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Opinión

17 de Diciembre de 2010

Eugenio Heiremans (1923-2010): Su última entrevista a The Clinic

Jorge Rojas
Jorge Rojas
Por

  • EUGENIO HEIREMANS DESPOUY, EMPRESARIO: “ME HE SENTIDO MÁS SOLO Y MÁS VIEJO”. Así se titula nuestra última entrevista al líder empresarial, fallecido hoy a la edad de 87 años. Fue realizada el 2007, como parte del “Especial 3ª Edad”, publicado por nuestro pasquín en agosto de ese año. Entonces, Heiremans habló sobre la vejez; la muerte; su oposición a la UP; su admiración por la dictadura; la necesidad de separar la política de los negocios; levantaba en solitario la carta presidencial de Juan Claro; definía Ricardo Lagos como brillante y se declaraba un conservador en temas valóricos que “llegó muy poco virgen al matrimonio”.
  • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES

    Tiene 82 años, nueve hijos, cuarenta nietos y siete bisnietos. Es presidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Seguridad y el único que ha dirigido la Sofofa en dos períodos: de 1959 a 1962 y entre 1966 y 1969. Junto a Ernesto Ayala y a Hernán Briones formaban los Tres Mosqueteros, bautizados así por su amistad, dinero e influencias: eran los poderes fácticos en Chile. Durante la UP, fue uno de los principales opositores a Allende y es un agradecido de Pinochet. Hoy está algo sordo, sus amigos están muertos y sus hermanos también. Y aunque a veces se siente solo, sigue atento a todo lo que pase, sobre todo, en la derecha: “No la veo lo suficientemente unida”, acusa.
    ______

    Hace un par de años murió su amigo Hernán Briones y hace un mes Ernesto Ayala, ¿qué ha sentido?
    -Una soledad. Estábamos tan acostumbrados a hacer cosas juntos por tantos años que ahora me siento un poco huérfano y echo mucho de menos a mis amigos. Me hace falta poder conversar con ellos, cambiar ideas y juntarnos. El llamarlos todos los días no ha sido posible reemplazarlo. No hay ninguna duda que me he sentido más solo y más viejo. He tomado conciencia de que estoy más solo en la vida. Además soy viudo.

    Su hermana acaba de fallecer. ¿Qué le pasó?
    -Murió de la forma más estúpida que hay, en un accidente. Se atragantó con un pedazo de carne en un restaurante y no se la pudieron sacar. Estaba almorzando con una hija y un nieto y desgraciadamente pasó. Era mi única hermana.

    ¿Qué piensa de la muerte?
    -Todos vamos a llegar a la muerte. Lo único que deseo es que sea rápida y decente.

    ¿Es triste llegar a viejo?
    -No, uno tiene muchos beneficios cuando se llega a viejo.

    Pero desde su posición, la de un empresario acomodado. Para el resto de la gente es más triste, como los que están en asilos de ancianos.
    -Desde ese punto claramente que sí. Uno va perdiendo una serie de facultades que se notan.

    Cuando las personas llegan a viejo pierden poder, su autoridad y autonomía. ¿Usted perdió su poder?
    -No, eso me lo analizo mucho. Durante muchos años estuve en posiciones de poder que hoy no las tengo, pero sí tengo un recorrido que hace que sea una persona válida a los ojos de la comunidad.

    Ernesto Ayala murió muy viejo y 11 meses después de la muerte de su esposa. ¿Cuánto lo afectó eso?
    -Mucho, porque eran una pareja muy unida. Ella era una mujer extraordinaria. Tuvieron la desgracia de perder a su hijo mayor y eso los unió mucho, ella era muy religiosa. Fue una muerte tan atroz. Iba atravesando la calle para ir a misa un domingo en la tarde y la arrolló un bus. Los últimos cinco meses, Ernesto tenía una pena muy profunda y eso lo molestó mucho.

    LOS FÁCTICOS

    No sé por qué se enojó Allamand y, a pesar del esfuerzo que hacía sin ningún fin personal, salió con esto de los poderes fácticos.

    ¿Quién les puso los Tres Mosqueteros?
    -Debió haber sido algún periodista. Lo que pasa es que llevábamos muchos años actuando juntos y éramos muy coordinados. Además, los tres fuimos dirigentes.

    ¿Qué sintió cuando Andrés Allamand dijo que usted era un poder fáctico?
    -Me molesté porque desplegaba algunas actividades cuando entre la UDI y RN había dificultades y trataba de juntarlos, invitándolos a reuniones para ponerlos de acuerdo. No sé por qué se enojó Allamand y, a pesar del esfuerzo que hacía sin ningún fin personal, salió con esto de los poderes fácticos.

    ¿Usted es fáctico?
    -No, porque todo lo que he hecho fue modestamente y a la luz del día. Trataba de convencer a los parlamentarios de los dos partidos de que se pusieran de acuerdo. No me di el gusto de ser fáctico y no me he sentido nunca así. En siete oportunidades Jorge Alessandri y el gobierno militar me ofrecieron ministerios y cuatro embajadas, pero siempre seguí en el sector privado.

    ¿Y Ernesto Ayala y Hernán Briones eran fácticos?
    -Tampoco. Ellos tenían una actuación como la mía.

    ¿Los mosqueteros eran conspiradores?
    -No, jamás. No teníamos reuniones formales, pero sí contacto telefónico todos los días y cuando nos juntábamos, conversábamos y planificábamos. Pero no teníamos ninguna máquina armada.

    ¿Cómo era Ernesto Ayala?
    -Era un empresario extraordinariamente inteligente, muy imaginativo. Siempre estuvo buscando el cambio. Fuera de sus responsabilidades empresariales, se preocupaba mucho de la situación económica y social del país. Participaba y daba su opinión donde fuera. Él defendió la estatización de la papelera: la famosa “papelera no”. Su recuerdo será el de un hombre que luchó tenazmente para impedir la estatización.

    ¿Qué recuerda de Hernán Briones?
    -Fue un hombre con una visión extraordinaria. Tenía una mente privilegiada, porque producía constantemente hasta los noventa y tantos años. Siempre pensaba cosas nuevas para sus empresas y se preocupaba de la situación del país.

    ¿De qué hablaban cuando se juntaban?
    -Hablábamos bastante del trabajo, pero también de las responsabilidades. Comentábamos de la situación del país. Nos juntábamos solos. Muchas veces ellos iban a mi oficina o al revés. También nos juntábamos en la casa de Hernán y manteníamos mucho contacto telefónico. Cuando comíamos nos tomábamos su vinito, pero éramos más bien sobrios.

    LAS COLAS Y LA UP

    Jamás pensé que iba a haber una solución armada, pero todos esperábamos que por ahí viniera.

    ¿Qué rol tuvieron los empresarios en la gestación del golpe de Estado?
    -Estábamos tan apremiados y angustiados que propiciábamos y fomentábamos en lo más posible el golpe, pero en nuestro empeño de contacto con los militares no nos daban mucha entrada, porque las decisiones de cierto nivel las tomaban ellos y no querían mezclarse con los civiles. Eso daba rabia.

    ¿Es cierto que desde un principio querían derrocar a Allende?
    -¿Derrocar a Allende? Sus primeras declaraciones definieron a dónde iba su gobierno y eso iba contra todos mis principios, creencias y mi sistema. Así que desde un comienzo fui muy contrario a su gobierno.

    ¿Tanto como para querer sacarlo?
    -No, en ese momento no, pero cuando el país estaba en la ruina y habían expropiado los campos, intervenido las empresas y no había nada que comer, ahí ya no había nada que hacer.

    ¿Y qué hizo usted?
    -Dar opiniones para buscar un sistema y terminar con este asunto. Jamás pensé que iba a haber una solución armada, pero todos esperábamos que por ahí viniera. Yo aspiraba a que se fuera Allende.

    ¿Se acuerda del encuentro entre Salvador Allende y Ernesto Ayala por la papelera?
    -No estaba presente, pero recuerdo cómo fue la escena. Allende hizo una proposición y Ernesto la rechazó. Allende se paró muy enojado y dio por terminada la reunión. No comentábamos mucho, pero el gobierno de Salvador Allende fue muy malo y perjudicial para el país.

    ¿Se reunió con Allende?
    -A él lo conocía bastante. Cuando estábamos construyendo la obra gruesa del Hospital del Trabajador tenía que suscribir un crédito en Nueva York para terminarlo y las expropiaciones estaban en su punto máximo. Fui a ver a Allende y le dije: ‘mire, presidente, este hospital está en obra gruesa y tengo que suscribir un crédito que me compromete la empresa y prefiero que si me va a expropiar lo haga al tiro, pa’ no trabajar pa’ usted’. Yo tenía una cierta intimidad con él. Y me dijo: ‘usted hace un buen trabajo y una de mis grandes obras es el Servicio Nacional de Salud y quiero tener un punto de comparación y lo voy a defender para que termine su hospital’.

    ¿Los Mosqueteros se sentían los conspiradores civiles del régimen militar?
    -No. Manifestábamos nuestra opinión clara y definitiva y esa era que había que ponerle término al gobierno de la Unidad Popular, porque el país estaba en la ruina.

      Los tres mosqueteros: Eugenio Heiremans, Hernán Briones y Ernesto Ayala.

    ¿Qué recuerda de un seminario que hicieron en Viña del Mar donde le dieron con todo a Allende?
    -Allende asistió a la inauguración y estaba participando una serie de dirigentes de América Latina. Él habló muy mal de Agustín Edwards y Carlos Urenda, un distinguido abogado, se levantó y de un grito le dijo: ‘eso no lo acepto, presidente, porque no es efectivo’. Le cortó el discurso a Allende.

    ¿Se estaban preparando para una guerra?
    -Había que prepararse para un cambio fundamental, donde se fuera la gente de la UP, porque era imposible mantenerse bajo la autoridad de ellos.

    ¿Cuánto costó la campaña para salvar a la papelera?
    -No tengo idea. Orlando Sáenz trabajó en la recolección de fondos nacionales y extranjeros y pasó bastante dinero por las manos de él.

    ¿Dónde fueron a parar esos dineros?
    -Nunca he tenido mayor conocimiento sobre eso.

    ¿Eran para campañas?
    -Medios de difusión, qué se yo.

    ¿Qué le desagradaba de la UP?
    -Fue una de las peores épocas de Chile. Me desagradaba la falta de libertad, la estatización y el movimiento de campesinos, que fue la ruina para el país.

    ¿Qué le pasaba con las colas de la gente para comprar?
    -Era lamentable, porque uno vivía pendiente de dónde conseguir un poco de azúcar o unos pollos. Por ahí en Recoleta y otros lados tenía unos caseros. Tuve una experiencia muy triste. Yo era presidente de la empresa Socometal, que la había formado mi padre, y entregábamos equipos ferroviarios y me intervinieron y expropiaron, y jamás recibí un centavo de ella. Después se fue a la quiebra.

    ¿Usted tuvo que hacer colas para comprar?
    -¿Perdón?

    ¿Tuvo que hacer colas para comprar?
    -No le entendí.

    ¿QUE SI USTED TUVO QUE HACER COLAS PARA COMPRAR?
    -Sí, desde luego, pos hombre. Cuando uno se conseguía tres pollos, llegaba a la casa tocando la bocina y abría la caja de atrás mostrando orgulloso los tres pollos. Eran placeres que hoy no existen.

    ¿Qué es para usted un marxista?
    -¿Un artista?

    No, un marxista.
    -¿Marxista? Es una persona profundamente equivocada en sus creencias. La experiencia demuestra que es una posición irreconciliable con la libertad y el progreso.

    PINOCHETISTA

    ¿Qué le desagrada de Pinochet?
    -Nada.

    ¿Qué le agradece al gobierno militar?
    -Que nos salvó de un régimen que nos llevaba a un comunismo y que fue un gobierno que le permitió al país una recuperación económica y un avance social importante.

    ¿Qué admira de Pinochet?
    -Su calidad de dirigente. Fue un hombre que, a pesar que venía de las fuerzas armadas, entendió muy bien el problema económico y tuvo los cojones para impulsar el desarrollo del país en ese sentido.

    Pero Pinochet no entendía nada de economía
    -Obviamente no tenía un conocimiento económico importante, pero sí era un hombre muy inteligente que sabía apreciar cuáles eran las soluciones más adecuadas. No era una persona que decía sí inmediatamente. Analizaba y pensaba las cosas antes de tomar las decisiones.

    ¿Qué le desagrada de Pinochet?
    -Nada. Sobre los problemas de derechos humanos jamás tuve conciencia de lo que pasaba. Pero fueron cosas que se pudieron haber evitado.

    ¿De verdad que no sabía que en Chile se torturaba y que se mataba gente?
    -No tenía la más mínima idea. Sabía que había gente detenida, pero no tenía idea qué pasaba en esos lugares de detención, ni menos que había otras medidas excesivas que se tomaron.

    Pero sí supo que hubo excesos.
    -No durante el régimen. Lo supe después, con el informe Rettig.

    ¿Y no leía los escasos medios de izquierda?
    -Yo no leía los diarios de izquierda. Leía El Mercurio.

    Entonces ¿qué le parecen las violaciones a los derechos humanos?
    -Malos. Son una mala práctica y se podrían haber evitado. Pero también hay que tomar en cuenta el riesgo que existía de parte de sectores revolucionarios que estaban armados y querían complotar contra el gobierno. En la parte con excesos se actuó mal, pero había que controlar a la gente que quería complotar.

    ¿Donó plata a Pinochet cuando estaba detenido en Londres?
    -Sí, yo contribuí.

    ¿Con cuánto?
    -No me acuerdo.

    ¿Se sintió estafado cuando supo lo de las platas del Riggs?
    -No me he formado una opinión clara del asunto. El monto del dinero del que se habla se acumula en los años de trabajo y de buenas operaciones.

    Donó plata a una persona que tenía millones de dólares en cuentas en el extranjero. ¿Se sintió estafado?
    -No, porque fueron cosas en tiempo muy distintos. Eso se supo mucho después. La plata bien manejada, como la de Sebastián Piñera, se puede hacer en una generación y son fortunas mayores a la de Pinochet.

    Pero Pinochet viene de las Fuerzas Armadas y no es empresario.
    -Sí, pero no son cosas imposibles si uno las maneja bien.

    LA DERECHA Y JUAN CLARO

    ¿Qué le parece la sanción de la SVS en contra de Piñera?
    -Es necesario separar lo que es negocio de lo que es política y eso me parece indispensable. Esa es la posición tanto de la UDI como de RN.

    ¿Cómo ve a la derecha?
    -No la veo lo suficientemente unida. Hay coincidencia en actuar más o menos conjuntamente en las líneas generales, pero no hay una definición en lo presidencial.

    Pero RN ya tiene a Sebastián Piñera. ¿Cómo lo ve a él?
    -No está oficialmente declarado candidato. Estamos en una etapa inicial, pero está haciendo un buen trabajo, se está moviendo y tomando mucho contacto, también el entorno político lo favorece. El problema es que falta harto tiempo.

    ¿Qué le parece la sanción de la SVS en contra de Piñera?
    -Es necesario separar lo que es negocio de lo que es política y eso me parece indispensable. Esa es la posición tanto de la UDI como de RN.

    ¿Piñera debería dejar de lado sus negocios para ser presidente?
    -No me refiero a Piñera. No es conveniente de que no exista una separación clara entre lo que es negocio y lo que es política.

    Pero esa es la situación de Piñera.
    -Si claro, pero no solamente de Piñera.

    ¿Cuál es el problema de ser empresario y candidato presidencial a la vez?
    -Eso no es ningún problema. Jorge Alessandri era un destacado empresario y fue candidato y presidente de la República, con una separación tajante. Aunque era un hombre de una fortuna muy modesta. El problema está en el monto de la fortuna.

    ¿Es inmoral el uso de información privilegiada que hizo Piñera?
    -No conozco bien los detalles, pero no es conveniente que las personas que tienen información privilegiada la usen de modo personal.

    ¿Prefiere un candidato de RN o de la UDI?
    -A que qué.

    QUE A QUIÉN PREFIERE COMO CANDIDATO ¿A UNO DE RN O A UNO DE LA UDI?
    -No tengo preferencias. Tiene que ser la persona más capaz para que una a los dos partidos y que rebase a la opinión pública.

    ¿Qué le parece Pablo Longueira?
    -Es un político meritorio, pero no tenía mayor arrastre. Ya está fuera de la pelea.

    Él dice que la UDI ni él representan a los empresarios, ¿Cuál es el partido político de los empresarios?
    -No hay ningún partido político que nos represente. Los empresarios pueden tener distintas posiciones políticas, pero no necesariamente tienen que ser de RN o de la UDI.

    Pero la mayoría de los empresarios se sienten cómodos con la derecha.
    -Yo diría que se sienten cómodos con los partidos de orden, como la UDI o RN. Yo soy de tendencia derechista, pero no me siento interpretado por ninguno de los dos partidos.

    Aparte de Piñera, ¿quiénes más tienen opción presidencial?
    -Juan Claro. Es un hombre que ha demostrado una gran capacidad y facilidad de entendimiento con distintos sectores y podría ser una de las personas. Lo que pasa es que faltan más de dos años y podrían aparecer más. Juan Claro no es político. Pero si me preguntan quiénes pueden ser candidatos, al que veo es a Juan Claro.

    ¿Qué le parece que la derecha haya votado en contra del proyecto de depreciación acelerada?
    -Esas son situaciones de coyunturas políticas en que los partidos son soberanos para tomar sus decisiones. No hay ninguna duda de que hubiera sido conveniente tener la depreciación acelerada, pero no se produjo.

    ¿La derecha se está desmarcando del empresariado?
    -No conozco si hubo gestiones de representantes de los empresarios frente a políticos de la Alianza para obtener la aprobación del proyecto, pero fue una medida que tomaron los partidos de la Alianza como reacción a influencias que no aceptaban.

    ¿Influencias de empresarios?
    -Exacto.

    ¿Los empresarios hacen lobby para que los parlamentarios de la derecha aprueben proyectos que les convienen a ellos?
    -No sé si hay algo organizado, pero no hay ninguna duda que hay contactos.

    ¿Usted también hizo contactos cuando fue presidente de la Sofofa?
    -Exactamente. Con parlamentarios de todos los partidos.

    ¿Eso es fáctico?
    -No creo, porque no tienen por qué tener poder fáctico.

    La UDI y RN están bastante separadas por Piñera. ¿Volvería a intentar unir a los partidos como lo hizo antes?
    -Sí, definitivamente, porque la conveniencia es tener partidos grandes que representen a una masa importante.

    ¿Tiene el poder que tuvo antes?
    -No, en absoluto. Yo era un colaborador que hacía contactos, pero tampoco nunca tuve el poder de hacer tomar decisiones.

    LAGOS, BRILLANTE

    Allende fue un hombre llevado por los acontecimientos y Ricardo es un gallo que estaba con el mando en la mano.

    ¿Los empresarios se han sentido cómodos con los gobiernos de la Concertación?
    -Los partidos de la Concertación han mantenido una economía de mercado, que es la preferida por los empresarios y la que permite mejor desarrollo. Con esa parte nos hemos sentido cómodos. Pero en la parte laboral este problema de la subcontratación ha sido complicado, al igual que la negociación colectiva por sectores, lo que sería gravísimo y metería al país en una situación conflictiva y muy perjudicial.

    ¿Qué recuerda de la cena que tuvieron con Ricardo Lagos cuando era candidato a la presidencia?
    -Fue una cena donde vino el presidente de una compañía inglesa muy importante y Ricardo Lagos estuvo brillante como de costumbre, en un inglés perfecto, y sentimos orgullo que un personaje público estuviese tan preparado y con buenas opiniones.

    ¿Cómo lo hizo Lagos como presidente?
    -Fue un buen presidente. Ahora hay una serie de cosas que han mostrado fallas, pero creo que fue muy hábil. Él tuvo un comienzo difícil, porque el manejo de los partidos políticos fue bastante complicado, hasta que comenzó a comunicarse personalmente con la opinión pública y lo hacía todos los días en un acto diferente con doña Juanita. Con eso se ganó un apoyo popular importante y pudo ordenar los partidos.

    ¿Qué es lo que más le gustó del gobierno de Lagos?
    -Su capacidad intelectual. Es un hombre muy preparado y con mucho conocimiento de las cosas. La imagen que tengo de él es la de un hombre muy independiente y de mucha personalidad.

    ¿Por qué los empresarios se sentían cómodos con Lagos?
    -Porque el país estaba funcionando bien, había tranquilidad social y un desarrollo económico importante. Era un gobierno con un país en buenas condiciones.

    ¿No es paradójico que hayan derrocado al primer presidente socialista y al segundo lo hayan amado?
    -No, es que los dos hicieron cosas fundamentalmente distintas. Allende fue un hombre llevado por los acontecimientos y Ricardo es un gallo que estaba con el mando en la mano.

    ¿Qué le parece que una mujer haya llegado a la presidencia?
    -Me parece bien, pero lo que me importa es que la mujer lo haga bien. No creo que ella lo esté haciendo bien. Hay muchos problemas en el gobierno y no se ve muy bien cómo se van a manejar, como el Transantiago, y el AUGE, donde no hay definiciones claras.

    ¿La cosa va mal?
    -Sí, pero no como Allende, porque la infraestructura nacional está sana. Estos son los efectos de un gobierno al que le falta mucho por ser eficiente.

    ¿Cómo se sienten los empresarios con Michelle Bachelet?
    -Muy ajenos. No es la misma relación que tenían con Lagos, porque las condiciones económicas se han deteriorado un poco. La macroeconomía está funcionando bien, pero en la micro estamos con problemas.

    ¿Qué le parece el ministro Andrés Velasco?
    -Andrés Velasco es muy bueno. Ha manejado el problema macroeconómico muy bien y ha sido una suerte, porque eso es uno de los sustentos del gobierno.

    ¿Qué piensa de Osvaldo Andrade?
    -Tiene ideas riesgosas como la negociación colectiva por sectores, lo que es extraordinariamente negativo y muy peligroso. Eso puede provocar una agitación social muy importante, como se ha visto en las minas.

    LA INMORALIDAD

    ¿Cómo se supera la pobreza?
    -Trabajando y produciendo.

    ¿Cree en la teoría del chorreo?
    -Sin lugar a duda.

    ¿El chorreo ha generado más desigualdad?
    -Durante 1985 hasta 1998 hemos crecido en promedio de siete por ciento al año. Había prácticamente empleo total y las remuneraciones aumentaron mucho. Eso prueba que cuando hay un régimen económico estable el chorreo es efectivo.

    Pero las encuestas Casen reflejan que la desigualdad de los ingresos es muy grande y que varía muy poco y no acorta la brecha.
    -Puede producirse, pero lo importante es que haya más gente que gane más plata.

    ¿Cree que hay inmoralidad en la política en el último tiempo?
    -Perdón.

    ¿SI HAY MUCHA INMORALIDAD EN LA POLÍTICA EN EL ÚLTIMO TIEMPO?
    -Mucha. Se han perdido muchas de las buenas costumbres chilenas, como la sobriedad en la administración pública. Antes había un régimen que no me gustaba porque era muy estatista, pero existían grandes empresas estatales como los ferrocarriles del Estado. Todo eso se desarrolló en forma extraordinaria con profesionales chilenos muy competentes, a pesar de que eran empresas estatales. Cuando organizamos Icare invitamos a participar en el directorio a los altos ejecutivos de las empresas fiscales, porque eran empresarios muy capacitados, a pesar de que el patrón fuera el Estado.

    ¿Y hay mucha tentación en la política por tirar las manos?
    -No sé apreciar, pero me parece que hay síntomas de una falta de sobriedad y de decencia en las cosas.

    POCO VIRGEN

    ¿Qué le causan las parejas homosexuales?
    -Es el colmo de la inmoralidad y de la inconveniencia. Eso es antinatura.

    ¿Todavía tiene yates?
    -No, ya no. Tuve yates hace como 30 años. Se llamaba “Mar bravo”. Salíamos con Ernesto Ayala, pero siempre en Chile, como en Zapallar, Quintero o Pichidangui. Muchas veces uno pasaba susto, porque el mar es bravo, pero eran desafíos buenos. Ernesto siempre se mareaba. Era espantoso. Subía, se moría y se acostaba al tiro. Pero como le gustaba, igual lo hacía, hasta que se acostumbró. Después mi yate tuvo un accidente, cuando se estrelló junto a la costa porque se le rompió el ancla. Lo regalé y otro socio se quedó con eso. Creo que ahora pasó a la Escuela Naval.

    ¿Cuáles son sus distracciones?
    -¿Orientaciones?

    DISTRACCIONES.
    -Me gusta mucho el deporte, la gimnasia y la equitación, pero ahora he dejado el tenis porque tengo un problema en la pierna. Antes jugaba golf.

    ¿Hace gimnasia con esos videos de ayuda?
    -No, solo. Hago gimnasia el fin de semana y a veces en las tardes en mi casa. Tengo mi sistema de bicicletas y trotadoras.

    ¿Cómo fue su niñez?
    -Muy feliz. Era una familia muy normal. Estuve en buenos colegios. Siempre quise ser empresario. También hacía muchos deportes como el tenis y el golf. Iba mucho a fiestas.

    ¿Cuántas veces pololeó?
    -Uuff. Varias veces, por lo menos unas 10.

    Era bien picaflor.
    -Sí, pero me casé muy joven, a los 21 años.

    ¿Cómo se las arregla con la tecnología?
    -Bien, pero no tengo muchas facilidades. No me comparo con mis nietos. Manejo el computador, tengo celular y puedo poner un dvd en el televisor. A veces tengo dificultades, pero el computador no.

    ¿Qué le pasa cuando ve a los abuelitos mendigar en la calle?
    -Me da pena. Es lamentable llegar a viejo en condiciones económicas deterioradas.

    ¿La sociedad los ha dejado de lado?
    -En Chile no hay el respeto para la gente de mayor edad como en otros países.

    ¿Qué valores ha perdido la sociedad chilena?
    -Uufff. Ha perdido muchos valores. Hay una corrupción que antes no existía. Se ha perdido una sensación de sobriedad que se traía como hábito de la democracia.

    ¿Qué tradiciones se dejaron de lado?
    -No creo que se hayan perdido. En la juventud de ahora hay matices diferentes a las anteriores, pero las básicas son las mismas.

    ¿Hay un relajo valórico, por ejemplo, con lo que pasó con la ley de divorcio?
    -Sí. Estoy muy en contra de la ley de divorcio. Es un gran perjuicio para los hijos. El matrimonio debe ser una institución estable y permanente.

    ¿Qué le causan las parejas homosexuales?
    -Es el colmo de la inmoralidad y de la inconveniencia. Eso es antinatura. No he visto muchas parejas homosexuales, pero una vez vi una y me desagradaron.

    ¿Cuando vota por un presidente se fija en su programa valórico o en el económico?
    -En lo valórico mucho más que en lo económico.

    ¿Qué le pasa cuando ve desnudos en televisión?
    -Veo muy poca televisión.

    ¿Ha visto Morandé con compañía?
    -Minutos, no me entretiene eso.

    Ese programa se da en Mega, donde usted es miembro del directorio y el dueño es Ricardo Claro. Él dijo que en Chile había una crisis moral. ¿No es una contradicción con sus propios valores si tiene este tipo de programas al aire?
    -Tengo entendido que el programa del Kike Morandé no es inmoral.

    ¿Conoce el baile del Koala?
    -No, no lo he visto.

    ¿Está de acuerdo de la campaña del condón para prevenir el Sida?
    -Sí, me parece que está bien. La Iglesia no reclama por el Sida, lo hace por la natalidad.

    ¿Qué le parece la repartición de la píldora del día después desde los 14 años?
    -Mal, porque permite un relajo de las costumbres que es inconveniente. El amor entre dos personas es un acto de mucha belleza, profundidad y proyección para el futuro. Por eso está también el problema de las madres solteras, que es serio y lamentable.

    ¿Se debería llegar virgen al matrimonio?
    -En lo posible.

    ¿Usted llegó virgen?
    -No, llegué muy poco virgen al matrimonio.

    Usted predica pero no practica.
    -Por ahí va la cosa.

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