Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

21 de Julio de 2011

Quién sabe

Foto: Alejandro Olivares La verdad es que el asunto del cambio de gabinete me da lata, pero P.V. tiene razón, algo hay que decir al respecto. No somos una revista de poesía, sino de actualidad, por mucho que consideremos que no hay nada tan poético como lo que acontece. Ahora mismo, en el Parque Forestal, […]

Patricio Fernández
Patricio Fernández
Por

Foto: Alejandro Olivares

La verdad es que el asunto del cambio de gabinete me da lata, pero P.V. tiene razón, algo hay que decir al respecto. No somos una revista de poesía, sino de actualidad, por mucho que consideremos que no hay nada tan poético como lo que acontece. Ahora mismo, en el Parque Forestal, hay dos mujeres bastante maduras haciendo Tai chi. Es como si le bailaran a la luna entre vendedores de fritangas.

La cosa es que hubo cambio de gabinete y se quedó Hinzpeter. Ése fue el primer gran tema de especulación. No eran pocos los que consideraban que de no producirse un cambio fuerte allá arriba, sería mínima la corrección que podría esperarse. Los que respondían que Piñera no se separaría de su delfín por ningún motivo, acertaron. Yo creo que Piñera se sentiría muy solo sin él. Es el único personaje ahí adentro en quien verdaderamente confía.

Algunos aseguran que también en Bulnes, la estrella del gabinete. Como ministro de Justicia se concentró en las cárceles, y consideró espantoso lo que vio. No estoy al tanto de los progresos reales en esta área desde el incendio de la cárcel de San Miguel a nuestros días, pero el que se preocupa de los presos en lugar de ensalzar demagógicamente las ansias de venganza, algo entiende. Algo que en educación podría ser muy útil hoy día. El movimiento estudiantil debiera estar evaluando que ha llegado el momento de una tregua. Para nada el fin de una lucha, porque la demanda que se echó a correr requiere correcciones muy profundas, de ésas que no se consiguen de la mañana a la noche, sino al cabo de algunas semanas.

El progreso cobrado esta vez, sin embargo, debiera ser bastante grande. Lavín estaba demasiado comprometido con la matriz misma del problema. Todavía no se sabe cuánta plata ganó con la Universidad del Desarrollo, pero se habla de varios millones de dólares. Hasta veintitantos he escuchado. La Udi, en todo caso, no iba a permitir que el presidente lo faenara así no más. Quizás lo hubieran cambiado por Hinzpeter, pero por nada menos.

La permanencia de Hinzpotter, como le dicen algunos por su parecido con el niño mago, le salió cara a Piñera. La entrada de Chadwick y Longueira al gabinete consigna que ahora sí este gobierno también les pertenece. No van a dejar que suceda cualquier cosa adentro. Activados con Allamand y la Evelyn Matthei, más allá de los comités políticos formales, habrá criterios que se harán sentir fuerte a la hora de los quiubos. Veo a Hinzpeter convertido en edecán. Me cuesta imaginarlo enfrentando a estos generales, perdón, coroneles, poseedores de tropas propias e intereses particulares.

Golborne, al ser puesto como ministro de Obras Públicas –“para cortar cintas”, repiten muchos–, fue en los hechos proclamado candidato presidencial. Se decía que era hombre de Longueira, pero en estos terrenos todo se mueve tanto que vaya uno a saber en qué estará actualmente.

Chadwick tiene un tono dialogante que debiera serle útil como vocero, pero quizás no sea fácil ser primo inter pares. Deberá lidiar con distintas lealtades –el partido, por un lado, y el pariente presidente por el otro–, es decir, deberá cuidarse del virus de la desconfianza.

Sorprende que la derecha tenga tan poca gente. No tiene profesionales de la política salvo en el Congreso. Es ciertamente un escándalo que la voluntad popular sea pasada por alto así como así, sacando a un elegido y poniendo en su lugar a un cesante ilustrado o alguna pieza funcional al partido. Pero también lo es la precariedad del compromiso de todo un sector político con la cosa pública. Mucho gallo bueno para las lucas y pocos preocupados de un proyecto de convivencia. Hay que ver lo que pasa.

A partir de ahora, las próximas elecciones serán el motor de muchas decisiones. La Moneda está obligada a mejorar su performance si no quiere sepultar a la derecha y, por otro lado, habrá individualidades que cuidarán más su propia imagen que la del gobierno. Capaz que vengan tiempos de populismo. Las arcas del Estado están repletas. Quién sabe. Un hombre se puso a matar gente a balazos en el Metro –“por haber sido tan regalón”, dijo su hermana–, a la misma hora en que Chile perdía con Venezuela, y medio país lloraba la tragedia.

Notas relacionadas