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Cultura

27 de Junio de 2013

Elogio del Maracanazo, el libro de cuentos dedicado al fútbol

Siguiendo fiel a los cuentos, en su segunda entrega el periodista nacional Víctor Hugo Ortega se vuelca por completo al fútbol a través de nueve historias de ficción, aunque siempre con algo de realidad. Desde “Yo ayudé al Coto Sierra a hacer ese gol” y “El tiempo de Zamorano y Salas” hasta “Allende era de Everton” y “El fotógrafo de Bielsa”, los relatos hablan de lo obvio: el deporte, pero también de todas esas situaciones y vivencias que lo envuelven.

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Víctor Hugo Ortega, periodista y escritor nacido el ’82 escuchó hablar del Maracanazo por primera vez el año 2000 haciendo zapping entre las radios Cooperativa y Agricultura cuando escuchó un monólogo de Julio Martínez sobre el momento histórico en que Uruguay dio vuelta el marcador contra Brasil en la final del Mundial de 1950 un 16 de julio en el Estadio Maracaná. Al menos eso dice su cuento Elogio del Maracanazo, el cual reconoce que es autobiográfico y el que le da el título al libro de nueve cuentos futboleros. Después le preguntó detalles a su mamá, futbolera y fanática de Unión Española. Desde ese entonces, el Maracanazo cobró un significado especial para él.

Se trata de su segunda entrega, luego de Al Pacino estuvo en Malloco, también de cuentos. Luego de ese trabajo, Ortega había quedado con ganas de escribir sobre fútbol, porque “se transformó en un lugar de encuentro, porque a veces uno con la familia no tiene tanto tema de conversación por una cuestión generacional y me daba cuenta que el fútbol era como un encuentro, con mis primos, con mi mamá y creía que no había que subestimar eso”, cuenta el autor, quien agrega que va al estadio con su mamá “y eso le debe pasar a mucha gente. Por eso lo hice como un tributo que evoca momentos que yo viví con el fútbol”.

Elogio al Maracanazo (el cuento), nace de esa relación de Ortega con el momento histórico que marcó a una generación mayor que la de él, en la que, fascinado con la historia, Ortega parte a Uruguay a conocer a Alcides Ghiggia, el jugador que metiera el segundo gol que marcaría el 2 a 1 definitivo del partido. “Cuando fui pasaron muchas cosas como extrañas y simpáticas y bonitas y poéticas. Y dije: ‘bueno, esto tiene que ser una historia’, y coordiné todo el libro para que girara en torno a ese cuento”, relata el escritor que agrega que “lo más importante es cómo un país tan chico le ganó a un país tan grande”.

Ortega resume con facilidad su segundo libro, dice que es para futboleros. Pero las historias, como en su trabajo anterior, están escritas con tal cotideaneidad que en realidad cualquier persona puede identificarse, o al menos entretenerse con alguna de las nueve historias. Como en Allende era de Everton, donde unos barristas pelean en un terminal de buses sobre cuál era el equipo favorito del ex Presidente.

La lealtad de los árboles cuenta cómo una cancha de fútbol en un barrio puede marcar la historia de sus habitantes. Criado en Malloco, el mismo Ortega fue parte de esos barrios donde no faltaba la cancha atrás de la casa: “y ¿qué pasa cuando ya no está? Te das cuenta que todo un barrio, todas las personas que vivían en pos de una cancha, de pronto ya no tienen nada. Y todas sus conversaciones radican en que ‘oye, ¿te acordái cuando estaba la cancha?’ o ‘¿te acordái de ese partido?’ Entonces esa hueá es fuerte. Que viva toda una comunidad en torno a una cancha de futbol, que es algo importante para nostros: la señora que lavaba las camisetas, la que vendía completos. Incluso los funerales eran con banderines del equipo de fútbol”, dice Ortega.

Y así, todo su libro tiene ese sentido de la nostalgia y el romanticismo de que ya no se puede volver atrás: yo creo que efectivamente el fútbol es una plataforma donde los tiempos pasados fueron mejores. O sea, qué más claro que nosotros que fuimos terceros en un Mundial en el ’62, y siempre tenemos que vivir de las glorias del pasado. No tenemos muchos éxitos recientes que te anulen la nostalgia del pasado”.

Por eso, algunos de sus cuentos remiten a la era Bielsa y el tiempo de Zamorano y Salas. Sobre ese cuento, el del Za-Sa, Ortega dice que recuerda a una época menos violenta, con estadios más llenos. “Si bien soy viuda de Bielsa, creo que la selección del pelao Acosta, a deiferencia de Bielsa, tenía eso, que arraigaba a la gente de una manera muy pasional. Uno ve los partidos de las eliminatorias para Francia y estaban repletos, ahora siempre hay espacios vacíos”, señala.

Al igual que en su trabajo anterior, este libro se trata de una autoedición. Como Víctor además trabaja en el Consejo de la Cultura no puede postular a fondos estatales, pero dice que no es eso lo que lo volcó a la autogestión, sino que se debió a malas experiencias que tuvo con Al Pacino estuvo en Malloco, porque “nadie te pesca mucho. Incluso las editoriales pequeñas se dan el tiempo de conocer tu proyecto, pero te dan fecha como para un año más para sacarlo”, dice Ortega ya con más experiencia sobre el mercado editorial y la autoedición. Dice, además, que esta forma de trabajo le es cómoda, porque “tienes libertad narrativa. No hay mediadores. Hay escritores como yo que queremos tanto y somos tan obsesivos con nuestros libros que no queremos que lo toquen muchas manos. Que si el libro tiene errores o virtudes, sean mis errores y mis virtudes”, declara el autor, quien dice, en sencillas palabras, que este nuevo trabajo “no es otra cosa que un libro de amor y devoción por el denominado deporte rey”.

“Elogio del Maracanazo”
Autor: Víctor Hugo Ortega C.
Autoedición
Páginas: 136
Precio: $10.000
A la venta únicamente a través de: [email protected]

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