Alcalde de Cerro Navia quiere cerrar colegios

Por Ivette Vera

Para muchos el dicho de que los pueblos tienen los representantes que se merecen, es una forma de descansar ante tanta ignorancia que despilfarran a más no poder algunos de los políticos (tanto de derecha como de izquierda, pero sobre todo de derecha) en este país; otra de las frases que se me viene a la mente es “un pueblo ignorante es más gobernable”.
Conociendo la realidad de mi comuna y del hacinamiento existente en sus establecimientos educacionales me parece inviable cerrar colegios para fundirlos en otros como se propone este iluminado alcalde (N del E. Luis Plaza), generando de este modo más incomodidades para la asimilación de la educación y sobrecargando la ya explotada situación de los educadores al interior de las aulas.
También veo el interés de la comunidad afectada por mantener los establecimientos, muchos de ellos estudiaron en las mismas dependencias, generando lazos con el espacio que fue creciendo con ellos y en los cuales actualmente estudian sus hijos, han visto mejorar las salas con las inversiones que hiciera el Estado para la implementación de la jornada completa, mejorando la permanencia de los alumnos en el recinto con espacios modernos y cómodos. Ese es un crecimiento en beneficio directo de nuestra comunidad y en la que la comunidad también fue parte de ella.
Se hace presente el interés de los apoderados por los proyectos que tienen los establecimientos que eligieron para sus hijos y los valores que entrega el cuerpo docente a los chicos. Fundir una insignia o cambiar el color de la corbata de un colegio no es una cosa tan simple como se presenta, un colegio tiene historia, de triunfos y sacrificios de una comunidad por sacarlo adelante, de directivas de apoderados que se esmeran en entusiasmar a los apoderados que cuentan con poco tiempo para participar, de los apoderados que con poco tiempo igual participan de las actividades en sus colegios pues son parte del crecimiento que van realizando sus propios hijos.
Impensable seria pensar en fundir un colegio con otro para que la historia de uno desaparezca en la del otro. Es borrar con el codo lo escrito hasta ahora. Desestimar el trabajo y sacrificios de toda una comunidad de docentes, apoderados, alumnos y vecinos.