Cultura
31 de Enero de 2011Fail: Turistas han visitado por años celda donde nunca estuvo el músico Chopin
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Fréderic Chopin vivió un invierno con George Sand en una celda de la cartuja de Valldemossa (Mallorca, Baleares) distinta a la que actualmente visitan los turistas, en la que además se exhibe un piano que el pianista polaco nunca tocó, según una sentencia de un juzgado de las islas.La resolución judicial responde a la demanda presentada por la propietaria de la celda número 4 de la cartuja contra la sociedad propietaria de la celda número 2, que es la que se abre al público como aquélla en la que el músico, la escritora francesa y los hijos de ésta vivieron del 15 de diciembre de 1838 al 11 de febrero de 1839, una experiencia que Sand relata en su libro “Un invierno en Mallorca”.
Según la sentencia, fue en la celda número 4 -conocida en la época como la 3- donde realmente moró el artista, por lo que exige a los propietarios de la número 2 -antiguamente la 1- que dejen de publicitarla. La titular del juzgado condena también a los demandados a que publiquen la corrección del número de celda en periódicos y la difundan por instituciones y asociaciones, y a que retiren el piano actualmente en exposición.
Para probar esta controvertida cuestión, sobre la que se han publicado muchos artículos, la sentencia se basa en pruebas como cartas de la época, dibujos y testimonios. La jueza destaca el valor probatorio de estos documentos, que son, entre otros, varias cartas del hombre que moraba en la celda antes que la familia Chopin, Ignacio Durán; una carta de la propia George Sand, y dos misivas del banquero que cobró a Sand el alquiler de la celda.
En una de las cartas, Durán pide al banquero que localice al propietario de la “celda número 3” -que era un cura de la iglesia palmesana de San Nicolás- y luego, en otra, indica que “una señora francesa” podría comprarle los muebles que había acumulado en la celda cuando vivía en ella. En otras cartas, el banquero anota la venta de los muebles y en una misiva Sand narra a una condesa cómo era la celda, “de tres habitaciones y un jardín lleno de limoneros”, descripción que coincide con la actual número 4.
Respecto a los testimonios de la época, solo se conserva el de un hombre que, consultado cuando ya era anciano, escribe al traductor al español de “Un invierno en Mallorca” que Chopin vivió en “la cuarta o la quinta (celda) del corredor” (la que la jueza considera verdadera es la cuarta). Posteriormente, los investigadores que indagaron en este tema concluyeron que, o bien no podían determinar cuál era, o bien era la actual número 4.
También se basa la sentencia en los dibujos de paisajes que hicieron en su época George Sand y su hijo Maurice desde la celda, uno de los cuales, realizado por el niño, solo pudo dibujarse desde la número 4, tal y como comprobó “in situ” la propia jueza y corroboraron luego peritos.
Respecto al piano que la sociedad demandada debe retirar, publicitado como el que tocó Chopin en su día con el nombre de “pobre piano mallorquín”, la sentencia, basándose en varios informes periciales, concluye que no es contemporáneo al artista, sino construido en los años 50 del siglo XIX.