Columna: ¿Neomisoginia?
A los doce años, cuando mi etiqueta de presentación dejó de ser “niña” –cuyo significado no variaba demasiado de “niño”– empecé a sospechar de que mi anatomía no era un dato…
Por Constanza MichelsonA los doce años, cuando mi etiqueta de presentación dejó de ser “niña” –cuyo significado no variaba demasiado de “niño”– empecé a sospechar de que mi anatomía no era un dato…
Por Constanza Michelson