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Reportajes

Karla Constant: “El formato reality entretiene, acompaña y es súper transversal”

La animadora de Canal 13 comenzará marzo con el estreno de una nueva temporada de Hola y Adiós, mientras continúa con su rol como conductora de los realities de la estación privada junto a Sergio Lagos. A punto de cumplir 30 años en televisión, Karla Constant asegura que lo único que le quedaría por cumplir es presentar las noticias, pero señala que eso no es su norte.

Por 8 de Febrero de 2025
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Las semanas de verano de Karla Constant están lejos de la playa y el descanso. La animadora tomó el lugar de la dupla matinal de Tu Día, Priscila Vargas y José Luis Repenning, mientras ellos están de vacaciones. De esta manera, volvió a una franja en la que ya tiene experiencia, como en “La Mañana del 13” o “Mucho Gusto”, donde se mantuvo hasta 2020.

Durante 2023, la conductora regresó a Canal 13 de la mano de los realities, con Tierra brava, el primero que realizaba el canal desde “Generaciones Cruzadas” en 2014, programa que marcó el final de este formato en la señal privada y que tuvo algunos exitosos y recordados espacios, como “Mundos opuestos”, “Año 0”, “Amor ciego” o “La Granja VIP”.

En marzo, la presentadora estrenará una nueva temporada de Hola y Adiós, programa que anteriormente fue conducido por Monserrat Álvarez. En entrevista con The Clinic, la animadora asegura que “decir que no” no está dentro de sus opciones y que está dispuesta a hacer malabares para congeniar tiempo entre proyectos y sus responsabilidades fuera del canal.

¿Cómo ha sido esta semana?

—Primero fue la semana con la Pri y ahora esta primera semana con Repe. Ellos, ante todo, son compañeros increíblemente generosos. Me he sentido muy bien recibida y acogida. Lo he pasado increíblemente bien.

Con la Pri que hicimos una gran dupla, y lo mismo estamos construyendo con Repe. Aunque son personas diferentes, comparten muchas similitudes en la forma de trabajar. Son simpáticos, les gusta jugar, pero cuando es momento de ponerse serios, lo hacen. Además, están muy conectados con los temas y saben compartir y dar espacio a los demás.

Creo que trabajan muy bien en equipo, y eso es algo valioso, porque entre todos construimos cada jornada de cinco horas. Es bastante tiempo. Me he sentido cómoda, feliz, y con libertad para ser yo misma. Realmente ha sido el mejor regalo del verano.

—¿Cómo ha sido volver a esta franja, hay diferencias desde su última experiencia en Mucho Gusto?

—En realidad, no hay diferencia con lo que terminé haciendo en los matinales de Mega. Creo que, efectivamente, ahora el péndulo está un poco más equilibrado. Siento que puede haber muchos espacios para la conversación, la entretención y la información, abordando tanto el día a día como la actualidad.

—¿Con cuál se siente más cómoda?

—Siempre me gusta el equilibrio. Los extremos, en realidad, no lo hacen llevadero. En cinco horas debe haber una buena combinación de conexión ciudadana, que es fundamental, pero también de entretención y compañía.

Al final, te insertas en un horario en el que, especialmente en verano, hay más niños, presencia familiar. Por eso, me parece importante lograr una mezcla adecuada. Y en Tu Día lo saben hacer muy bien: combinan entretención y compañía con información en las primeras horas del día.

Creo que está bien distribuido y equilibrado, así que, la verdad, me he sentido súper cómoda.

—¿Siente que dentro del canal tiene esta posición de privilegio?

Mira, justo ayer pensaba que, desde mi llegada a Canal 13, he tenido la oportunidad de liderar espacios muy importantes para mí, como el reality y ahora Hola y Adiós, que se estrenará próximamente.

En cuanto al matinal, lo veo más como una colaboración. Es difícil hablar de “reemplazar” a alguien, porque ni la Pri ni el Repe son reemplazables. Yo he venido estas semanas a colaborar para que ellos puedan descansar, y me ha fascinado tener esta oportunidad de participar, aunque sea por un tiempo acotado. Lo he disfrutado mucho.

Obviamente, llegar a un matinal implica una gran cuota de confianza, ya que es el programa editorial más importante del canal. Son cinco horas al aire en las que uno se pone a disposición del programa, juega con él, pero también asume una gran responsabilidad, especialmente en lo editorial.

Desde el primer día he sentido esa confianza, y el hecho de que me consideren e inviten a participar en el matinal es una muestra de confianza absoluta.

¿Le gustaría, eventualmente, regresar a esa franja?

—Nunca he dicho que no a nada. De verdad, siento que decir “no” a algo no va conmigo. Ahora le dije sí con todo al reality, y mis tiempos están completamente ocupados con eso, sobre todo porque no estamos grabando en Chile. Sin embargo, las veces que me inviten a participar o colaborar en el matinal, estaré disponible, porque me encanta esa franja. Me acomoda muchísimo. Me siento realmente muy bien en ese espacio. No me cuesta levantarme temprano; mi mejor energía siempre está en la mañana. Así que estoy feliz. En cuanto al futuro, aún nos queda mucho tiempo trabajando en el reality, algo que me tiene más que entusiasmada. Y entre medio pude hacer Hola y Adiós.

—¿Cómo se dio este nuevo proyecto?

Mira, todos los tiempos que tenga para los proyectos que me interesan, te juro que voy a hacer malabares. Ahora hice malabares entre mi familia, mi tiempo de vacaciones, para poder hacer el matinal. Traté de sumarme a la mayor cantidad de semanas que pude. Y la verdad es que ha sido un acierto para mí.

¿Hay que sacrificar cosas?

No sé si la palabra es “sacrificar”. Las mujeres somos muy buenas para coordinar y organizar. No he sacrificado nada hasta el momento porque he logrado descansar, estar con mis hijos y con mi familia. Y hasta ahora todo ha estado impecable. Las vacaciones han sido muy bien aprovechadas. Espero poder escaparme a la playa, pero si no, te juro que he descansado tanto. El hecho de poder estar en casa es algo que anhelo, porque paso mucho tiempo en Perú.

Sobre el programa Hola y Adiós, ¿Cuáles son sus expectativas? ¿A qué público quieren llegar?

Ah, bueno, quería llegar a eso porque el Hola y Adiós fue una locura. Grabé el programa entre mis viajes a Chile, entre un reality y otro. O sea, realmente exprimí todos mis tiempos. Ir al aeropuerto implicaba horarios AM y PM, con jornadas largas, porque obviamente no todos los vuelos llegan a la misma hora y no todas las despedidas son en el mismo momento. Ya teníamos horarios de trabajo establecidos, eran jornadas largas. Pero no íbamos con nada preproducido.

—¿Era un riesgo buscar la historia en el aeropuerto?

Claro, por supuesto, eso implica que haya días mejores que otros. Había días en los que salíamos diciendo “¡bacán!”; con historias para varios capítulos. Y otros días, que eran mucho más vacíos, en los que conseguíamos, de repente, dos buenas historias o incluso solo una. A veces hay historias excelentes, pero la gente no quiere grabar. Ese es otro riesgo. Pero esa adrenalina en la búsqueda también es parte del programa. Es muy entretenido. A veces voy caminando, hablando, preguntando, y de repente engancho con alguien. La gente se siente cómoda, nos permite grabar, y todo fluye.

—Es un rol distinto a tu perfil como conductora de realities.

En los proyectos en los que estoy, eso es lo que mejor se me da. Pero son muy distintos entre sí: son formatos y géneros diferentes. Cada proyecto se conecta con una parte de mí, con un talento mío. Por ejemplo, aunque Hola y Adiós es un programa grabado, lo hicimos como si fuera en vivo. Grabamos como si estuviéramos transmitiendo en directo: yo caminaba, hablaba, interactuaba. Lo que quiero decir es que grabamos como si estuviéramos en vivo, y así lo enfoqué yo. Las conversaciones se dieron de manera muy natural, y pasó lo que pasó. Si había llanto, había llanto. Si había risas, había risas. Fue un programa muy bonito de hacer.

Me encanta hablar, conversar, entrevistar. Tanto es así que al final, la gente se sintió tan cómoda y confiada conmigo, que me contaron intimidades que, de verdad, yo no quería saber. Pero fue un programa increíble de hacer.

—¿Saber que los realities como Palabra de Honor se iban a grabar en Perú fue un problema a la hora de decidir su participación?

No, para nada. Cuando me propusieron hacer el reality, aluciné. De verdad, me pareció una apuesta grande.

—¿Por qué cree que desaparecieron y luego regresaron a la televisión?

Hay ciertos formatos que tienen sus propios tiempos. Hay realities que nunca dejan de hacerse, a nivel mundial. Todo tuvo que ver con nuestra contingencia. Hablando de los extremos y de los péndulos, hubo momentos en los que todo se volcó hacia la actualidad, más noticiosa, con más espacios de análisis. En esos momentos, la entretención o los programas de este tipo no eran una prioridad.

Siempre hablábamos de que en la televisión chilena el péndulo iba a volver al equilibrio. Y yo creo que, efectivamente, el equilibrio llegó. A medida que se abrieron más puertas a la entretención, empezaron a concretarse los espacios para hacer realities.

El tiempo que estuvimos encerrados por la pandemia, el tiempo del estallido social y el posterior, mostro que en los estudios y encuestas sobre televisión que el género reality nunca fue olvidado. La gente quería realities. Y durante la pandemia, la gente vio mucho reality antiguo a través de YouTube.

—Evidentemente hay cosas que de los realities antiguos que ya no se pueden hacer.

No, gracias a Dios. 

—¿Hay para usted un cuestionamiento por al frivolidad del contenido?

En la actualidad, no. El reality es un programa de entretención en el que efectivamente ocurren muchas situaciones de la vida real. Siempre decimos que son teleseries o historias de la vida real, porque lo que se genera día a día en un encierro es lo que vemos, obviamente editado. Hay una parte del programa que se muestra sin editar, y otra que se emite en la noche. Pero, efectivamente, es una teleserie en la que todo se desarrolla por la convivencia de los participantes. No lo pondría en la categoría de frivolidad. Creo que los realities acompañan, son súper entretenidos, y, obviamente, ahora creo que se hacen de una mejor manera. Siempre se busca que haya una buena convivencia bajo ciertos parámetros. Recordemos que tenemos una línea editorial y que hay cosas que, por supuesto, nunca se van a permitir.

—El bullying, por ejemplo.

Está bien que esté bien cuidado. Es como debe ser. Hay gente a la que efectivamente no le gustan los realities, y está todo bien. No tiene por qué gustarle a todo el mundo. Pero creo que el formato reality entretiene, acompaña, y además es súper transversal.

—En su Instagram se define como “Mujeraza de 52”. ¿Cómo se siente con respecto a su edad dentro del mundo televisivo? Existe la creencia de que las mujeres a cierta edad en la TV pueden ser “descartables”.

Opino todo lo contrario. Es importante que cada una de las mujeres siempre sigan abriendo espacios. Siempre voy a destacar la labor femenina. Al final es para todas los caminos que se puedan abrir.

—¿Le costó llegar al lugar donde estás ahora?

Yo no puedo decir eso, porque siempre he tenido la oportunidad de tomar riesgos. Me han encargado programas, ya sean unitarios, en equipo o en dupla, súper importantes. De verdad, me he sentido súper privilegiada, tanto en Canal 13 como en Mega, y ahora de vuelta en el 13. Pero sí creo que depende de uno seguir siendo, ¿cómo se dice? Requerida, solicitada, o estar en el top of mind de los ejecutivos o de los equipos de trabajo. Y eso es un trabajo. Yo creo que depende de cada uno de nosotros. Y gracias a Dios, siento que Chile está abandonando un poco el tema de los límites de edad, sobre todo con las mujeres. Bueno, tengo el dato de que en 1996 fue tu primera participación en televisión.

—El próximo año serían 30 años de televisión. ¿Tiene algún desafío pendiente?

He hecho de todo. He trabajado incluso en teleseries. He tenido la oportunidad de hacer lo que he querido, lo que he soñado, lo que se me ha ocurrido, lo que me han propuesto. Distintos formatos, géneros… Y tengo el placer de decir que lo único en lo que no he estado es en las noticias, pero no es mi ambición ni mi norte. No sé, creo que no tengo nada pendiente. Lo que sí me gustaría, y es un sueño súper personal, es llegar a hacer algo como lo que hizo Mirtha Legrand. Hay que sostenerse, mantenerse y seguir siendo una persona interesante y valorada para seguir en televisión. No quiero usar la palabra “atractiva”, porque cuando uno dice “atractivo” se asocia a lo físico, pero sí valiosa en su campo. Creo que, como en la vida, hay que ser flexible, adaptarse e ir aprendiendo los nuevos códigos, porque no te puedes quedar en el pasado. Así que sí, creo en mí, tengo fe en mí, y de verdad sueño con conseguir muchos años más, no por ambición, sino porque esto es lo que me apasiona. Cada vez que trato de imaginarme en otro escenario, no puedo, y qué rico que no pueda, porque eso quiere decir que voy a trabajar el doble para seguir en televisión.

—¿Qué le parece el regreso de al farándula a la pantalla?

Cada canal aborda el tema de la farándula desde una perspectiva distinta, y creo que mientras más programas haya, mejor. Lo que no le puede pasar a la industria es que cada vez se reprima más y solo se apueste por contenido enlatado. Hay momentos más críticos en los que recurrir a contenido grabado parece más eficaz, pero mientras más programas se hagan, mejor. Mejor para todos los profesionales y también para la gente, porque no todo el mundo tiene acceso a internet ni a plataformas, y las plataformas suelen ser caras. Hay cierto tipo de televisión que uno cree que está al alcance de todos, pero no es así. Encuentro espectacular que la televisión abierta siga existiendo. Nunca voy a a apuntar con el dedo. Soy parte de la industria, soy de la televisión. Jamás podría señalar con el dedo a un tipo de formato o género. Creo que es el público quien decide lo que quiere ver o no ver. Pero también nosotros, los canales, tenemos la responsabilidad de hacer propuestas y de atrevernos a más.

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