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Mundo

18 de Octubre de 2009

Ya que todos bailan al ritmo de la prensa chicha…

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Por Marcos Lagdensen Mamani
Especial para THE CLINIC PRESS
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El diario peruano La Razón, uno de los muchos representantes locales del amarillismo periodístico (lo que se conoce allá como prensa “chicha”), publicó ayer una portada con el siguiente titular: “¡Bachelet Conchuda! Niega con descaro armamentismo”.

La Razón ha informado en varias ocasiones del inicio de una inminente guerra entre Chile y Perú, que hasta el día de hoy no se ha verificado, según diversas fuentes confiables de ambos lados de la frontera.

Sonaron los telefonazos, y varios diplomáticos -en Lima y Santiago- tuvieron el disgusto de trabajar en sus cancillerías un día sábado. De acuerdo a las jergas respectivas, los “mapochinos” manifestaron molestia por el trato vejatorio, y el canciller de “los del Rímac” tuvo que mostrarse indignado por un titular “ofensivo” para el jefe de estado de un “país amigo”.

Aparentemente, un sentimiento de que se estaba llegando demasiado lejos recorrió el espinazo de varios personeros en el Palacio de Torre Tagle, el ministerio de Relaciones peruano. Bachelet, según informan los encuestólogos, sería extraordinariamente querida y popular en su país. Algo así como 7 de cada 10 personas la apoyan y estiman. Así que se tomó el partido de la caballerosidad en esta ocasión. Diplomacia es eso, ser amable casi todo el tiempo. Así los golpes se sienten más, aunque sean chirlitos anémicos.

Luego de estos tirones y reculadas, el gobierno chileno da por superado el incidente internacional.

EL PEO ES EL MENSAJE

Pero volvamos a la ventosidad que origina este intercambio de fluidos diplomáticos. La Razón, solo uno más -repetimos- entre la multitud de tabloides sensacionalistas que se venden en las calles de Lima, trató de conchuda a Bachelet, por negar que Chile esté en una carrera armamentista.

conchudo, da.
1. adj. Dicho de un animal: Cubierto de conchas.
2. adj. coloq. Am. Sinvergüenza, caradura.
Real Academia

Es de suponer que La Razón no se refería a Bachelet como un animal tapizado por caparazones nacarados. La Razón, y lo reafirma el mismo epígrafe (“Niega con descaro armamentismo”), estaba tratando a Bachelet de sinvergüenza o caradura por negar que Chile esté embarcado en una carrera armamentista. Remitidos al texto literal, este es debatible y plausible, en la medida que es perfectamente respetable que alguien llegue a la conclusión de que en Chile ha existido una escalada de compras militares, que se pueden ser consideradas por un observador como armamentismo. Y para ese observador, sería absolutamente legítimo considerar como caradura a quien lo niegue.

Si hay un insulto latente, que es sacar la concha a colación. Lo que siempre es de mal gusto entre personas o países que no se tienen confianza.

Pero lo que no tiene ni pies ni cabeza es precisamente esto. Que estemos analizando lo que dice La Razón y que las autoridades de los dos países hayan pasado un fin de semana pauteadas por su titular. Como decíamos al principio, ese diario lleva años informando de una inevitable guerra entre Chile y Perú, y aún seguimos esperando.

¿Pero qué es La Razón? Un diario amarillista del fujimorismo. Si el lector se da el trabajo de revisarlo, verá que durante lo que va del mes ha dedicado un 80% de sus portadas a Chile. Ya sólo por eso es un caso extraño el de este medio limeño, dedicado a informar preferentemente sobre Santiago.

El resto de sus titulares son para levantar el expectro del fujimorismo, por ejemplo afirmando que “A Keiko (Fujimori) no la para nadie”. O, cuando surge el escándalo por una foto de Alberto Fujimori violando su régimen penitenciario, aparece con un reportaje sobre la existencia de una supuesta trama para asesinar al pobrecito ex dictador en la cárcel.

¿Entonces de qué estamos hablando? De un medio que quiere explotar el nacionalismo y los sentimientos de hostilidad, para revitalizar la antigua alianza entre Fujimori y el poder militar local. Así que cuidado, pues lo predecible es que el que quiera escuchar ese tipo voces nunca saldrá del laberinto y morirá en el delirio de las fantasías bélicas, que por acá también tienen sus seguidores.

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