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5 de Septiembre de 2009

Gonzalo Arenas: El nuevo Moreira

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POR PIA TORRES
En un partido que viene de capa caída y termina apoyando para la presidencia a uno de sus más históricos detractores, el diputado por Angol ha traído nuevos aires. Entre algunos pocos, claro. Ya hay quienes lo comparan con Iván Moreira, que hoy por hoy anda medio descafeinado. “Pro-vida”, hijo putativo de Kast y rebelde con Longueira, Arenas debutó la semana pasada jugando a tirarse papelitos con Pérez Yoma. Ésta es su historia.
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De niño quería ser rockero. Ir al Festival de Viña durante cinco años acompañando a su mamá, la animadora del certamen y del muy facho 60 minutos Pamela Hödar, lo marcó. Le gustaban Soda Stereo y alucinaba con Nicole.

Pero la música no era lo suyo. Hijo de militar, Gonzalo Arenas Hödar tenía que centrarse. Tuvo un paso por la Escuela Militar y después decidió enclaustrarse en la escuela de Derecho de la Universidad Católica. El siguiente paso para el rockero era natural: la UDI, el partido de Jaime Guzmán.

Para cuando Arenas entró a Derecho de la UC, Guzmán ya llevaba dos años muerto. El dato no es menor: Arenas es de la generación que no alcanzó a conocer al fundador del partido. Y en la UDI eso pesa.

“Sus papás estaban muy ligados al gobierno de Pinochet. Entrar a la UDI era un paso lógico. Ellos eran muy pinochetistas y en ese tiempo los pinochetistas llegaban a la UDI”, cuenta una fuente del partido.

En la UC, Arenas sí conoció a alguien que estaba cerca del núcleo de poder UDI: Darío Paya, un estudiante que estaba terminando la carrera y que por entonces era una de las promesas del partido. Paya lo reclutó. Las clases de Historia del Derecho que impartía el hoy columnista de El Mercurio Gonzalo Rojas, hicieron el resto.

En la Juventud UDI todavía recuerdan a Arenas como un muy aplicado alumno en los talleres de formación. Sus profesores eran Paya, Óscar Díaz y, cada quince días, los “próceres” que bajaban del Olimpo gremialista a dictar charlas: Juan Antonio Coloma, Andrés Chadwick, Jovino Novoa, Jaime Orpis, les repetían que ellos eran el recambio.

Arenas tenía un profesor preferido: el entonces diputado Pablo Longueira. “Siempre estaba conversando con Longueira, lo buscaba para hablar. Era capaz de inmolarse políticamente por él”, recuerda otro UDI.

En 1994 se convirtió en el Secretario General de las Juventudes de la UDI, pero nadie le veía mucho futuro. En 1997 fue candidato a diputado por Puente Alto, cuando apenas tenía 25 años. Pero su candidatura era un saludo a la bandera. La idea era proteger al RN Maximiano Errázuriz. Arenas ni siquiera hizo campaña. Sabía que aunque lo intentara no iba a salir elegido.

1998 fue un año de inflexión. La detención de Pinochet hizo surgir a otro Arenas. Uno más rabioso y duro.

El día que el dictador cayó preso en Londres, recuerdan en la UDI, Arenas se encontraba haciendo trabajos comunitarios en Quilicura junto a otros militantes. Apenas se enteraron de la noticia, dicen las fuentes, partieron a la residencia del embajador inglés, donde se estaba congregando la masa pinochetista. Dicen que el grupo, habitués de las celebraciones del 11 de septiembre y de los cumpleaños del general, llegó a quemar una bandera del Reino Unido. Pero como pasó con todos, a medida que Pinochet comenzó a decaer esos ánimos se apagaron.

GONZALO, EL “TALIBÁN”

Para diciembre de 2005 Arenas iba a hacer otro saludo a la bandera en Angol. En la UDI nadie apostaba mucho por su candidatura a diputado hasta que las encuestas lo empezaron a dar como buen partido. Recién ahí la UDI empezó a invertir en él.

Desde la misma fecha en que se convirtió en parlamentario, su visión de la UDI cambió. Se rebeló con los “próceres” que antes admiraba y criticó la forma de llevar el partido. Mientras, solapadamente todos habían decidido apoyar a Piñera, Arenas siguió hasta el final con Lavín. “Murió con las botas puestas y hasta el final participó de la campaña de Lavín. Era de los pocos que lo acompañaban donde Lavín necesitara”, comentan en la UDI. En ese momento hubo un quiebre entre los políticos más antiguos y Gonzalo Arenas y su grupo.

Arenas pretende volver a “las glorias pasadas” del partido y reestablecer con mayor protagonismo, las lecciones de formación impartidas por algunos íconos de la UDI y, además, tratar temas como la píldora del día después, el aborto y la protección de la familia. Marcela Cubillos, Marcelo Forni, José Antonio Kast y Rodrigo Álvarez piensan lo mismo. Y por eso “los talibanes”, liderados por Kast, piensan en la presidencia UDI para el próximo año.

Lo cierto es que Arenas y su generación están buscando en las mismas juventudes del partido a personas que sigan con sus pensamientos. Trata de asustarlos diciendo que si las cosas no cambian luego y no se reestablecen los antiguos valores de la UDI, el partido pronto puede terminar peor que la DC. “Sin ideales políticos fuertes, todos peleados y muy cerca de los socialistas”. “Arenas prefiere un partido chico y con consecuencia política a un partido demasiado popular y alejado de la veta valórica”, aseguran un UDI.

Hoy, dicen algunos en el partido, le tocó a Pérez Yoma recibir un papel en la cara. Mañana, temen, puede que le toque a un coronel.

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