De wáteres, nanas y próceres
Sabía que el momento iba a llegar inexorablemente pero lo retrasé lo más que pude, demorándome en el resto de la habitación hasta que mi supervisora llamó para recordarme que no podía tomarme…
Por Amalia BondSabía que el momento iba a llegar inexorablemente pero lo retrasé lo más que pude, demorándome en el resto de la habitación hasta que mi supervisora llamó para recordarme que no podía tomarme…
Por Amalia Bond