Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

29 de Junio de 2011

“A cualquiera le daría rabia que de una torta gigantesca te den una miga”

Andrés Farías, calameño y creador del grupo de cumbia Amérikan Sound y hoy director de la banda Proyecto Power, cree que el chancho está mal pelado en Chile. Que la plata de las regiones está mal repartida y que las movilizaciones en su ciudad tienen una base justa: “no es tanto por el abandono, sino por cómo se corta la torta”.

The Clinic Online
The Clinic Online
Por

-¿Qué opinas de la movilización en Calama?

-Yo creo que está bien. Es poco el dinero que queda en la ciudad y eso está mal, pues debía estar mejor repartida la plata, así que está bien que se movilice la gente y que proteste por lo que merece.

-¿Se siente la diferencia de plata invertida entre Calama y Santiago?
-Eh…claro po, igual hay harta diferencia porque allá es una zona minera y acá en la zona central el tema del trabajo es como más formal. Pero igual para cómo trabaja la gente allá y lo que se sacrifica, se merece que le paguen un poco más de plata, que se invierta más en la ciudad.

-¿Mucha pobreza?
-¿Allá? ¿En Calama? No, no hay tanta pobreza pero igual está mal repartida la plata.

¿Cómo así?
En el tema del cobre hay gente que gana mucho y otra que gana bien poco y se sacrifica más que las que ganan harto.

-¿Cómo se siente el centralismo en Calama? En tu caso por ejemplo, ¿es más difícil hacer música allá que en Santiago?
Uyyy, es muy difícil, en todas las provincias en general es difícil porque acá en Santiago está todo prácticamente. Es muy difícil que tomen en cuenta a un grupo de provincia po, es súper complicado meterse en las disqueras y tratar de hacer algo po, siendo de afuera es mucho más difícil.

-¿Cómo fue en el caso de ustedes para salir de Calama?
-Yo soy calameño pero la banda la formé en Iquique, que viene siendo prácticamente lo mismo. Pero igual nos costó bastante, tuvimos que ir a Santiago, llevar material. La primera vez no nos tomaron en cuenta, yo tuve que entrar por medio de un amigo de una banda que era conocida para que nos pescaran.

-¿Qué banda?
Mi amigo era el Pascual, el que formó los grupos Alegría y Fantasía Tropical, grupos antiguos.

-¿Y cuánto se demoró ese proceso?
-Fue poco después de que empezó a sonar el disco, si más que todo fue para entrar en el circuito. Para entrar con la gente de la disquera y para que pescaran el material. Pero una vez que salió el disco empezó a sonar en las radios. Tardó como cinco o seis meses en sonar fuerte.

-Oye, ¿y en Calama hay como un sentimiento de injusticia hacia Santiago? ¿Cómo de que se produce mucha plata para el país y no llega de vuelta?
-Sí po. Si igual siempre ha sido lo mismo y por eso las movilizaciones y todo lo que se ha hecho siempre, por lo mismo. Siempre reclaman, pero al final siempre quedan ahí, porque al final no llegan a ningún acuerdo.

-¿Y qué viabilidad le ves a este movimiento?
-Ojalá que puedan lograr algo, igual cada vez que se movilizan sacan algunas cosas para beneficio, pero ojalá que puedan lograr lo que quieren con esta protesta.

-¿Con tu nueva banda tienen algún tema relacionado con esta situación de provincia?

-Nosotros en la temática de lo que es la banda actual, Proyecto Power, estamos haciendo música comercial enfocada más que nada a hacer plata, enfocada en lo que está ahora de moda, temas románticos, temas de engaño. Estamos en otra onda, haciendo música comercial. Pero yo tengo temas originales que se refieren a esto y que hice cuando estaba en Calama, pero no los he grabado, los tengo guardados.

-¿De qué se tratan?
-De la ciudad, de lo que es vivir allá, del norte, de lo bonito de la gente. Prefiero mil veces vivir allá, que acá, se extraña la pampa del desierto. Es otra cosa el norte en general, pero por pega tengo que estar en Santiago.

-¿Y tu familia en Calama, cómo vive este retraso?
-Mi familia ya se vino hace un tiempo a vivir a Santiago: En general la gente que está allá está afectada, se nota mucho la diferencia, el centralismo, no hay oportunidades.

-¿Entonces la solución viene siendo migrar?
-Sí, la gente prefiere salir por lo mismo, para buscar más oportunidades para lograr otras cosas que allá no se pueden. Está todo concentrado en Santiago, dicen que van a hacer cosas para provincias pero al final eso es mentira, nunca hacen nada, ningún gobierno, menos el de Piñera.

Cuna de la cumbia

-Oye, ¿y cómo se explica que a pesar de este rezago, Calama sea la cuna de la cumbia?
-Como es zona minera hay gente que llega de todos lados. De Bolivia, de Perú, de Argentina. Se escucha cumbia de afuera. De ahí salen muchos grupos mezclando muchos estilos. Además, como es zona minera, hay mucha bohemia, así que ahí la necesidad de hacer bandas.

-Harto carrete…
-Uhhh, mucho carrete. En general el norte es carrete.

-¿Entonces se va la plata carreteando?
-No. Es que allá la gente vive bien. Tiene su rato para divertirse y su rato para trabajar. Porque igual en la minería trabajan harto, son muchas las horas que trabajan en la mina. Doce horas al día. Por eso se divierten en sus días libres. Es mucha la plata que da Chuquicamata, gracias a Chuqui Chile es lo que es actualmente.

-¿Y de eso cuánto llega a Calama?
-Un porcentaje muy pequeño. Si llegara la mitad de eso, Calama sería como una ciudad de Europa o de Estados Unidos. Es mucha plata… Lo justo sería que se repartiera mejor el queso, como se dice. Que repartan la plata para la gente de allá que se sacrifica trabajando. La gente de Calama se lo merece, trabajan a 3.500 metros, con frío, con hielo.

-¿Y es general este sentimiento de abandono?
-Es más que nada una rabia por el tema de cómo se reparte la plata. No es tanto por el abandono, sino por cómo se corta la torta. A cualquiera le daría rabia que de una torta gigantesca te den una miga, como que nada que ver po. Esa es la rabia de la gente.

-¿Te impresionó Santiago cuando viniste por primera vez?
-En Calama no hay nada de lo que hay en Santiago. Yo de chiquito siempre he viajado, pero he venido con amigos de allá y se impresionaban. Andaban vueltos locos con el metro, con los edificios, las autopistas, tanta gente, los autos.

Notas relacionadas