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Cultura

10 de Mayo de 2009

“Veo a la gente estresada por su pega y me da lata trabajar”

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

Ricardo Ramos (26), el gran Lebowski chileno, que disfruta de la vida sin gastar nada.

Jeffrey Lebowski es el personaje de una película de los hermanos Coen. Es un tipo que nunca ha trabajado y sólo juega a los bolos. El Oso no conoce a Lebowski, pero sus vidas se parecen en algo: ninguno tiene trabajo y no piensan en buscarlo. Pertenece al grupo de jóvenes que son ‘eternos estudiantes’, tiene dos carreras en el cuerpo y ha pasado por tres universidades. Su único antecedente laboral fue una práctica de administración de empresas en un pool donde lo único que hizo fue jugar. Pese a que sus padres le financian todo, en su casa no hace la cama, no limpia y no cocina, e increíblemente no se considera flojo: “¡Soy una mierda de persona! Pero lo comido y lo bailado no me lo quita nadie” –dice.

POR JORGE ROJAS • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES

Son las tres de la tarde del viernes 24 de abril y Ricardo Ramos, el Oso, se levanta de su cama. La última vez que despegó un ojo fue a las once de la mañana, para apagar la alarma del reloj y seguir durmiendo.

La noche anterior se fue de carrete. Estuvo en un cumpleaños de un amigo, se fue a un bar en Vitacura y terminó comiendo en el Mc Donalds de Príncipe de Gales a las cinco de la mañana. Inexplicablemente, y como si esto fuera un acto de magia, todo eso lo hizo gastando sólo dos mil pesos: “con una luca me compré unos cigarros y con la otra un copete” –dice.

La plata que el Oso gastó esa noche no se la ganó trabajando, sino que se la regaló su mamá, porque él nunca ha tenido pega. Lo cierto es que no le gusta trabajar y pese a que en el 2002 egresó de administración de empresas en el Inacap y hoy cursa el último año de ingeniería comercial en la universidad Gabriela Mistral, el Oso nunca ha sudado la gota gorda. A su favor juega que aún es joven: tiene 26 años. En su contra juega el hecho de que a esa edad ya muchos trabajan con mayor o menor éxito. Como Mark Zuckerberg, creador de Facebook, que tiene 700 millones de dólares con sólo 23 años.

El Oso, en cambio, no tiene ni un veinte y siempre ha vivido con sus padres, que le financian los 300 mil pesos de universidad, 60 mil de mesada para fotocopias y la micro y varias lucas más para los carretes. Por eso y porque la cama siempre está hecha, la comida servida y todo ordenado, dice que vivir con los padres es lo mejor.

Sólo recuerda dos ocasiones en que ganó plata trabajando y fue cuando se las dio de barman por una noche y terminó curado; y cuando hizo la práctica de administración de empresas en un pool, que quebró después que el Oso tomó las riendas del negocio.

¿Cómo es que hiciste la práctica en un pool?
-En el 2003 hice la práctica en el pool Manhattan, que estaba en Tobalaba con Vespucio. Iba todos los días allí. Durante ese año mi rutina fue ir a clases en la mañana, almorzar en la casa y a las tres partir al pool hasta las diez de la noche. Después de eso veía TV hasta las tres de la mañana y al otro día repetía la misma rutina. En ese tiempo estaba de vago y tenía cero preocupación, incluso de aburrido un día pinté la casa para hacer algo distinto. Como prácticamente era amigo del dueño, él me dio trabajo y le pregunté si podíamos pasar la pega como una práctica y me dijo que sí. Y me saqué un siete… jajaja.

¿Cuál era tu ‘pega’?
-Pasar las pelotas y recibir plata. En realidad no había que administrar nada, sino que sólo atender, pero en el Inacap decía que llevaba las cuentas. Además tenía que jugar pool, porque todos van a jugarle al que atiende, y si ganaba la mesa la plata entraba para el pool y si perdía la casa invitaba. Como era medio malito, todos los huevones me iban a jugar para no pagar.

¿Por eso quebró el pool?
-Me siento más o menos culpable de esa quiebra, pero en realidad son mis amigos los que siempre me huevean con eso. El pool quebró porque muchos iban a mirar y no a jugar. La gente se aburrió de que un huevón siempre estuviera mirándolos cuando le pegaban a la bola. Además, afuera se ponían a fumar pitos o a tomar chelas.

¿Te pagaban por atender o la práctica era gratuita?
-Ganaba dos lucas diarias y jugaba todo lo que quería. Cuando me pagaban inmediatamente la apostaba jugando al pool y de repente sacaba algo, pero la mayoría de las veces la perdía.

LA VIDA LOCA

¿Eres bueno para carretear?
-Desde que conocí el trago que todos los fines de semana me voy de carrete y eso fue en octavo básico. El año pasado me echaron de la universidad Diego Portales por repetir varios ramos y todo por el carrete y el hueveo fuera de clase.

¿Tomas harto?
-Una vez le pedimos al dueño de un bar que por favor abriera a las diez de la mañana porque queríamos carretear y ya a las siete de la tarde estaba raja de curado de vuelta para la casa.

¿Te gastas toda la plata en carretes?
-Depende. Por ejemplo, el cinco de este mes ya no tenía ni un peso. Tuve que pagar una plata que debía, sacar unas fotocopias y el resto me lo carretié. Me quedaban diez lucas un día viernes y dije que no iba a salir para guardarla, pero salí convencido de que me iba a gastar la mitad y a las tres de la mañana ya estaba pidiendo prestado. ¡Soy una mierda de persona! Pero lo comido y lo bailado no me lo quita nadie.

¿Cómo has carreteado estos días?
-Trato de conseguirme una luca con mi mamá para poner algo por lo menos. Aunque todo este mes he salido a costa de otros, haciéndome el huevón cuando juntan la plata para comprar un copete: cada vez que piden me voy al baño.

¿No has pensado trabajar para financiar tus gastos?
-La vida es relajada. Veo a la gente estresada por su pega y me da lata trabajar. Prefiero no hacer nada antes que ver a la gente sofocada con mil huevadas. ¡Qué mejor que vivir piola sin pensar que al otro día hay que hacer muchas cosas! Esto lo tengo que hacer mientras pueda, porque cuando entre al mundo laboral voy a ser uno más de ellos.

Imagino que en verano tampoco buscas trabajo.
-Durante todo el verano de este año busqué práctica y no sé por qué no me llamaron. Al principio quería puro trabajar y en febrero me llamaron de la Coca Cola pero les dije que no porque me iba a Reñaca a ver mujeres en colaless. No estaba ni ahí con trabajar. Claramente llegará el momento en que hay que trabajar y ponerse serio, pero por mientras todo happy.

¿Qué hiciste este verano?
-Fue diferente a todos los demás porque todo enero estuve mandando currículum por internet, a Laborum o en Trabjando.com. Ese mes fui a nueve entrevistas y en todas me dijeron ‘te llamamos’ y nunca lo hicieron. En esos días mi rutina fue estar en la casa viendo TV y jugando al solitario en el computador hasta las cinco de la tarde, hora en que ya sabía que no me llamarían, y después salía con mis amigos a jugar a la pelota. Además, nuevamente pinté la casa, que es pesado porque tuve que sacar las cortinas y los cuadros. Eso me mantuvo como una semana ocupado.

¿Qué diferencia tu vida normal de una en vacaciones?
-Que ahora, por ejemplo, tengo la preocupación de la universidad, pero en el verano cero preocupación. Ahí si que no hago nada. Mi única preocupación es saber de dónde saco plata para carretear, porque no puedo pedirle todo el día a mi mamá.

NO SOY FLOJO

¿Tus papás no te huevean por tu flojera?
-Se aburrieron. Me preguntaban por qué tenía que estar todos los días hueviando y llegando a las cinco de la mañana. Todo el rato me preguntaban ‘¿Qué estás haciendo?’ y yo les decía ‘pasándolo bien’. Al final me dijeron que yo velara por mi parte y que si tocaba fondo cagaba no más. Como que mis viejos no siguieron calentándose la cabeza conmigo. Igual he sido un poco consciente de eso y no estoy carreteando toda la semana.

¿Haces tu cama?
-No, nada. La hace mi tía, que también viene a darle comida al perro. Si ella no llega, la cama pasa sin hacerse y me acuesto así no más. Cuando mis padres viajan, la cama pasa sin hacerse hasta que llegan y termino durmiendo con el puro cubrecama y las sábanas y las frazadas por cualquier lado. Tampoco lavo mi ropa y la única conciencia que tengo es dejar la ropa en el tarro antes que la laven, porque si no queda la pieza hedionda.

¿Te da lata no contribuir en nada en tu casa?
-No. Lo que me da lata es que me digan que ordene.

¿Te quieres ir de la casa?
-No, porque mis papás me dijeron que cuando terminara de estudiar ellos se jubilarían anticipadamente y vivirían en una casa que tienen en el sur y esta casa donde vivo ahora va a ser mía. Pienso en ese momento y me pregunto ¿quién me va a lavar la ropa? ¿Quién va a cocinar? ¿Quién va a hacer aseo? Es súper bonito vivir sólo, pero por otro lado tienes que pagar las cuentas y limpiar, en cambio acá lo tengo todo. Ahora, supuestamente cuando viva solo ya voy a estar trabajando y voy a tener plata, entonces supongo que tendré una nana.

¿Cuando vas a pasar a la vida laboral?
-Cuando tenga mi primer trabajo. Ahora como que estoy chato de tanto hueviar, pero no estoy apurado por buscar pega. Cuando termine la universidad se termina también esta vida loca de jolgorio.

¿Te gusta el fútbol?
-Sí. Por lo general el domingo, después de un arduo carrete donde quedo para la cagada, me despierto como a las doce y me pongo a ver fútbol inglés. Después veo la previa del fútbol argentino, luego el partido, más tarde veo fútbol chileno y como a las ocho de la tarde me voy a jugar yo a la pelota. Cuando vuelvo me pongo a ver los goles en la TV.

¿Eres flojo?
-No, para nada.

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