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Cultura

19 de Diciembre de 2010

Los Bunkers: “Cada uno se peina como quiere”

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Los Bunkers acaban de sacar “Música Libre”, un disco de covers de Silvio Rodríguez, uno de los músicos favoritos de la banda. Ahora vienen de México, su nuevo hogar, a presentarlo en nuestro país. Hablamos con dos de sus integrantes, los hermanos Francisco y Mauricio Durán, de este disco y de cómo perciben a Chile con Piñera.

POR MACARENA GALLO • FOTO: ALEJANDRO OLIVARES

¿Por qué se les ocurrió hacer un disco con temas de Silvio Rodríguez, que es tan archiconocido?
Francisco: Por accidente. Estábamos en la sala de ensayo, trabajando el material nuevo, y de repente ni nos dimos cuenta y estábamos tocando una canción de él, “La era está pariendo un corazón”. Lo extraño es que nunca lo habíamos tocado en una sala de ensayo con batería, con bajo… Luego empezamos a tocar “Que ya viví, que te vas”. Grabamos un pedazo del ensayo y cuando llegamos a la casa, lo escuchamos y como nos gustó como sonaba, se nos ocurrió hacer un disco. De ahí nos fuimos por un tubo.
Mauricio: Además somos fanáticos desde chicos. Lo escuchábamos en la casa. Mi papá ponía siempre las canciones de Silvio. Teníamos casetes piratas y cancioneros de él que sacábamos en guitarra. Es el compositor vivo más importante que hay en Latinoamérica. Tiene una profundidad de las letras impresionante, la cantidad de música que hizo…
Pero no lo des por muerto.
M: Jaja. Aparte que es súper difícil encontrar músicos o compositores cuyas canciones, como las de Silvio, se hayan colado en la historia de todo un continente. Silvio es de los pocos que ha logrado agarrar esa hebra, logrando que su música sea un acompañamiento para un montón de procesos históricos en el continente. Hasta el día de hoy, sus canciones son muy contingentes y siguen siendo vigentes, a pesar que muchas están escritas hace más de 30 años. El espíritu nuestro es agarrar temas de Silvio que están súper vivos y muy contingentes respecto a cómo está Chile hoy.
¿Y cómo ven ustedes al país ahora que estamos en un gobierno de derecha?
M: Peor. Ahora va a ser peor, porque a la derecha nunca le gusta discutir ciertos temas valóricos y los anda pateando pa adelante. Este año también han pasado muchas cosas, el terremoto, lo de los mineros, el mundial de fútbol, hechos que te hacen un poco desviar la atención del contexto general de lo que sucede acá. Noto que la gente anda súper alterada.
F: Más saltona.
M: Un amigo ayer me decía, y puede que tenga mucha razón, que veía que la gente estaba súper endeudada, por ejemplo, y por eso andan idiotas. Puede que tenga razón.
Pero estamos endeudados desde que aparecieron las tarjetas de crédito….
M: Sí, es cierto. Pero ahora hay un montón. Por ejemplo, creo que hasta te puede llegar una tarjeta de Chilectra con un crédito para pagar 600 mil pesos y después te lo van descontando por planillas. Y, claro, la gente ocupa eso, se encalilla y después se demora años en pagar.
Ustedes han dicho en entrevistas que en Chile los músicos no tocan mucho a Silvio. ¿Por qué no?
F: Una de las cosas que nos motivó a hacer el disco fue el hecho que existía una especie de divorcio entre el rock en general y la música tradicional latinoamericana, la que está más asociada a la raíz. Es súper extraño, porque me da la impresión que en la música anglosajona eso ya se saldó hace mucho tiempo. Porque el rock and roll es música folclórica que después se transformó en rock and roll, pero acá no se asume así.
M: Se miran como distintas parcelas, donde a cada cosa se le dice rock, trova o lo que sea. En el caso de Silvio Rodríguez, considerando la importancia que tiene en Chile y sobre todo el mensaje que puso en las cabezas de la gente, no hay ningún grupo que lo tenga de influencia.
¿Pero por qué creen que pasa eso?
F: No tenemos idea.
M: Hay ciertos prejuicios también. Hay mucha gente que escucha a la trova y que la tiene en un pedestal y a Silvio en un crucifijo así bien arriba…. Pero el músico de rock es mucho más cuadrado. Son más talibanes.

VIDA EN MÉXICO
¿Cómo es la vida en México?
M: Es más caótica. Pero la gente es muy similar a la de acá, salvo que es un chileno más amplificado. Las cosas buenas para ellos son súper, súper buenas. Pero no es como irse a vivir a Alaska, donde uno tendría que ir a pescar en las mañanas o algo así, jaja.
F: Es súper estimulante la ciudad. Hay de todo. Si te interesa el cine, tenís miles de películas para ver. Hay muchos conciertos. La gente es más prendida en los conciertos. No le temen a bailar. Se expresa todo el rato.
¿Acá no?
M: Un poco menos. Más disimulado. Ellos tienen una cultura de concierto súper distinta a la nuestra. La gente es más partícipe del concierto. Y eso nosotros lo tenemos menos desarrollado. Como que nos gusta mirar más de atrás. Poco a poco nos hemos ido desligando de eso. Yo me doy cuenta cuando voy allá a conciertos con amigos y soy el que está más apagado. Debe ser alguna consecuencia de la dictadura que nos hizo ser así más apagados y reprimidos en ese sentido.
¿Cómo se ve Chile desde México? ¿O no se ve?
M: Hasta el año pasado la percepción que se tenía de Chile era la de un país súper estable, un poco ejemplar en términos económicos y en términos de cómo se maneja la política…
F: Pero más allá de eso, la imagen que se tiene de acá es que ciertas instituciones funcionan, que existe cierto orden.
¿Y a Piñera cómo lo ven allá, por ejemplo, cuando anotó esa frase hitleriana en Alemania?
M: Esas cosas dan vergüenza ajena. A uno le da vergüenza que se conozcan todo ese tipo de cosas.
F: O con el tema de los mineros. Unos amigos mexicanos nos decían “oye, Piñera es como el presidente de las películas, que sale rescatando como héroe a los mineros”.
M: Por ejemplo, al principio toda la gente hablaba muy bien de que haya rescatado a los mineros, porque en México pasó algo similar, pero a esos mineros los dejaron tirados y los dieron por muertos. Cuando se hizo todo este operativo y vino gente del extranjero, toda la gente lo alabó. Pero después cuando ya andaba mostrando el papel en todas partes y llegaban los vídeos de su señora diciéndole “no mostrís más el papel, no lo mostrís”, eso pasó a ser vergonzoso. Le puso mucho.

LA PINTA
¿Hay algún grupo chileno que estén escuchando?
M: El otro día escuché un disco de Fother Muckers.
F: Ayer me compré un vinilo de Chico Trujillo para llevármelo a México.
¿Y la escena musical chilena cómo la ven?
M: De allá no se ve. O sea, se cacha cuando conversamos con amigos que hay harto movimiento. Pero falta un poco más de visibilidad de la música chilena. Hay música súper buena que se está haciendo. Por ejemplo, Manuel García. Veo bandas en México o a cantautores, y veo que Manuel es como súper único y aporta algo que no he visto en otros grupos como por así decirlo.
A ustedes siempre se le ha criticado mucho, por ejemplo por sus peinados…
F: Qué va a hablar uno de los peinados. Ese es un tema entre el peluquero y uno, no lo va a andar compartiendo con cualquiera.
M: Además que cada uno se peina como quiere.
¿Y les molesta ese tipo de comentarios?
F: Hay un fenómeno muy curioso que se da ahora, sobre todo con internet y las redes sociales, que es que todo el mundo opina de todos. Si uno se pone a justificar cualquiera de las opiniones… no vale la pena. No tiene ningún sentido. No pescamos.
M: Te das cuenta que todo el mundo es opinólogo, muchas veces sin fundamento. Mucha gente se puso a opinar mal sobre el disco antes que saliera. No podís pescar algo así.
Pero no pueden negar que tienen su peinado ondero…
F: Obvio. O sea, por ejemplo, una niña el otro día escribió en nuestro Facebook que no le gustábamos porque estábamos preocupados de la pinta. En cambio, antes, en los primeros discos, nos preocupábamos mucho más de la pinta. Si había algo que caracterizaba al grupo en esa época, era el preocuparse en la pinta. Ahora nada.
M: Siempre nos preocupamos como de cultivar y tener una imagen súper clara. Ahora nos hemos relajado un poco en ese sentido. Nosotros somos súper fanáticos de la música y si veo fotos de los Beatles o de los Stones o de White Stripes, ese hueón sí que se preocupa de la pinta, ¿cachai? Todas las grandes bandas de rock siempre han sido súper preocupadas de eso y nosotros somos como de esa escuela. Para mí que alguien diga que se preocupan del pelo, sí prefiero eso, antes uno que no lo haga. Ahora tampoco es una obsesión. Los rastas son más preocupados del pelo que nosotros…

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