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Opinión

21 de Junio de 2009

The Clinic y la libertad de expresión

Por


Por Pedro Pablo Cortés

Hace algunos años, surgió un pasquín, como ellos mismos bautizaron, en el cual se podía leer la alegría que sentían, y que representaban a miles o millones de chilenos, con la detención de Daniel López en Inglaterra.
Al fin se estaba haciendo justicia, aunque a miles de kilómetos de esta pequeña y humilde faja de tierra, aún bajo la sombra del dictador. La conmoción fué tal, que el gobierno envió al Gran Insulza a rescatarlo, con el asco que imagino sintió, y pudimos seguir en vivo como los esbirros de Pinochet y sus viejas alcahuetas protestaban frente a la London Clinic (also known as The Clinic) gritando un curioso “We want justice”, que miles de chilenos gritaban en castizo hace algo más de 25 años, “Queremos justicia”.
Más de 10 años han pasado ya desde la aparición de ese primer número de The Clinic, y lo he seguido durante todos estos años, sólo saltándome algunos números “especiales” a luca y que mermaban mi presupuesto estudiantil, lo que significaba comerme sólo un completo y no dos, y comprar cigarros sueltos en vez de la Belmont 10.
He aguantado durante estos años su alza de precio, la desaparición de algunas columnas como las de Titan do Nascimento (aún recuerdo la memorable frase “de 10 cachetás sale un polvo” y la aplico a los negocios), el recorte de las minas en pelotas (supongo que por presión de los avisadores) con divertidas frases y la merma en su cantidad de páginas, que según el Director responde a la decisión de ahorrar papel para no subir el precio, lo que es muy altruista.
Hace muy poco, y acorde a los tiempos que corren, decidieron salir a la web. Y fué un festín para los blogueros como les llama JC Foxley y para los temidos “Trolls”, que se dedican a armar camorra sólo porque sí e insultar desde la derecha o la izquierda a sus enemigos. Mi estrategia fué tratar de aportar e ignorar a imbéciles como Chamito, Run Run, Corvo Sangriento, Richo (que nombre más gay) y otros que no recuerdo. A varios nos tenían chatos y personalmente yo mismo los hubiera torturado y lanzado al mar.
Hasta que se les cocurrió la genial idea de crear un registro simple para poder postear. Salté yo de alegría previendo el gran intercambio de ideas que se produciría, todos con sus nombres legales y sin los imbéciles de siempre.
Me registré con mi nombre, el cual siempre utilizo para postear, sin embargo la cosa no funcionaba. Reconozco que molesté harto al admin por su falta de pericia, ya que se podía seguir posteando sin registrarse, llegando a tal grado su pica que borraba todos mis comentarios, a los cuales aplicaba copy paste y re-posteaba, con epítetos parecidos a”bórrate éste”. Y me di cuenta que borraba el de otros usuarios también, a su simple albedrío. Esto me traho a la mente el recuerdo de porqué abandoné el foro de La Tercera e incluso salí publicado en The Clinic con una pequeña reseña, a propósito del caso Maciel. The Clinic era el imperio de la libre expresión.
Estimado Director: si Chile fuese una página web donde los diarios son los posteadores, a ustedes les borrarían todos los comentarios (lo que es lo mismo que decir que les requisarían todo el tiraje), por “ofensivos”, “faltos a la moral”, “sin respeto”, etc, y a uno de sus “escritores”, el primate Foxley (no me puede demandar porque los humanos somos primates, y no le daré mi rut para que vea mi Dicom) lo bannearían en toda la web. Comentarios como “Longueira la tiene corteira” o los numerosos chistes sobre Pavlovic o la foto de Pinochet haciendo el saludo Nazi habrían sido borrados por el administrador del sitio, que es lo mismo que censor.
Como ya me estoy alargando mucho, finalizo. Como tienen poca experticia en censurar y son abiertos de mente, lo que habla bien de ustedes, se les fué de las manos esto de la censura. Aprendan de sitios como El Antro, que tiene sus reglas claras y el que quiere hablar puras webadas va a un foro especial y el que viola estas reglas es banneado del sitio. Si hubiese reglas claras en esto de postear, la cosa sería distinta. En estos momentos sólo están siendo unos maldito censores, revisando los comentarios antes de publicarlos y haciendo pagar a justos por pecadores por una cáfila de imbéciles con nicks raros.
Publiquen las reglas y todo el mundo feliz. Y adminitrador………….bórrate éste¡

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