GDF Suez mantiene discusiones con el gobierno a pesar del rechazo a Barrancones

El presidente del grupo energético franco-belga GDF Suez, Gérard Mestrallet, indicó hoy que sigue las discusiones con las autoridades chilenas, después de que el pasado agosto le revocaran el proyecto de una central térmica en Barracones, porque las necesidades energéticas persisten.

“Las discusiones continúan con las autoridades” porque “la necesidad” en nuevas capacidades de producción en Chile “sigue ahí”, respondió Mestrallet a la prensa en París al ser interrogado sobre la paralización del proyecto de Barracones.

El presidente de GDF Suez, que copreside el grupo de trabajo de empresarios franceses y chilenos para establecer cooperaciones en el terreno de la energía formalizado hoy, había alabado previamente la reglamentación chilena en este campo, y dijo que la Unión Europea tiene “mucho que aprender” de ese ejemplo.

Citó como virtudes de la regulación chilena en la energía que tiene una base científica sólida y “y sobre todo es estable”, lo que constituye una garantía para las empresas que como la suya invierten a largo plazo.

Sobre la fallida central de Barracones, en el que planeaba invertir unos 1.100 millones de dólares y que fue descartada por el Gobierno chileno por razones medioambientales, Mestrallet comentó que en todos los países donde su compañía tiene presencia trata de “estar en armonía con las autoridades”.

También recordó que en Chile GDF Suez ha construido el gasoducto Norandino para importar a Chile gas desde Argentina y, junto al gigante del cobre Codelco, la terminal de gas en el puerto de Mejillones.

Cabe recordar que en una controvertida gestión personal en agosto pasado, y luego de numerosas muestras populares de rechazo contra el proyecto por su proximidad a la reserva natural de Punta de Choros, fue el propio Presidente Sebastián Piñera quien solicitó a la franco-belga reconsiderar la central Barrancones, pese a que ya había sido aprobada por la Corema de Coquimbo.

En esa ocasión el mandatario señaló que coordinó de común acuerdo con la empresa modificar “algunos kilómetrros” la ubicación del controvertido proyecto, que originalmente se construiría a sólo 25 kilómetros de la reserva.

Finalmente, esta gestión desembocó en la suspensión indefinida de la central Barrancones.