vamos, el Socialismo Democrático y el Frente Amplio para generar una propuesta “acotada” al sistema político, con mínimos comunes que puedan generar respaldos suficientes. Siempre con La Moneda dentro de la ecuación.

“Si el Gobierno no apoya el proyecto, esto no funciona”, explican fuentes que han estado en esos diálogos, de manera de articular una amplia mayoría a favor.

Pero a lo largo del año ha habido distintos momentos en que desde los partidos señalan que se ha intentado dar un paso más allá sin lograr éxito. Se recuerda la vez en que se abrió una controversia cuando el Presidente Boric en abril condicionó los cambios al sistema político al avance de sus reformas, lo que generó malestar en la oposición.

O en mayo, cuando el senador Alfonso De Urresti (PS) buscó presentar un proyecto con firmas de sus pares de la oposición, pero que fue desactivado por el Presidente Boric, quien le pidió tiempo.

Desde ahí en La Moneda han comprometido el ingreso de la reforma al sistema político, porque aseguran que existe el interés de cerrar esa discusión durante este gobierno. Pero ese paso no se ha dado aún.

El ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde. Foto: Agencia UNO

Un duro tironeo entre fuerzas políticas con Elizalde

El 10 de octubre un grupo de académicos vinculados al oficialismo —varios de ellos exintegrantes de la extinta Comisión Experta, como Antonia Rivas (FA), Gabriel Osorio (PS) y Leslie Sánchez (PL)— hizo llegar a los partidos del sector unos lineamientos para reformar el sistema político en base a las ideas trabajadas en 2023 y que podrían generar consenso. Estos se entregaron a una mesa de diálogo que conforman desde el PC a la DC y que encabeza el presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos.

A partir de ahí, los diálogos se han intensificado dentro del oficialismo buscando una fórmula que deje satisfechos a los partidos que componen la alianza y que generen al mismo tiempo una buena recepción en sectores de la oposición.

El asunto se ha tocado con el ministro Elizalde en citas recientes, como en el comité político ampliado del pasado lunes en La Moneda. En esas reuniones —según fuentes consultadas— ha quedado en evidencia que algunos partidos siguen teniendo serias dudas con avanzar en materias como el umbral o con el modo en que esto se puede presentar, aunque en Palacio aseguran que cada vez son menos.

Los principales resquemores giran en torno a la idea de fijar un umbral legal de entrada al Congreso de un 5% de los votos a nivel nacional. La idea provoca el temor de que algunos partidos puedan desaparecer dado sus recientes resultados electorales negativos, entre los que se menciona el Frente Regionalista Verde Social, Acción Humanista, PH, el PR, PPD, PL, DC, Amarillos, Demócratas, Evópoli y los socialcristianos.

Por lo mismo se han puesto distintas alternativas sobre la mesa, como la posibilidad de que los partidos que no consigan ese umbral puedan “federarse” posteriormente de la elección, lo que es descartado por los principales negociantes.

Al mismo tiempo, el PC también tiene dudas y ha apuntado a que una reforma al sistema político podría llevar a tener de vuelta el sistema binominal, lo que es descartado por quienes están al tanto de los diálogos y los lineamientos de la iniciativa.

La demora en presentar la reforma, en todo caso, también es atribuida a sectores de oposición. Fuentes implicadas en los diálogos con Chile Vamos, aseguran que desde esa coalición hubo quienes pidieron que la reforma no se viera antes de las elecciones municipales de manera de no enredar las negociaciones en materia electoral que la derecha tuvo con partidos de menor representación, como Demócratas.

Los excomisionados expertos Gabriel Osorio (PS), Domingo Lovera (FA) y Antonia Rivas (FA) jugaron un rol en las conversaciones para elaborar una propuesta acotada de reforma. Foto: Agencia UNO

Propuesta contendría seis medidas específicas y umbral se “reformularía”

En una reciente cita entre los partidos oficialistas con La Moneda —según confirman tres asistentes—, el ministro Elizalde planteó los ejes centrales que podría tener un acuerdo, con el diagnóstico que hoy existen varios partidos que comparten ideologías similares y que pese a ello no trabajan juntos.

Un ejemplo que se menciona es el de Amarillos y Demócratas, fundados en los últimos dos años y que en el oficialismo aseguran que tienen una raíz similar. La conformación del Frente Amplio como un partido único, al fusionarse tres fuerzas políticas, en cambio, se menciona como la idea a seguir.

“El cuadro parlamentario actual es tan enredado como elegir un plan de isapre”, recuerda una persona presente en la reunión que se desarrolló en La Moneda.

Así las cosas, el proyecto, indican conocedores, implicaría una reforma constitucional y una reforma legal —aún no se define si se hará mediante moción o mensaje presidencial—, las que abordarían seis medidas específicas que apuntarían a generar incentivos contra la atomización y a que los partidos se agrupen.

En primer lugar, mencionan la idea del umbral de entrada del 5% (con diferencias aún en el porcentaje), pero “reformulado”. Ahora se señala que ya no se trata de un “umbral” a secas, sino que exista a la vez un incentivo al agrupamiento de los partidos previo a una elección.

¿De qué modo? Permitiendo a los partidos la opción de federarse entre sí antes de los comicios. Y la diferencia entre el pacto y la federación, explican dirigentes, es que el pacto se acaba el día de la elección. Además, está la idea de aplicarlo de manera transitoria.

Lo segundo —y que genera amplio acuerdo entre los partidos— es establecer la pérdida del escaño parlamentario para quienes renuncien al partido por el que se eligieron, incluyendo a los independientes que compiten dentro de un pacto.

En las tiendas políticas indican que ello evitaría el “desorden” que se ve hoy en el Congreso con diputados cambiándose de partido más de una vez o con colectividades que ya no tienen representación, como el PDG. El debate se da, además, en una semana marcada por renuncias de diputados, las que se atribuyen a la intención de competir en las parlamentarias de 2025 como independientes o en partidos distintos al cual se eligieron, ante la posibilidad de que la colectividad no les brinde espacio.

Una tercera propuesta que tiene forma es la de permitir las órdenes de partido a la hora de que los legisladores expresen sus votos, ante la intención de que las posturas de las fuerzas políticas sean nítidas ante la ciudadanía.

La idea apuntaría a establecerlo en materias de principios, declarados previamente por el partido y acordados a través de mecanismos democráticos, excluyendo las acusaciones constitucionales, nombramientos o temas que se aparten de lo meramente legislativo.

El resto de las propuestas que tendrían mayor consenso son las relacionadas a aumentar los requisitos para la creación de un partido y las relacionadas a vigilar el financiamiento de las colectividades que están en formación, como también mejorar las reglas de financiamiento para evitar los “partidos pyme”. 

El ministro Elizalde junto a representantes de la DC en la Cámara de Diputados. Foto: Agencia UNO

Expectativas

En La Moneda, al menos, tienen la intención de en las próximas semanas, entre lo que resta de noviembre y los primeros días de diciembre, convocar a reuniones formales con partidos de todo el arco político. Así, ahora se daría paso a reuniones formales con la oposición, considerando que ya han existido acercamientos informales.

De todos modos, algunos partidos resienten la falta de diálogo con La Moneda y apuntan a complicaciones por el momento en el cual impulsar la reforma.

“Elizalde no nos ha comentado nada sobre la reforma. No ha hablado conmigo y lo que le he transmitido es que en este momento no hay piso para una reforma. Antes de llegar una propuesta tiene que llegar precocinado”, dice a The Clinic el diputado Miguel Ángel Calisto (Demócratas), presidente de la comisión de Constitución de la Cámara.

Por su parte, en otras tiendas políticas relevan que están las condiciones para avanzar al respecto. Desde Evópoli, el exconvencional y director del proyecto constitucional de Horizontal, Hernán Larraín Matte, señala: “Nunca es tarde para que reformemos el sistema político. Lamentablemente, el Gobierno no ha mostrado el liderazgo que este proyecto necesita frente a los partidos más pequeños”.

Mientras, el vicepresidente de la Cámara de Diputados Eric Aedo (DC) sostiene que este “es un momento oportuno para iniciar una ronda de conversaciones para una reforma política”, la que, recalca, debe ser acotada y concreta para alcanzar acuerdos.

Sin embargo, en los partidos también indican que nuevamente se pueden encontrar con los rechazos de los propios partidos, pequeños o no, como también de los independientes dentro del Congreso. Recuerdan, en esa línea, que es complejo que los propios legisladores cambien las reglas que les rigen incumben, por eso, para algunos, el momento era en el proceso constitucional.

“Si uno toma en cuenta la renuncia de Jaime Naranjo al PS y de otros diputados, hace un poco dificultoso aprobar una reforma que permita no sólo acabar con la fragmentación, sino también darle mayor disciplina al sistema de partidos, que es la urgencia más grande”, dice un experto que elaboró la propuesta técnica.

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