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Opinión

14 de Diciembre de 2016

Paty Maldonado sin ningún filtro: “A mí las redes sociales me importan un pene, me las meto por la raja”

Paty Maldonado (66), la panelista del matinal Mucho Gusto de Mega y la que se tiñe el pelo morado intenso, está más flaca que nunca gracias a una operación y mucho ejercicio. Ha bajado treinta kilos y ahora se siente estupenda cuando se ve en pantalla. Lo que no ha cambiado en ella es su fanatismo por el general: sigue siendo fiel a su compadre y lo defiende a garabato limpio. Es de las últimas pinochetistas que se sienten orgullosas de serlo. Le importa un comino que le digan “vieja facha” y “vieja culiá”: “Sí, soy facha y bien culiá. ¿Cuál es el problema?”, lanza.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

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¿Cómo han sido estos años sin Pinochet?
-Si me preguntas por algún familiar que haya perdido, ha sido dramático. Perdí a mi madre y una sobrina. Pero si me preguntas por él, que ha sido un líder para mí, claro. Lo sigo admirando, queriendo, respetando.

Con todo lo que se ha ido descubriendo de Pinochet, ¿se te ha caído un poco o no?
-Para nada. Digan lo que digan, saquen lo que saquen, no se me caerá nunca la figura de Pinochet.

Pinochet fue tu compadre. Tu hija es una de sus ahijadas.
-Sí, poh. La verdad no es tema para mí hablar de Pinochet. Si esta entrevista va a ser para hablar solamente de eso, te digo altiro que no. No voy a perder el tiempo. Y te vuelvo a repetir: a mi compadre Pinochet lo seguiré hasta el día que me muera, porque hoy este país es gracias a él. Te guste a ti o no. O al Clinic. Este país es lo que es por Pinochet. ¡Mala cuea pa los demás! Es más, ojalá me entierren con una chapita de Pinochet cuando muera. Cambiarme a estas alturas, es muy difícil. O sea, qué más querís que te diga.

¿Qué admirabas de Pinochet?
-Cuando me llamaste para la entrevista, era para conversar sobre cómo estaba en la televisión, cómo había bajado de peso y todo eso…

Pero también te dije que era a propósito de los 10 años de la muerte de Pinochet.

Sí, pero si esta va a ser solo una entrevista política no me interesa.
Con el The Clinic no gano nada. Muy por el contrario, porque ustedes pueden cambiar las cosas, y eso no se los voy a aguantar.

Para tu tranquilidad, saldrá textual lo que me digas.
-Te lo digo altiro: Esta huevá tiene que salir puesta como yo te la estoy diciendo.

Obvio.

-No como tú la sentís o como tu editor. Quiero que pongan hasta los garabatos.

No te enojes, Paty.

-Te digo nomás.

RATAS PIRQUINERAS
¿Mantienes contacto con la familia de Pinochet?
-No mucho. Pero cuando la señora Lucía ha estado enferma, inmediatamente me contacto con algunos de sus hijos para saber de ella.

No la ha pasado bien en este último tiempo por las propiedades que le descubrieron en Cema Chile…
-No me preocupo de Cema Chile, sino que de su salud. Eso de Cema Chile para cualquiera es complicado.

Así como eres pinochetista, ¿también admiras a la Lucía?
-¿Por qué no habría de quererla o admirarla si es una mujer? Encantadora la señora, nunca tuve un problema con ella. No estoy en ningún plan de pelar a nadie de la familia.

Pero hay gente que no la pasa.
-No son pinochetistas esos hueones, entonces.

Eres de los últimos rostros visibles que va quedando del pinochetismo. La mayoría de quienes lo defendían, ahora se hacen los lesos.
-Esa gente denota el verdadero mariconeo. Para mí, un individuo que es capaz de lavarse las manos después que usufructuó, lo pasó la raja y gozó de un gobierno, es un maricón. Simplemente son ratas pirquineras, guate’ focas: se arrastran en cualquier fango. Yo tengo un dicho muy antiguo: los cobardes mueren de rodillas pidiendo perdón y los valientes con las balas al pecho. Te diré algo, chiquilla: La gente pinochetista es gente en silencio.

¿Por qué se han callado?
-La gente de izquierda es más alharaca. Y la de derecha es más cobarde. Está callada. Ten cuidado con eso. En mis redes sociales hay una cantidad de gente hablando de mi compadre. Hay algunos que me dicen chuchadas, obvio. Pero a esos los mando a la conchesumadre y después los bloqueo. A mí las redes sociales me importan un pene, me las meto por la raja.

Te han hecho varios memes.
-Sí. Hay algunos que son fantásticos, que me cago de la risa.

Te dicen “vieja facha”.
-“Vieja facha”, “vieja culiá”. Sí, soy facha y bien culiá. ¿Cuál es el problema? Distinto sería que me dijeran “vieja traficante”, “vieja pedófila”. Que me digan vieja facha, me importa un pico. Lo que quiero decir es que ese tipo de gente, que se lava las manos, me da asco.

Muchos de la UDI se han lavado las manos.
-Después que le pasaban la lengua por las botas. Vi a muchos de esos diciendo “llegó, llegó, llegó el papá”. Esos hueones no valen la pena.

Esa distancia que tomaron fue por las platas que le descubrieron en el Banco Riggs y no por las violaciones a los derechos humanos.
-Bueno, muchos de esos tienen ahora que dar explicaciones con las famosas facturas y las boletas, ja, ja, ja. Izquierda y derecha. Porque el señor Ominami está metido hasta el culo. La señora, que acaba de perder las elecciones en Santiago, también. Aquí el arreglín de bigotes, mijita linda, fue terrible. El ser humano es corrupto por naturaleza. Tanto me das, tanto te doy.

LONDRES Y FIDEL
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En TVN dieron un especial de Pinochet sobre sus últimos días. Te mostraban en Londres…
-Para qué voy a ver un programa donde van a tirar pura mierda. ¿Estái más loca? No veo huevás. Donde no existe la justicia de verdad. La historia ha sido tergiversada totalmente. Hay cosas que sí son verdad. Pero otras no.

¿Qué son verdad?
-Hubo excesos, sí. Hay que ser muy tonto para negarlos. Pero también hay que ver el contexto. La gente que estaba dentro del país eran guerrilleros que iban al choque, a la muerte. Fue lamentable por la gente que murió y que no apareció.

Hay familias que aún no saben el paradero de sus familiares o no han tenido justicia.
-Vamos a seguir cincuenta años con lo mismo, ¡hasta cuándo!

La Luz Guajardo, otra pinochetista insigne, contaba que ustedes dos se habían agarrado a coscachos en Londres por Pinochet.
-Ella está mintiendo. Le he sacado la cresta a un par de viejas y las he dejado tomando agüita. Y me han aforrado también, pero en Londres nunca me pelié a golpes con nadie. Me acusaron de que le había pegado a alguien, pero es mentira. En Inglaterra no se permite eso. La agresión más grande que puedes hacer, es verbal o con escupo. Reconozco que fui tremenda.

¿Qué hiciste?
-A los comunistas los insultaba las 24 horas del día. Los saqué de sus casillas. Por una razón simple, chiquilla: los que se fueron, llevan mucho tiempo allá, piensan en inglés, hablan inglés, compran en inglés, todo en inglés. Se van poniendo huevones. Pierden la chispa del chileno. ¿Sabís lo que nos gritaban los gallos? “El que no salta es momio”. ¡Cáchate! Esa huevá es de la época de Allende, poh.

¿Qué respondias tú?
-“Qué te pasa conchetuma…” No podian creerlo. Y yo que soy navaja para el garabato, los volví locos.

¿Le hiciste alguna canción a Pinochet?
-Pero por supuesto: “Se fue en silencio no dijo nada, solo sonrió al partir”. Cuando falleció, se le cantó eso. Me llama la atención que no me preguntes por Fidel Castro. Ese se murió hace poco y no me preguntai por él.

¿Celebraste su muerte?

-No. Pero me alegré. Trabajé en contra de Fidel Castro y me declararon persona non grata en Cuba. Es más, les hice una canción maravillosa a Elián, el niño que sobrevivió en el botecito y que mostré a los exiliados en Miami y que el CD entró camuflado a Cuba. También hice un programa radial clandestino a favor de Cuba. Y la gente nos escuchaba, porque allá hay dictadura, pos mamita.

Muchos de derecha hablan de dictadura en Cuba, pero se hacen los lesos con Pinochet.
-Ja, ja, ja. ¿Y qué pasa con los de izquierda que hablan de la dictadura de Pinochet, y cuando les preguntan por Fidel Castro o Chávez se hacen los hueones? ¿Qué hay de distinto? Nada. El otro hueón estuvo 60 años. Acá estuvieron 17. La dictadura es una sola.

AMOR X HERMÓGENES
En algún momento te interesó la política. Quisiste ser diputada en los 90.
-Ya no me interesa. Es muy asquerosa. Estoy bien como estoy. Votaré por el que quiero votar.

¿Por Piñera?

-No. Me costó ene darle mi voto. No es de mi simpatía. Fue un sufrimiento votar por Piñera. Es un traidor. Y me estoy metiendo en la pata de los caballos, pero cuando tú ofreces garantías para los militares que están presos, y le dices que lucharás por ellos para que salgan libres, y después resulta que todas esas promesas te las metes por el culo, no me parece.

No hay por ahora algún candidato de derecha que vaya en tu línea.
-Entonces, le pondré pico al voto, ja. ja, ja. Tampoco me declaro de derecha. No tengo fundos ni nada que defender. No soy Larraín, Zañartu ni Errázuriz, tengo un apellido común y corriente. Soy una mujer de pueblo, de clase media, con un papá policía y una mamá dueña de casa. Y todavía no veo un candidato que sea para todos los chilenos, sin resentimiento, sin una bolsa de bilis en la cabeza, que no venga con la huevá de los derechos humanos cada cinco minutos. No hay.

Fuiste uno de los primeros rostros que se metió a la política.
-Y me fue el descueve. Pero fui horriblemente ninguneada por los políticos. La gente me decía que estaba loca. Y hoy, fíjate, todos tienen alma de vocación social. Pero yo fui la primera que trajo la picota, la pala y la carretilla. Les pavimenté el camino político a estos hueones de farándula.

¿Qué te parece Cathy Barriga?
-A mí no me tiene que gustar, sino que a la gente de Maipú, por algo votaron por ella.

Muchos dicen que Cathy Barriga llegó hasta ahí por estar emparentada con la familia Lavín.
-Las malas lenguas dicen que Lavín será el único que tendrá dos municipios, Las Condes y Maipú, ja, ja, ja.

No le comprabas mucho a Joaquín Lavín.
-No le compro a él ni tampoco a la derecha. A muchos los respeto. Por Hermógenes Pérez de Arce me saco el sombrero, es un hombre maravilloso.

De repente habla puras leseras.

-Me da lo mismo. Me encanta. Nadie lo puede hacer bolsa porque es un hombre con demasiados argumentos y que sabe mucho de política. Ten cuidado. Él te puede hacer bolsa a ti.

Él también es de los que ha sido fiel a Pinochet.
-Respeto a la gente que es capaz de seguir hasta el final con sus ideas. Ahora la pregunta del millón: ¿por qué no puedo decir que soy pinochetista y otros pueden decir que son allendistas, y es respetable? ¡Vayanse a la chucha! Me importa una raja, comadre.

Pero Allende pasó a la historia como un mártir y Pinochet como un asesino.

-Perdón, qué fue primero, ¿el huevo o la gallina? Allende si hubiera hecho un buen gobierno, ¿habría llegado Pinochet? No llega poh, mamita. Así de simple. Y como el gobierno fue como las huevas llegaron los milicos. Si los milicos no llegaron solos. ¡Los pedimos nosotros!

¿Cuándo te volviste pinochetista?
-El mismo día que se tomaron los milicos el poder. Ese día fue increíble. Antes íbamos a los cuarteles a gritarles cosas a los milicos: ¡milicos gallina de mierda! Y los pobres militares ahí aguantando. Pero luego tomaron ese sentir del pueblo. Y salieron a la calle.

¿Cómo viviste la UP?
-No la viví en La Dehesa, sino que en el barrio Pila de Estación Central. Fui dirigente de la juventud DC. Seguía a don Eduardo Frei Montalva que vomitaba a los comunistas. Estuve en cana varias veces entre el 70 y el 73. Los carabineros me sacaron la conche su madre.

¿Por qué?

-Nos tomamos la Villa México para no dejársela a Allende. Los departamentos se los pasábamos a la gente que los necesitaba. Poníamos una bandera chilena y nadie podía meterse: ni Carabineros, ni el Serviu. Soborné a uno de los gallos que tenía las llaves de los departamentos para que me pasara los departamentos vacíos a cambio de otros para él.

Eras brígida.

-Si hubiera sido comunista, habría sido más peligrosa que mono con navaja, ja, ja, ja…

¿Pero eres de los que pasaron hambre en la UP?

-Ojalá pongas esto: yo sería la mujer más feliz si despertáramos un día y nos encontráramos en el 2016 en plena época de la UP. Una semana, nomás, le pido a diosito.

Pero hay montones de reportajes y documentales de esa época.
-Eso no sirve. Las cosas hay que vivirlas. No hay que verlas ni leerlas. Estoy segura que habría un alto índice de suicidio, sobre todo en gente joven, porque no podrían soportar que no existiera Internet, pan o aceite. Ustedes nacieron en una época donde hay televisor a color, Internet…

¿Eso fue gracias a quién?
-¡A Rusia, poh! Fue gracias a mi compadre que tuvo los cojones pa dejar la cagá y punto.

LAS PIFIAS
Hay algunos que dicen que no eres un gran aporte en la tele.
-¡Ja, ja, ja! Puta, qué me da risa esa huevá. Que me gusta hincharle las hueas a la gente. Me encanta.

¿Cómo ha sido este año para ti en lo televisivo?

-Bien, con mucha actividad. Tengo una productora pequeña, Fábrica de Espectáculos. Me pueden decir “Paty, necesitamos un café concert de puras mujeres”, yo me siento, tiquitiquití, y sale algo.

¿Cómo te salen las historias?
-Tengo harta ocurrencia. Invento historias. Me hago acompañar por dos chiquillos que hacen libretos. Intercambiamos ideas. Pero, a la larga, terminan haciendo lo que yo quiero.

Eres media dictadora para tus cosas.

-Terriblemente. Trabajo harto. Y en televisión tengo algunas licencias. Puedo llegar más tarde porque vivo lejos.

¿Cómo se hace para lidiar con tanto ego en el Mucho Gusto?
-A la edad mía uno aprende a vivir con los egos. Hago mi pega y trato de hacerla lo mejor posible. El resto me importa un soberano pene.

A Lucho Jara lo pifiaron en los Copihue de Oro.
-En este país ocurren esas cosas. Lo peor que te puede pasar en la vida es que te vaya bien. El chileno, en general, es esnob, clasista, siútico y envidioso. Los fracasados son los que más critican.

¿A ti te han pifeado?
-Sí. Me pifiaron en Viña treinta mil personas en el año ’74. Lo más divertido, es que después me fui a las Rocas de Santo Domingo donde una amiga. En la noche salimos y había una fogata de unos chiquillos y cuando paso, uno de los cabros dice: “me cae mal esta galla”. Yo me devolví y les dije: “quiero que me digan por qué les caigo mal”. “Porque te creís la muerte”. Entonces, la pifia fue por pesá, porque realmente me creía el hoyo del queque. En ese instante dije: tengo que cambiar mi forma de ser.

¿Por qué te creías la raja?
-Creía que era la mejor cantante que había en este país.

Para Lucho Jara debe ser difícil enfrentar las pifias considerando que es egocéntrico.
-La pifia de Lucho estuvo un poquito manejada. Pero Lucho es un gallo que tiene experiencia. Y no es malo sentir la pifia para mantener las dos caras de la moneda, el éxito y la lata. ¿Y crees que a Lucho le importó?
Al revés. Al día siguiente, todos tonteábamos con la pifia. Lo pifiábamos cuando entraba, cuando iba al baño…

¿Se llevan tan bien como se muestran en pantalla?
-Mira, yo no tengo muchos amigos en la televisión.

¿Por qué?
-Es por mi carácter. No soy muy amigable. De la tele, me hice muy amiga de Carlos von Mühlenbrock y Viñuela. Trabajé con la Javiera Contador. Un encanto, pero nunca fuimos amigas. La Magdalena Montes, encantadora la chiquilla, pero tampoco.

¿Y con la gente del programa?
-Le tengo mucho cariño a varias personas, pero con otros del panel no soy amiga y no lo seré por distintas diferencias. No es que nos tengamos mala ni mucho menos. Pero a mi casa no invito a cualquier persona.

¿Cómo te llevas con la Kathy Salosny?
-No tenemos problema. A la Ivette Vergara le tengo un tremendo cariño. A Lucho también. Lo conozco de cabro chico. Fue el primero que me imitó.

¿Con la Pamela Díaz?
-Es una muy buena amiga. Loca como ella sola. Desordenada, desorganizada, terrible. Pero le tengo mucho cariño.

Con la Raquel Argandoña eran bien amigas. Ella, contó en el programa El Cubo de CHV, que estaba sentida contigo porque no le habías mandado un mensaje por la titulación de la Kel.
-Yo no suelo felicitar a mis amigas cuando los hijos se reciben. Mi hijo se recibió de publicista, y nadie me mandó un mensaje, la Raquel tampoco. Yo creo que ella estaba sacando la castaña con la mano del gato.

Hablando de mujeres de carácter fuerte, con la que has peleado harto es con la doctora Cordero.
-Con la vieja hemos peleado harto, pero debo reconocer que es inteligente y dice cosas que nadie se atreve a decir.

¿Y la Pamela Jiles?
-Ay, la Pamela Jiles está loca, que se meta en el bosque y se pierda con el lobo.

Hace poco estuviste con una obra que se ríe de los matinales. ¿Qué te parecen los matinales en general?
-Cumplen una función para entretener a la dueña de casa en la mañana y a la gente que trabaja temprano. Ahora puede que la línea editorial a uno no le guste. Y está bien.

¿Y el de TVN donde está el francés Yann Yvin?
-El francés anda un poquito perdido y su acento me provoca un poquito de molestia.

No te debe gustar entonces el acento de Amaro.
-¡Qué estupendo Amaro! Hoy día estuvo en el programa, es regio.

¿No probaste sus churros?
-No, por esta dieta no puedo comer nada, ja, ja, ja.

¿Pero te gusta el matinal de TVN o no?
-No me entretiene. No digo que sea malo, solo que tiene una línea distinta. Curiosamente con el que más me he entretenido es con el de Chilevisión.

¿A quién no le compras en la tele?

-Hubo una época en que aparecieron las Sandy Boquitas, las Geishas, las Amalia Granata. Esa huevá fue una bolsa de gatos. No, yo diría que una bolsa de caca. Nadie entendía qué hacían esas personas en la tele. Menos mal que eso pasó.

CINCO REFRIGERADORES
Este año has bajado mucho de peso.
-Sí, porque en enero me operé.

Siempre has tenido rollos con tu peso.
-Hice dieta toda mi vida: la del sol, la de la luna, la de los siete granos de arroz, la del ajo, la del sexo que tenía que cumplir tres veces al día…

¿Cómo lo hacías para cumplir con tu esposo siendo que trabajas todo el día?
-No me digai cómo andábamos. “Jorge, me toca”. “Ya, vieja, cabréate con esta huevá”, ja, ja, ja. Hice de todo. Pero yo consumía muchísimas anfetaminas. Cuatro o cinco cápsulas al día de 90 milígramos. Estoy viva de cuea. En el año 2000 las dejé.

Con las anfetaminas no engordabas.
-Nada. Y cuando las dejé, engordé 40 kilos. Pesaba sesenta y subí a cien. Nunca más los pude bajar. El año pasado cuando terminó The Switch, me senté a ver el capítulo final en mi camita, y cuando aparezco en pantalla no podía creer que era yo. ¡Me veía espantosa! Lloré en silencio. Primera vez que lloro por algo que no sea la muerte de alguien. Y me fui inmediatamente a hablar con el doctor Mario Ojeda para que me pusiera un balón gástrico. Los primeros días me sentí muy mal. Pensé que no lo resistiría. Al quinto día ni un problema. He bajado treinta kilos. También porque hago ejercicio. Camino rápido 40 minutos. Luego me subo a la vibradora diez minutos. Y hago cinco minutos de la Total Crush que es una máquina criminal. Voy en las 180 sentadillas.

En una nota vi que tenías como cuatro refrigeradores en tu casa.

-Sí. Tengo cinco refrigeradores y dos freezer.

¿Por qué tantos?
-Porque soy una enferma. Tengo que haber pasado hambre en la otra vida, porque en esta jamás. Compro carne, pollos y pescado por cantidad y los congelo. Tengo uno para las verduras, otro solamente para el desayuno que tiene el jamón, el queso, el yogur.

Paty, ¿qué piensas de la marihuana?
-Nunca he fumado. Pero tengo ganas de hacerlo y lo haré. No he consumido droga alguna, excepto la anfetamina y la comida. Soy partidaria de que la marihuana sea legalizada. Así se termina el tráfico.

¿Estas a favor del aborto?
-Soy partidaria de legalizarlo cuando es terapéutico. Pero si no te cuidaste, no me vengai con hueás. Siempre pongo de ejemplo a Felipe Camiroaga.

¿Por qué?
-Un hombre estupendo, millonario, soltero. ¿Crees que alguna de las mujeres con las que se acostó no quiso chantarle un cabro? Demás que sí. ¿Quién es el que se cuidaba ahí? ¡Él, poh! El tipo tiene que haber pensado: no quiero tener hijos todavía. Cuando un hombre no quiere hijos, se cuida. Los polvos se hacen con responsabilidad. A mí me gusta tirar, es lo más rico del mundo. Nadie puede discutir lo contrario. Pero yo no quiero tener hijos. Por lo tanto, yo me cuido y te cuidai voh, perrito.

¿A tus 66 tiras mucho?
– O sea, hago el amor. Bueno, a estas alturas no tanto. Pero hasta los 50 años, ufff. Me gustaba mucho. Me sigue gustando, pero con los años te vas poniendo más lenta. El hombre también. En vez de que sea, ponte tú, tres veces a la semana, ahora es una vez cada quince días, cada veinte días, hasta treinta días. Pero cuando se hace, se hace bien. Lo paso el descueve.

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