Santa Holanda

Texto y foto: Leo Salazar, desde Port Elizabeth, Sudáfrica

Por ganarle a Chile. Brasil perdió ante los naranjos, de los que había más en el “Nelson Mandela Bay” de Port Elizabeth. Eleó, eleó, eleó ¡Brasil! cantaban los torcedores pensando con quien iban a jugar la final.
Entremedio, había una veintena de chilenos que prefirieron ver el partido que podría haber jugado la “Roja”, a que la FIFA les devolviera solo el 90% de la plata. Hasta una bandera de Colo Colo colgaba entre brasileños y holandeses.
Estaban urgidos los brasileños. En el primer tiempo un tipo lanzó una especie de plato a la cancha, que se fue como boomerang. Los guardias lo apuntaron y lo fueron a sacar. Él decía que no hizo nada. Al final, si no fuera porque en Sudáfrica no son tan estrictos como en Japón Corea, el muchacho terminaba expulsado.
Hasta en las escaleras había gente, aunque el estadio no se llenó en las butacas reservadas para las marcas amigas.
Felipe Melo le dio un pase magistral a Robinho y ganaba Brasil, pero luego el mismo Melo la rozó tras el tiro de Sneijder. El del triunfo para los holandeses: Centro de Robben, pivoteo de Kuyt y gol de Sneijder.
Y ahí apareció el Brasil jogo feo. Con Melo expulsado, Lucio enojado y Dunga sacando a Michel Bastos para que no le pusieran tarjeta roja.
El árbitro, Yuichi Nishimura de Japón, se equivocó en sacar la tarjeta y le iba a poner la roja a Andre Ooijer cuando la tocó después del pitazo, para demorar. Ooijer, de paso, no aparecía en la primera formación entregada por la organización.
Nada importaba para los holandeses. Media hora después del partido, unos quinientos hinchas no se iban del estadio, en un hecho inédito en la Copa. Le ganaron a los brasileños, que quedaron tirados en el pasto de Port Elizabeth. Donde Chile le ganó a Suiza.