Piñera no ha tocado fondo

Lo que pasa con la derecha tiene que ver con su imagen. Cosas como que el hermano del Presidente sea el Negro Piñera. Cosas que muestran que es un gobierno súper ordinario, como de roto con plata. En general la derecha en Chile es eso. Puros rotos con plata. Poca cultura y exitismo. Capaz que hayan pensado que ser ordinarios les iba a servir para tener aceptación popular, que los iban a encontrar choros y buena onda. Pero lo que pasó es que nadie les cree porque, con las cosas de peso -como la educación- no se la han podido.

Piñera no ha tocado fondo. Está recién empezando a tocarlo. Pero no me sorprende lo que le pasa a su gobierno. Se veía venir. Lo que me sorprende es la falta de oposición, la debilidad de la oposición. La Concertación sí tocó fondo -tocó el máximo fondo- y quedó desinflada, sin nada. Por eso, al final todo está muy rancio: la izquierda y la derecha son del mismo corte. La izquierda me parece una huevada caduca y tristemente vieja.

Supongo que el desencanto tiene que ver con algo generacional -de estas últimas generaciones- que se educaron quejándose y decepcionándose de los partidos políticos. Y por eso, también, está la esperanza de que estas generaciones, de que estas mini revoluciones en el país, den paso a nuevos rostros. A nuevas propuestas. Porque estar hablando más del matrimonio gay y de temas que eran tabú quiere decir que vivimos otra época.

Hay caras nuevas. Como la Camila Vallejo. Ojalá se quede ahí y no le pase lo que le pasó a los seudo líderes que aparecieron en la Revolución Pingüina de los que después no se supo más de ellos, salvo que andan haciendo shows en discotecas como la K-masú, como el gordito ése.

De aquí a que se acabe el gobierno de Piñera tienen que aparecer nuevos rostros que -de todas maneras- van a ir por un lado independiente y no por un lado partidista porque, a estas alturas, juega en contra irse por un partido.

Y si no aparecen, bueno. Seguimos en el mismo charco. Revolcándonos no más.