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Opinión

24 de Mayo de 2011

Francisco Etxeberría: “Cuando murió yo era estudiante de medicina y fue un escándalo”

Francisco Etxeberría ha participado en la exhumación de más de 5.000 cuerpos de civiles víctimas de la Guerra Civil española y hace seis años viaja a Chile para colaborar en el reconocimiento y la determinación de las causas de muerte de algunas víctimas de la dictadura, como la de Víctor Jara. Hoy es el perito Ad-Hoc designado por la familia Allende para definir si el expresidente se suicidó o fue asesinado.

Miguel Angel Devia
Miguel Angel Devia
Por

Foto: Patricio Miranda

-¿Cómo se encontraba el cuerpo de Allende al momento de exhumarlo?
Ese es un tema al que no me voy a referir porque existe una investigación en curso. Pero sí vale la pena recordar que en el año 1990 hubo una primera exhumación, tras la cual los restos óseos de Allende fueron trasladados a una urna. Eso es lo que hemos encontrado cuando hemos removido el féretro.

-¿Cuál fue su sensación al enfrentarse con los restos de Allende?
A veces se suele decir que nadie es objetivo en la vida. Pero lo cierto es que cuando uno emite un informe pericial lo tiene que poder sustentar en argumentos técnicos y científicos. Aquí no caben ideologías. Yo no soy chileno, pero Salvador Allende era una figura internacional, por lo que no se es ajeno. Cuando murió yo era estudiante de medicina y la noticia fue un escándalo y hay un contenido íntimo y emocional, porque representa no sólo a Salvador Allende, sino a las víctimas.

-Después de casi 38 años, ¿es posible determinar si Allende se suicidó o fue asesinado?
Existe una versión oficial de los hechos y una hipótesis, que no han sido descalificadas. Estamos manejando una hipótesis de suicidio que quizás a lo largo del estudio pericial forense ratifiquemos, o quizás no. No lo sé. En este momento ningún miembro del equipo tiene una opinión sustentada en ese punto. Lo que si creo es que cuando transcurran las tareas periciales y por supuesto emitamos los informes, vamos a tener una opinión cualificada que despeje esa duda y que se integra en lo que es la propia investigación judicial.

-¿Qué tipo de información técnica se puede colegir de los informes que ustedes elaboran?
Tenemos que aclarar cuestiones de identidad. Si es la persona que estamos analizando. Si tiene lesiones traumáticas. Si estas son por arma de fuego. Cuántos disparos. Con qué trayectoria. En qué posiciones, y todo esto discutiéndolo además con los antecedentes que existen del año 73, es decir la intervención forense no puede ignorar nunca los antecedentes aunque quizás haya antecedentes que no sean regulares. Como fotografías del lugar de los hechos, o testimonios de quienes acompañaron a Salvador Allende a lo largo de esa mañana.

-¿Qué similitud hay en los procesos de verdad y justicia de Chile y España?
Chile no me puede resultar lejano nunca. Si tenemos en cuenta la dimensión de la tragedia que se vivió aquí, los delitos de la magnitud de los que se cometieron acá son contra la humanidad entera. La guerra civil española tampoco me puede resultar lejana, la vivieron mis padres. Es mi propia historia. Cuando al final de la dictadura como estudiante veo situaciones antidemocráticas, me doy cuenta de que aquella historia del año 36 me alcanza. Efectivamente no estuve en la guerra ni en la postguerra, pero si conocí la dictadura y fui testigo de esa involución, como la que se produjo en Chile a partir del año 73, respecto a muchos derechos civiles. No podemos mirar a otro lado. Los herederos morales y familiares, son victimas también. Se produce la doble victimación. Fueron victimas cuando les ocurrió aquello y son víctimas cuando son parte del olvido. Esto se puede explicar mediante el miedo, las dictaduras procuran llevarnos al olvido. Pero esto ya no vale. Cuando en España hablamos de memoria histórica no queremos hacer una revisión para una historia nueva, queremos hablar del pasado hablando del hoy.

La primera fosa

-Algo que a Baltazar Garzón le cobraron caro
Claro. Las víctimas en España como las víctimas de Pinochet y como cualquier víctima, tienen tres derechos. El derecho a la verdad, el derecho a la justicia y el derecho a la reparación. El derecho a la justicia es un pilar que no se ha querido poner en funcionamiento. Se está saltando de la verdad a la reparación. Y se ha decidido que ese pilar no se ponga en funcionamiento. En Chile yo veo que la autoridad política y judicial, si se han puesto de acuerdo.

-¿Y funciona el proceso sin esta base?
Funciona mal. De esto están advertidos todos. Precisamente como funcionaba mal es que Baltazar Garzón se sintió aludido. Como juez ligado a temas de derechos humanos, el día que las asociaciones de víctimas le plantearon esto a Garzón, él no quiso ser neutral. Garzón quiso escribir esa verdad bien obtenida mediante una investigación, respecto a una situación injusta de la que no había verdad.

-¿Cómo fue enfrentarse a la primera fosa?
En la primera fosa común de la guerra civil española encontramos a 13 civiles. Creí que iba a tener un interés puntual, pero me equivoqué. Porque cuando comenzamos a excavar, vino gente a decirnos que en sus pueblos había más fosas. Y eso entonces fue creciendo. Aún así eran noticias que no tenían alcance nacional. Dos años después comenzó a ser de interés colectivo. La apertura de fosas ha servido para perder el miedo, para que viudas o ancianos quieran que esta historia salga de lo privado a lo público, por fortuna esta historia ya no es íntima. Creo que la tragedia ya no es de los que murieron sino de los que quedaron vivos.

-¿Cuántos cuerpos se han exhumado en España?
Unos 5.000, de unos 120.000 civiles. Pero jamás vamos a encontrar todas las fosas. Hay sitios donde hemos hecho esfuerzos y no hemos podido, el verano pasado en una sola fosa encontramos 104 personas, pero en ese monte hay 300 personas enterradas.

-¿La exhumación de Allende es un paso hacia la reconciliación?
Yo entiendo que sí. El valor y los significados de las víctimas nos sirve en las sociedades modernas para construir nuestro presente. Yo no he escuchado peticiones de revancha o venganza, sólo la necesidad de verdad.

-Si la investigación determina que fue asesinado, ¿no cree que se rompería un poco el mito del presidente que prefirió morir antes que renunciar?
Eso no lo he pensado. No tengo una opinión segura respecto a ese punto. No sé qué percepción tiene Chile respecto a la diferencia que puede haber entre que una persona se vea forzada, porque no es un suicidio por una condición de presión que es imposible de calcular. No sé que diferencia puede haber entre eso y que alguien le hubiera matado.

Te recuerdo Amanda

-¿Cómo fue el proceso de exhumación de Víctor Jara?
A mí en su caso me impresiona una cosa, en lo que ya no es técnico científico. Conociendo algunas de sus canciones, particularmente Te recuerdo Amanda, yo siempre me había preguntado quién era Amanda. Cuando yo veía los documentos y veía que Amanda era su madre y Manuel su padre, entendí la canción. Eso unido a su canción, la vida es eterna en cinco minutos, la vida puede ser eterna en cinco minutos, no somos conscientes, pero en un momento cinco minutos son claves. Para Salvador Allende, sus últimos cinco minutos, cuando dijo compañeros vayan saliendo, la vida es eterna en cinco minutos, cuando toma el teléfono y dice yo soy el presidente, me quedo aquí, la vida es eterna en cinco minutos. Una frase que no prescribe en lo simbólico.

-¿Hay algún patrón entre las víctimas de la dictadura que le ha tocado exhumar?
Bueno sí, los disparos en la cabeza. No suelen ser fusilamientos junto a una pared con orden de carguen y disparen. Son disparos en la cabeza donde nos impresiona mucho considerar que si eres el número 20 de la lista, comienzas a escuchar el disparo del primero, del segundo, del cuarto, del quinto que ha comenzado a llorar y el seis que está gritando. Ese patrón se da.

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