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Nacional

18 de Febrero de 2013

La contradicción que complica a la empresa detrás del incendio en Valparaíso

Una contradicción vital complica a la empresa detrás del voraz incendio que consumió más de cien casas en Valparaíso y dejó a más de 500 damnificados y que la fiscalía tendrá nada menos que un año para descubrir a los responsables. Sucede que el hasta ahora único imputado en el caso, el soldador Carlos Rivas […]

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Una contradicción vital complica a la empresa detrás del voraz incendio que consumió más de cien casas en Valparaíso y dejó a más de 500 damnificados y que la fiscalía tendrá nada menos que un año para descubrir a los responsables.

Sucede que el hasta ahora único imputado en el caso, el soldador Carlos Rivas Quiroz, aseguró durante la audiencia de formalización que se realizó la semana pasada, que la firma le ordenó mentir cuando fuera requerido por la autoridad. La versión que debía entregar era que estaba pintando, cuando en realidad cortaba fierros con una galleta, sin que hubiera un cortafuego que separara la obra de los árboles de la quebrada donde se inició el siniestro. De hecho, Rivas Quiroz aseveró que su jefatura lo hizo firmar un documento en ese sentido y que ese mismo día lo llamaron a su casa para recordarle el compromiso de silencio.

Podría tratarse de la versión de Rivas Quiroz contra la firma, sin embargo, el primer comunicado de RVC señalaba que “si bien el fuego eventualmente se habría expandido desde un terreno baldío colindante a nuestras obras, no ha sido comprobada ninguna responsabilidad de la empresa”.

Y añadía: “Hasta el momento descartamos plenamente que el fuego se haya originado por acción humana de alguno de nuestros trabajadores. Más aún, todo el personal de la obra colaboró de inmediato y desde el inicio en el control del incendio, hasta que llegó Bomberos”.

De hecho, cuando el diario El Mercurio intentó obtener alguna versión de los trabajadores, estos indicaron que no estaban autorizados para hablar.

Sin embargo, después de la formalización de Rivas Quiroz, RVC, a través de su gerente Roberto Bascuñán, indicó que darían la cara, que se harían responsables y que les ordenaron a los trabajadores entregar toda la información a la fiscalía.

El perseguidor de la fiscalía porteña Víctor Ávila, siguiendo la más lógica línea de investigación, interrogará a todos los obreros que estaban aquel día, como también a la jefatura que habría presionado a Rivas Quiroz para mentir, cuya identidad se desconoce.

En casos como estos suele suceder que debido a la cantidad de versiones que se entregan algunos coinciden con la versión del único formalizado hasta ahora, es decir, que la empresa lo obligó a mantener una versión alejada de la verdad.

De allí en adelante podrían haber otros formalizados, ya sea por obstruir la investigación o por negligencia. De acreditarse este última, dará pie a demandas civiles contra RVC.

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