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Mundo

15 de Marzo de 2011

Crisis en Japón: Central nuclear de Fukushima presenta fuga y partículas radiactivas llegan hasta Tokio

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Un incendio afectó el reactor 4 de la planta nuclear de Fukushima y abrió un forado que permitió la fuga de material radiactivo. Los vecinos de la planta están condenados a quedarse en sus casas ante la escasez de gasolina y las autoridades niponas reconocieron que la filtración provocará daños a la gente que está en los alrededores.

Está la pura cagada en Japón luego de la confirmación de la fuga de material radiactivo desde la Central Nuclear de Fukushima, tras un incendio en el reactor número 4 que provocó que se decretara alerta nivel 6, que es sólo un nivel menos que lo ocurrido en el desastre de Chernobyl.

El nivel 6 (accidente importante) corresponde a la liberación, considerable, al exterior de materiales radiactivos y probablemente requerirá la aplicación de contramedidas para disminuir los impactos en la población.

La trayectoria y propagación de las partículas radioactivas liberadas en Japón están siendo constantemente monitoreados  por agencias especializadas de Estados Unidos, China y Rusia, quienes esperan que el material liberado por la central atómica no llegue a sus países.

En Tokio, ciudad de 35 millones de habitantes, se han medido niveles de radiación 20 veces más altos que los normales, pero aún no afectarían de manera considerable a la población, en momentos que representantes de multinacionales, ciudadanos extranjeros y corresponsales de distintos países europeos comienzan a abandonar la capital nipona para no exponerse la radiactividad.

Accidentes en la mañana

La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.

El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.

Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.

En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.

La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.

Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.

El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.

No obstante, Edano advirtió de que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas TEPCO indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.

Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.

Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.

Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.

Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.

Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.

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