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Nacional

26 de Diciembre de 2016

La agrupación ultraconservadora que infiltró la Academia de Líderes Católicos

La organización nacida en México llegó hace diez años al país, actuando a través de Muévete Chile y otras organizaciones antiaborto. En España han causado tanto revuelo mediático que un grupo de obispos se manifestó llamando a no integrar sus filas. Desde el Arzobispado admiten los rumores de su existencia, pero niegan tajantemente su apoyo a organizaciones secretas. Ex miembros de El Yunque revelan por primera vez sus mecanismos de afiliación y la instrumentalización que hacen de la Academia de Líderes Católicos. Sus testimonios son tan potentes que el vice gran canciller de la UC y director de la academia, Cristian Roncagliolo, se comprometió a iniciar una investigación dentro de la universidad.

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“Puedes pasar, está todo listo para que hagas el juramento. Debes sentirte contenta, fuiste elegida por Dios”, le dijeron. Andrea (29), pasó de una habitación llena de luz, al living del departamento. Las cortinas estaban cerradas y su vista tardó en acostumbrarse; cuando lo hizo, distinguió en el centro de una mesa larga un par de velas que iluminaban los retratos del Papa y de Alberto Hurtado. Tres golpes y se dio inicio a la sesión.

Los asistentes estaban divididos por género y ubicados en filas, vestían el uniforme oficial: ellos, un traje negro y camisa blanca; ellas, falda y blusa. La ceremonia comienzó rezando el rosario en latín para luego proceder al juramento de la nueva integrante:

-En nombre de Cristo Rey y María Reina juro convertir la organización El Yunque en actividad primordial en mi vida. Juro guardar la más absoluta reserva sobre su existencia, sus integrantes, acciones y estrategias. Juro obediencia- recuerda haber pronunciado Andrea.

El juramento fue realizado en la casa del mexicano José Antonio Rosas, actual director general de la Academia de Líderes Católicos, luego de participar en una misa en la Parroquia de El Bosque. El rito ligaría a Andrea de por vida a la sociedad secreta cuya filiación no podía siquiera revelar a su familia.

En ese momento los miembros del grupo, encabezado por José Antonio, la bautizaron con un seudónimo bíblico para resguardar su identidad y mantener en secreto su participación en el grupo.

Así, en el año 2006 Andrea comenzó a militar en el Yunque, una organización cívico-política con la misión de preparar una suerte de elite espiritual y, a través de ellos, ocupar distintos puestos de poder. Su misión: instaurar el reinado de Cristo en la tierra.

LA VIDA Y LA MUERTE

Andrea cursaba segundo año en la universidad Finis Terrae cuando unos amigos la invitaron a ser monitora de grupos en la Escuela de Líderes Católicos, hoy convertida en academia. Ahí iba a escuchar charlas basadas en la Doctrina Social de la Iglesia y formar grupos de jóvenes secundarios y universitarios que debatían en torno a estas ideas. “Era una formación súper casada con la derecha, los políticos que asistían a los seminarios siempre eran DC, UDI, RN”, cuenta.

Durante seis meses Andrea colaboró en la escuela. Dispuesta a seguir ayudando en la formación de grupos juveniles con valores cristianos, aceptó la invitación de un amigo del grupo. “Pucha como se acabó la escuela, nos gustaría invitarte a este grupo, es pro vida y forma parte de Muévete Chile”, le propuso.

-El estilo de afiliación de esta gente es invitarte a participar de algo muy masivo para generar vínculos, saber cómo eres, tu entorno y tus amigos, si pasas esa primera prueba te invitan a otra cosa más chica y si pasas eso te invitan a una tercera cosa que es El Yunque- dice Andrea.

Ignacio -nombre ficticio que usa para proteger su identidad- fue invitado a formar parte de El Yunque en enero de 2015, luego de pertenecer a un grupo de oración conformado por amigos que conoció en la pastoral de la Universidad Católica y con los cuales asistió a la Academia de Líderes Católicos.

En mayo de 2014, al finalizar la academia, estos amigos le propusieron formar un grupo de oración al que asistiría todas las semanas. “En estas plataformas los miembros de El Yunque conquistan la confianza y amistad de las personas, les dan protagonismo pero siempre dirigido a las intenciones de la organización”, explica Andrea.

Cada integrante debía preparar un tema contingente para discutirlo desde la moral católica, así estuvieron hasta que un día, uno de los miembros les realizó una encuesta donde les preguntaban acerca de sus antecedentes socioeconómicos y los ponían en situaciones hipotéticas.

-Nos dijeron que era un formulario para un amigo de la universidad que estaba haciendo un trabajo, así que respondimos con toda confianza. Nos preguntaron hasta por quién votamos y por quién votaron nuestros familiares en la última elección- recuerda Ignacio.

Luego de eso, siguieron las reuniones de manera normal y nada levantó sus sospechas. “Espero que todos asistan hoy porque tengo un invitado especial”, escribió en el whatsapp del grupo uno de los miembros.

Al llegar, los asistentes se encontraron con Rodrigo Donoso, ingeniero comercial de la Universidad de Chile, miembro del movimiento gremial en dicha casa de estudios, quien en ese entonces era subdirector de finanzas de la Academia de Líderes Católicos. “Yo les voy a dar la charla hoy. Es una que siempre muestro en la academia: sobre la vida y la muerte”, les dijo Donoso y comenzó a exponer sus ideas en un proyector.

-Cultura de la muerte: aborto, divorcio, capitalismo, comunismo, homosexualidad y masturbación. Hartas frases de Juan Pablo II y Escrivá de Balaguer del Opus Dei. Nosotros no cuestionamos eso. Donoso es un tipo súper carismático, recuerdo que también lo había visto en la Fundación Jaime Guzmán, pero de lejos- precisa Ignacio.

Quienes participaron de la charla no se fueron sorprendidos, era común ver a Rodrigo Donoso hablando en esos términos mientras daba sus clases como profesor voluntario en la academia. El debate se animaba cada vez que Rodrigo pedía participación.

Pasaron dos semanas y por whatsapp un amigo del grupo de oración invitó a Ignacio a tomar café en el centro de Santiago para conversar “algunas cosas importantes”. “Muchas gracias por venir, pero no estaremos solos. Falta un invitado”, le advirtió. Al poco rato se les unió Donoso, dirigiendo la conversación. “Yo sé que tenían un grupo de amistad y oración que fue al que me invitaron la última vez. Me preguntaba qué te había parecido”, introdujo Donoso.

-Me sirvió para fortalecer nuestra amistad, la fe, ahondar en temas de cultura católica- le respondió Ignacio algo confundido con su intervención.

A Ignacio le sorprendía la cantidad de información que manejaba sobre su grupo de amigos si solo los había visto una vez. “¿Te gustaría que existieran más de estos grupos? ¿Tú qué estarías dispuesto a hacer para que existieran más de estos grupos? ¿Qué te parecería si te digo que existe un grupo de personas que trabaja motivando la formación de estas comunidades, te gustaría conocer a este grupo?, le preguntó Donoso.

-Sí, me parece la raja que las personas compartan su fe- respondió.

Luego la conversación tomó un giro donde las preguntas se centraron en la importancia del secreto y la prudencia. Ese fue el momento que Donoso aprovechó para hacerle la invitación a pertenecer a El Yunque, grupo que hasta el momento solo había mencionado eufemísticamente bajo la chapa de “La Organización”.

-Tú sabes que el demonio mete su cola en todas partes, porque en este grupo uno de los valores principales es ese, que las cosas importantes quedan entre nosotros, la gente no puede saber de la existencia de la organización, porque nosotros tenemos muchos enemigos. Además políticos, sacerdotes y obispos, nos ayudan, y son parte de este grupo- le afirmó Donoso.

La conversación tomó otros tintes, Rodrigo Donoso ponía énfasis en el reinado social de Cristo y cómo los católicos están llamados a defender esas ideas en el discurso público. Así, entre preguntas y reflexiones Ignacio aceptó ingresar a El Yunque. Para hacerlo oficial debía presentarse ese mismo fin de semana en la Iglesia la Transfiguración del Señor, ubicada en Hernando de Magallanes, ahí se realizaría la misa y el rito de iniciación se llevaría a cabo en el departamento de uno de los miembros.

Al juramento era necesario que asistiera con un terno negro y camisa blanca. “Era muy importante para Donoso, que yo llevara esa ropa en la mochila y allá me vistiera para evitar ser identificado por esos enemigos que para mí siempre fueron invisibles”, añade Ignacio.

Tiempo después de la invitación, Ignacio comentó el episodio con sus amigos de la pastoral. Ahí se dio cuenta que no era el único al que le habían hecho la propuesta de ingresar a El Yunque. Dentro del grupo, una amiga comentó que desde los 14 años militaba en la organización. “Nos dijo que había entrado cuando cursaba octavo básico en el Colegio San Francisco de Asís y que desde ese entonces había guardado el secreto, hasta ahora cuando por fin había logrado desvincularse”, recuerda Ignacio.

Consultado por su participación en el Yunque y por su rol en la Academia de Líderes Católicos, Rodrigo Donoso señaló estar alejado de la subdirección hace más de un año, negando tajantemente su vinculación al grupo y ser un captador del Yunque. Tampoco quiso referirse a su vinculación con el movimiento Hazte Oír en el año 2014.

-No es primera vez que me vinculan a esto. Es un grupo de gente ociosa que no da la cara y que quiere perjudicar mi carrera como asesor político. Cuando participé en El Círculo, me decían que era muy pobre para ser del Opus, ahora me dicen que ando incitando el secreto-aclara Donoso.

EL ORIGEN

Los miembros de El Yunque se reconocen antimarxistas, anticapitalistas, en contra del matrimonio homosexual, se autodenominan pro vida y proponen la castidad de sus partidarios. A lo largo del tiempo han ido creando códigos, ritos y formas de captación, infiltrándose para conseguir adherentes en diversos grupos católicos juveniles como la Academia de Líderes Católicos, organizaciones en contra del aborto y asociaciones gremiales en las universidades.

La organización nace en México en el año 1953 -hay quienes sostienen incluso que tiene raíces neonazis y antisemitas- y se define como una asociación civil secreta que busca defender e instaurar la moral cristiana más conservadora y tradicional.

Su fundador, Ramón Plata, murió asesinado a balazos en 1979 y su cofundador, Marcelo Cid, admitió en el año 2003 que El Yunque buscaba “evangelizar las instituciones públicas mediante la infiltración de todos sus miembros en las más altas esferas del poder político”.

El Yunque se enfocaría en tres líneas: captación de jóvenes, nichos de poder político e influencia mediática. A través de estos ejes ha intentado influir en las políticas públicas de diversos países donde se ha expandido: Colombia, Argentina, España, Perú, Paraguay y, desde el año 2006, también Chile. Para entonces, tal como lo denunció The Clinic, comenzaban a perfilarse a través de movimientos como Hazte Oír y Muévete Chile.

El mismo modus operandi realizado en España. Santiago Mata, periodista e historiador, autor del libro “El Yunque en España: La sociedad secreta que divide a los católicos”, demostró la vinculación de El Yunque a organizaciones públicas como Hazteoir, Instituto de Política Familiar y Profesionales por la Ética.

-En España su principal transcendencia ha consistido en dividir a los católicos y hacer que en todas sus iniciativas aparezca la duda de que estén infiltradas por esta sociedad secreta. La consecuencia ha sido la esterilidad de toda iniciativa social y política en defensa de las convicciones morales cristianas- afirma Mata.

Luego de destaparse la presencia de la organización en la asociación española, HazteOir.org creó la fundación CitizenGO, presentada como una asociación compuesta por millones de “socios”, que ha buscado inmiscuirse en campañas de protesta en todos los países de Latinoamérica.

Algo similar sucedió en Chile, luego de la disolución de Muévete Chile, los integrantes formaron nuevas plataformas de acción como Soñando Chile y Juntos por la Vida.

ACADEMIA DE LÍDERES CATÓLICOS

Al poco tiempo de militar en El Yunque a Andrea se le ordenó asistir a una “acción” -actividades que iban desde pintar carteles hasta infiltrarse en diversos eventos- que generalmente se disfrazaban a modo de pantalla como seminarios de líderes católicos en el extranjero.

Fue bajo esta burda estrategia que Andrea asistió a Argentina con el objeto de infiltrarse un fin de semana entero en un congreso feminista. La misión de Dios era desarticular al grupo de mujeres, saboteando sus conclusiones. “Teníamos que ofrecernos para tomar los apuntes del seminario y así escribir valores católicos en las conclusiones, en vez de las reflexiones abordadas por las feministas. Una cosa que me pareció infantil y absurda”, dice ahora Andrea.

Luego de ese viaje volvió a Santiago con un diploma de líderes católicos que justificaba su ausencia. La misma pantalla sería utilizada para enviarla a México durante un mes a la escuela de formación de El Yunque.

Durante dos semanas, Andrea estuvo internada en un centro de retiro mexicano recibiendo instrucción ideológica. Las mañanas comenzaban con el himno de El Yunque y una formación. Luego tenía clases sobre el origen de la organización, acerca de valores cristianos y formas de afiliar a la gente. Entremedio las niñas fueron llevabas trotando hasta un descampado donde tuvieron entrenamiento militar. “La idea era enseñarnos a resistir la guerra santa. Cuando terminamos esa fase nos llevaron nuevamente al retiro donde fuimos recibidas con un cóctel”, cuenta Andrea. Luego añade: “Pero yo ya me quería ir, encontré que era enfermo. De locos, totalmente anacrónico. Ahí supe que José Antonio Rosas era un enviado de El Yunque México para crear la Academia de Líderes que es una herramienta de captación de El Yunque”.

José Antonio Rosas, aún se mantiene como parte de la dirección general de la academia, que hace un par de años atrás pasó a integrar los planes académicos de la Universidad Católica, Finis Terrae, San Sebastián y DUOC UC. Así, a través de un sistema de becas, 100 alumnos tienen la posibilidad de graduarse de la academia todos los años.

Rosas niega conocer alguna organización llamada El Yunque y su vínculo con la Academia. “La Academia de Líderes Católicos es un centro de formación autónomo, con sus propios órganos de gobierno independiente a cualquier movimiento y organización política o religiosa. Por lo tanto, niego tajantemente mi pertenencia a El Yunque”.

El mismo recorrido que realizaron Andrea e Ignacio, lo habría hecho la última promesa de la derecha intelectual chilena: Henry Boys. Ambos exmilitantes de la agrupación reconocen también a su amigo Benjamín Lagos como militante de El Yunque, con quien crearon la organización Soñando Chile que realizó una campaña antiaborto repartiendo adhesivos para autos. Boys y Lagos fueron contactados por The Clinic pero no respondieron a nuestros requerimientos.

Cristian Roncagliolo, presidente del directorio de la Academia de Líderes Católicos y vice Gran Canciller de la Universidad Católica, reconoce haber oído hablar de El Yunque en conversaciones informales, “pero siempre como un movimiento político alejado de Chile. Jamás imaginé que podría estar en mis narices. Quiero dejar claro que la Academia de Líderes Católicos no puede ser un instrumento para partidos políticos, ni para El Yunque. En esta universidad no hay espacios para grupos secretos y vamos a iniciar una investigación”.

Desde la Vicaría de Educación reconocen no hacer difusión a la Academia de Líderes Católicos. El vicario Tomás Scherz aclara que esto se debe al carácter político de la organización, a diferencia de la vocación de comunidad pastoral promovida por la Vicaría. Scherz, sin embargo, realizó un informe que recopilaba testimonios de personas que lograron desvincularse de El Yunque en el año 2006, cuando recién comenzaban a gestarse las primeras células en Chile.

-He estado investigando un poco más acerca El Yunque, hay cosas que me hacen dudar. La vinculación con José Antonio Rosas me parecería una cosa grave y sería nefasto si se ocupara la Academia como una reclutadora para El Yunque- afirma Scherz.

Desde el Arzobispado señalan que El Yunque no tiene aprobación eclesial, ni formal o escrita. “En la Iglesia no quedan espacios para el secreto, sobre todo después de los escándalos en que ha estado involucrada producto de eso”, afirma Scherz.

El autor del último libro sobre el Yunque en España, Santiago Mata, asegura que el Vaticano está en conocimiento sobre las intenciones del grupo y que efectivamente es un tema que divide a la Iglesia: Una organización donde el secreto es la base para permanecer en el grupo y así esquivar a los enemigos de Dios instalados en los gobiernos laicos.

Desde el Arzobispado de Santiago aseguran que El Yunque es una organización “al borde del sectarismo”, que ha logrado dividir la estructura eclesial en México y España.

Hasta el momento en la Universidad Católica no se han generado las instancias para que exmiembros de la Academia de Líderes pudiesen contar sus experiencias en la organización secreta. Cristian Roncaglioglo se comprometió a esclarecer la vinculación de José Antonio Rosas con El Yunque a través de una investigación. “Lo único que nos queda, mientras tanto, es poder contar lo que nos pasó y así evitar que más jóvenes sean víctimas de una organización que te aleja de tu familia, te elige los amigos y te distorsiona la fe”, concluye Andrea.

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