Nacional
22 de Diciembre de 2010Mapuches buscan legalizar su primer partido político: “Wallmapuwen”
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El pasado 18 de diciembre la colectividad nacionalista dio inicio a su proceso de conformación legal en tres regiones del Wallmapu. De conseguir, al mes de julio de 2011, las 5 mil firmas de adhesión que demanda la ley chilena de Partidos, se constituirá en el primer conglomerado mapuche de la historia.
Por Pedro Cayuqueo, para AZKINTUWE
Representa a toda una generación de recambio al interior del movimiento mapuche. Miembro de la comunidad Mateo Ñiripil, de la comuna de Lautaro, Luis Penchuleo comenzó a temprana edad a participar en política. Ex presidente del Hogar Mapuche Pelontuwe y ex candidato a alcalde por la comuna de Lautaro, a sus 28 años ya forma parte de la Mesa Directiva del Partido Mapuche “Wallmapuwen”.
El pasado 18 de diciembre la colectividad nacionalista dio inicio a su proceso de conformación legal en tres regiones del Wallmapu. De conseguir, al mes de julio de 2011, las 5 mil firmas de adhesión que demanda la ley chilena de Partidos, se constituirá en el primer conglomerado mapuche de la historia. Para conocer las implicancias de este proceso conversamos con Penchuleo en la capital del País Mapuche.
– Tras varios años de trabajo de base han iniciado el proceso de legalización. ¿Era una aspiración de la colectividad?
Por supuesto, desde nuestra aparición pública el año 2005 señalamos que queríamos constituir un partido político legal para desarrollar el proyecto nacionalista en Wallmapu. Era una obligación nuestra legalizar el partido, cumplir con lo que establece la ley, así lo demandaba también nuestra gente. Entendemos que legalizado el partido será un instrumento fundamental que nos permitirá disputar el poder político aquí en Wallmapu, en el país de nuestros abuelos y donde hoy nuestro pueblo se encuentra desplazado, marginado de todas las decisiones que nos afectan. El partido es un instrumento y no un fin en sí mismo. Hoy el sistema político indica que es a través de un partido donde se canaliza la participación ciudadana y es el instrumento mediante el cual se disputa el poder local y nacional. Este es un dato de la realidad y sobre el cual debemos maniobrar. Por nuestra parte esperamos construir un instrumento que nos permita impulsar nuestro proyecto político nacional, orientado al bienestar de todos los ciudadanos del País Mapuche.
– ¿En qué consiste en proceso de legalización?
Parte con la aprobación de nuestra escritura legal por parte del Servicio Electoral, lo que aconteció el pasado mes de noviembre. Tras ello se procedió a la publicación de un extracto de este documento en el Diario Oficial, lo que concretamos el viernes 17. Esto nos permitió iniciar el pasado 18 la recolección de firmas tras el acto político cultural que desarrollamos en Temuko. La ley nos exige firmas en tres regiones consecutivas; 2.106 firmas en La Araucanía, 872 firmas en Los Rios y 1.737 firmas en Los Lagos. Para concretar esta meta tendremos un plazo de 210 días, siete meses aproximadamente. En julio del 2011, de lograr nuestro objetivo, deberíamos tener legalizado Wallmapuwen. Se trataría del primer partido político formado por mapuche y orientado a todos los habitantes de Wallmapu.
Es bueno aclarar que nuestro proceso legal no partió este fin de semana, se inició el año 2007, con las ciento treinta primeras firmas de militantes que inscribieron el partido ante el Servicio Electoral en Temuko. Este proceso lo encabezó la Mesa Directiva anterior, liderada por nuestro peñi Gustavo Quilaqueo. Lamentablemente no pudimos iniciar entonces el proceso de legalizar las 5 mil firmas, debido a la negativa del SERVEL de aprobar nuestras escrituras legales. Nos dijeron que no se ajustaban a la Constitución chilena, por temas como la bandera mapuche, conceptos como autogobierno, libre determinación, nacionalismo y otros. Finalmente, este año, salvamos este obstáculo reformando los estatutos pero salvaguardando siempre nuestros principios políticos e ideológicos.
– ¿Qué implica para ustedes esta nueva etapa que inician?
Implica ante todo cumplir un viejo anhelo de nuestro pueblo, cual es contar con un partido propio. Hay que recordar que la lucha por la organización y el poder político no es nueva en el movimiento mapuche. Tempranamente las organizaciones se dieron cuenta que el poder político es fundamental para hacer valer los derechos de un pueblo, esa así que la Sociedad Caupolicán fundada en el año 1910 fue una de las primeras en trabajar para tener parlamentarios propios. Más tarde lo propio hizo la Corporación Araucana y otros referentes, quienes llegaron a tener siete diputados entre los años 1920 y 1973 en el Congreso chileno. Wallmapuwen se inscribe en esa historia de organización y lucha política, es el legado que reivindicamos y del cual nos sentimos herederos.
– En estos años de trabajo de base, ¿cuál ha sido la respuesta de la gente?
Ha sido positiva. El trabajo en terreno nos ha permitido ratificar nuestros planteamientos iniciales, aquellos que nos impulsaron a la idea de construir un partido político. Nuestra gente comparte el diagnóstico de Wallmapuwen y ve con buenos ojos el gestar una lucha de descolonización, de toma de conciencia, de atreverse a disputar el poder a todos aquellos que nos tienen sumidos en la marginalidad. Somos hoy un pueblo excluido en lo social, en lo económico, en lo cultural, en lo lingüístico, en todos los sentidos y este panorama se asienta sobre la exclusión política que nos afecta. Estamos, como pueblo, fuera de la toma de decisiones, ocupados de resistir pero no de proponer y construir un proyecto político nacional. De allí que nuestra convocatoria sea amplia. Buscamos convocar a todas las personas que simpatizan o creen en la idea de un partido para el País Mapuche, sin distinción étnica, ni religiosa, ni sexual, porque estamos construyendo un partido amplio e inclusivo, un partido para el País Mapuche. También están convocadas las diversas organizaciones que componen el movimiento social mapuche, sin distinción, así como las distintas expresiones del movimiento social chileno en Wallmapu, académicos, organizaciones estudiantiles, colectivos artístico-culturales, pobladores, gremios profesionales, organizaciones ligadas a derechos humanos y ambientales, etc.
– A ratos se critica el camino electoral, ¿qué responden ante tales cuestionamientos?
Que la realidad nos indica que no estamos equivocados. Por un lado, el grueso de los mapuche vota, participa de estos procesos, dando cuenta de un comportamiento cívico bastante arraigado. Y por otro, que el voto mapuche en general no es ideológico, es más bien pragmático y eso abre la posibilidad de que dadas ciertas condiciones, una fuerza política mapuche tenga reales posibilidades de sumar apoyos. Hay por otro lado condiciones objetivas en varias comunas. Grafico esto con un ejemplo; hoy el voto mapuche es considerable en muchas comunas de Wallmapu. En la mayoría de ellas se han presentado candidatos mapuche, de manera independiente o en cupos de partidos chilenos y si bien algunos han sacado importante votación, muy pocos han resultado electos. Esto se debe, entre otros factores, a la dispersión del voto y al sistema electoral que beneficia las listas de partidos y, en estas, a los cabezas de listas que generalmente no son en los partidos chilenos los candidatos mapuche.
La pregunta es, ¿qué pasaría si esos mismos candidatos, en vez de ir separados, van en una misma lista partidaria y sumando votos entre ellos? La respuesta es de sentido común: lo más probable es que con esa misma cantidad de votos bastaría para tener dos o tres concejales y hasta la alcaldía en algunas comunas. Esto es lo que, en la matemática electoral, garantiza un partido propio. Nuestra idea es terminar con la procesión de mapuche fuera de las tiendas políticas chilenas, que dejemos de mendigar cupos y levantemos una colectividad propia. Esto que señalo no es teoría o un ejercicio intelectual; lo comprobamos “en terreno” en las pasadas elecciones municipales.
– En qué sentido lo comprobaron.
Las municipales fueron un momento clave, pues nos permitieron corroborar in situ el nivel de apoyo hacia Wallmapuwen y nuestro diagnóstico respecto de lo desfavorable de competir sin contar con un partido propio legal. Salimos fortalecidos de dicha experiencia porque a pesar de participar en contadas comunas y contar con muy pocos recursos, la gente nos depositó su confianza y unas tres mil personas votaron por candidaturas levantadas por Wallmapuwen y que daban cuenta de nuestro proyecto. Nos dimos cuenta que habíamos logrado posicionar, en pocos años, dos ideas fundamentales tanto al interior del movimiento mapuche como en la sociedad chilena. Primero, que cada vez eran menos los que ponían en cuestión la necesidad de contar con un instrumento político propio, así como su viabilidad. Segundo, que al interior de numerosos sectores nos habíamos logrado posicionar como una organización creíble y con opinión fundamentada. Prueba de esto último fue nuestra activa participación en el proceso de la COM el año 2008 y los acuerdos políticos que hemos alcanzado con diversas colectividades de pueblos sin estado en otras latitudes, varias de ellas actualmente gobierno.
– No desconocen que hay voces que desde una posición “culturalista” critican la existencia de un partido.
Lo sabemos. Hay una visión que pretende que los mapuche no podemos tener un partido, se señala que los partidos políticos no son parte de la cultura ni de la “cosmovisión” mapuche. En realidad, estamos aquí ante una mitificación colonialista, conservadora, según la cual los mapuche no podríamos apropiarnos de tal herramienta de la lucha política moderna. Es lamentable que hayan mapuche que repitan los discursos del colonizador, asegurando que no podemos tener nuestra propia fuerza política porque ello no corresponde a nuestra tradición… ¡Y lo dicen casi siempre en castellano, por escrito y en internet! Tal nivel de contradicción solo puede ser tomado con humor.
– ¿Esta idea contraria a los partidos no les remite al discurso de la dictadura en los 80′?
Absolutamente. El rechazo a “los partidos” y a “los políticos” es característico del populismo y fue un tema explotado a fondo por los militares. El participar en las elecciones es visto como una forma de integrarse en el “sistema”, sin embargo, ¿qué vemos en otras partes del mundo? En Irlanda del Norte, durante la guerra, el movimiento nacional siempre buscó movilizar también en el terreno electoral y Sinn Fein, partido aliado nuestro, debió luchar para poder existir como partido legal. En el País Vasco el sector representado hoy por Batasuna siempre ha buscado tener una existencia política legal y participar en las elecciones, camino que transitan allí nuestros aliados de Aralar. Estas experiencias también se dan en el continente, con Pachakutik, brazo político del movimiento indígena en Ecuador y Winaq, partido maya de Guatemala impulsado por la hermana Rigoberta Menchú y también hoy en proceso de legalización.
– ¿De la resistencia al poder?…
Como otros pueblos que luchan por su derecho a la autodeterminación, nuestra lucha es una lucha política y requiere por lo tanto de fuerzas políticas. El derecho a tener nuestros propios partidos políticos es un derecho democrático, derecho por lo demás seriamente limitado en Chile. Estamos conscientes de las dificultades que debemos enfrentar con una ley de partidos excluyente; poder registrar legalmente Wallmapuwen será para nosotros un combate, que requerirá una gran voluntad y movilización colectiva. Pero es un combate que debemos ganar si queremos acumular fuerza política como pueblo, si queremos que nuestro voto sirva sobre todo para reforzar nuestro movimiento nacional. Mientras el pueblo mapuche no disponga de sus propios partidos políticos, mientras no sea capaz de pesar electoralmente en el Wallmapu, seguirán los ciudadanos mapuche sirviendo de reserva electoral de los partidos chilenos. Y eso creemos debe terminar.
– Finalmente, cuál es el perfil del militante que busca Wallmapuwen.
Todos aquellos y aquellas que quieran trabajar por la reconstrucción nacional mapuche y contribuir al bienestar y desarrollo de toda la población del Wallmapu, son bienvenidos y bienvenidas. No somos un partido excluyente y así lo establece nuestra declaración de principios. Nuestro partido no solo busca llevar adelante la reconstrucción nacional mapuche, sino también resolver los múltiples problemas que hoy experimenta nuestro pueblo y la población chilena en la regióne. En este sentido el partido no trabajará exclusivamente por representar los intereses mapuche, sino también por dar respuestas concretas a los dilemas del desarrollo en nuestro territorio, para buscar y construir un nuevo orden social más justo para todos. Queremos que nacionalismo mapuche sea sinónimo de mejor gobierno, de bienestar social, de una alternativa al modelo neoliberal imperante y que nos condena a todos a ser ciudadanos de segunda o tercera clase. Estamos a las puertas de establecer un hito histórico para nuestro pueblo; la consecución de un instrumento político que será clave en el proceso de reconstrucción nacional. Por ello todos y todas debemos sentirnos y hacernos parte de este gran proyecto que sin lugar a dudas permitirá proyectarnos al futuro con la dignidad que nos merecemos.
Artículo Públicado en AZKINTUWE por Pedro Cayuqueo:
http://www.azkintuwe.org/dic_2201.htm