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10 de Agosto de 2009

El hombre que vende su alma en Internet

Por

POR MACARENA GALLO

Quedó cesante y no halló mejor idea que vender su alma por Internet en 10 mil dólares. Aún no recibe ofertas en su sitio web y por eso está dispuesto a venderla a quien quiera “Se la vendo a Spiniak si quiere. Total le estoy vendiendo el alma y no el poto, jaja”, dice.

Tiene 24 años, dos semestres de Publicidad en el cuerpo, una familia y está cesante. Y, según algunos, loco, porque desde hace un tiempo mantiene un blog en Internet en que ofrece la venta de su alma por diez mil dólares, sin condiciones de ningún tipo. Dice que se la vendería al mismísimo diablo si éste juntara las lucas.

En su blog (http://aquivendomialma.blogspot.com) cuenta que hace tiempo vive en decadencia, con vicios, mujeres y alcohol y que su alma no tiene salvación. Y que por eso la vende: porque está chato y suplica que le den mejor uso del que él le ha dado. “Usted puede usar mi alma para lo que crea más oportuno, rituales budistas, invocaciones de demonios, resucitar a Hitler, Gandhi… La posesión del alma propia y una segunda, como en este caso la mía, quizás le permita mantener dos creencias al mismo tiempo aunque no hay pruebas científicas de ello”, sigue el anuncio. Fuera de eso, las razones de Pedro son más concretas: hace poco perdió la pega y tiene una hija de tres años por mantener. Ha buscado trabajo y le ha ido mal.

Sólo encontró cosas esporádicas relacionadas a la producción de eventos.

Un día, revisando Internet, dio con unos avisos de tipos que, como él, vendían su alma. No le parecieron locos y hasta los compadeció. Se le ocurrió que era una buena forma de ganar plata fácil, porque -razonó- no está comprobado si el alma realmente existe. En el negocio había una duda y más de alguien podía picar y comprarse un alma nueva. No le dio más vueltas al asunto y puso el aviso en Internet. No espera hacerse millonario. A lo más darse gustos tan simples como salir a comer o vestirse bien. “No fue una cosa de que haya quedado sin trabajo y un día para otro dijera: ‘ah, voy a vender mi alma’… Andaba buscando hacer algo llamativo desde antes, que causara algún efecto, una crítica, por así decirlo. Da rabia que muchos jóvenes no tengan posibilidades de trabajo”, se queja.

¿Pero vendiendo el alma lo lograrías? Porque quedas más que nada como loco…
-Sí, lo sé, porque no es común que alguien venda su alma y es más que seguro que te tilden de loco hueón. Pero eso me da lo mismo.

Tanto le da lo mismo, que cuando le hicieron una nota en televisión en que quedaba como loco, ni se inmutó. Él se siente normal, con una pareja y familia normal. Sólo que cesante.

No tuvo peleas en su familia cuando apareció en la tele. Nadie le dio mayor importancia. La que sí se enojó algo fue su novia, que le dijo que estaba “de patio”. Pero fue todo. Uno que otro comentario que lo agarraba para el hueveo de sus primos, pero nada grave.

Según Pedro, es mucho más grave estar sin pega que vender el alma. “No tiene nada de raro, es más penca estar cesante y no tener oportunidades… Lo que quiero es la plata para poder hacer otras cosas. Tampoco soy de esa gente que quiere hacerse rica ganándose el loto. Yo quiero tener lo mío, trabajando, abriendo un negocio bueno”.

ALMA CARRETEADA

Pedro no es católico, y por eso vender el alma no significa nada para él. El alma, piensa, es algo subjetivo, como la religión. Y en eso cree poder tener una ventaja, porque está seguro que la mayoría de la gente sí cree en el alma. A ellos va dirigida la oferta. Si alguien cree y quiere comprarla, que lo haga. Sino, filo no más, dice. También está disponible para cualquier loco que aparezca, por supuesto. “Yo creo que voy a creer que existe el día que me la compren y me hagan cagar en el infierno”, dice.

¿A quién no le venderías tu alma ni cagando?
-No tengo un filtro.

O sea, ¿podrías vendérsela a Spiniak sin ningún problema?
-Sí. ¿Por qué no? Si es el alma y no el poto, jajaja.

Pedro pasa el aviso: los que quieran comprarla, sólo se llevarán un contrato firmado ante notario en que se acreditará que son “dueños del alma de Pedro”. Nada más.

Hasta ahora no ha tenido interesados. Su esperanza está en algún extranjero excéntrico o algo así. Lo único que ha recibido han sido bromas y más de algún mensaje tildándolo de “hueón loco”. Hasta lo han llamado “idiota, zoperutano y falto de imaginación; en buen chileno, saco de weá bien penca”. Pedro vive tranquilo con esos comentarios. El que le compre el alma, piensa, ese sí que será más loco.

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