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Cultura

28 de Septiembre de 2011

Tensión, lágrimas y una foto inédita en el primer día de juicio por Jackson

Fuente: elmundo.es El juicio por la muerte de Michael Jackson no defraudó a los que esperaban espectáculo. Hubo tensión, insultos para el acusado, fotos explícitas del cantante ya cadáver en el hospital y lágrimas, las que vertió de forma ostensible Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por lo sucedido la madrugada del 25 de junio […]

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Fuente: elmundo.es

El juicio por la muerte de Michael Jackson no defraudó a los que esperaban espectáculo. Hubo tensión, insultos para el acusado, fotos explícitas del cantante ya cadáver en el hospital y lágrimas, las que vertió de forma ostensible Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por lo sucedido la madrugada del 25 de junio de 2009.

Murray se echó a llorar cuando escuchó a su abogado, Ed Chernoff, hablar de la relación de amistad que le unía al fallecido, de cómo hablaron sobre su infancia y sobre cuestiones íntimas que Jackson no compartía con casi nadie.

Todo ello después de una larga cadena de acusaciones contra el médico de origen caribeño expuesta por el fiscal David Walgren, que incluyó un vídeo con la imagen de Jackson tendido en una camilla en el hospital de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), a donde fue trasladado tras sufrir el paro cardíaco.

También se pudo escuchar la voz quebrada del propio Jackson hablando con su médico personal en una grabación registrada en su iPhone. Jackson se expresaba con dificultad -supuestamente bajo los efectos de alguna sustancia- y hablaba de sus planes de futuro. “Cuando le gente salga de mi espectáculo, quiero que digan: Nunca he visto nada semejante en mi vida”, dijo el intérprete de ‘Thriller’.

“Los actos y omisiones del médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray”, mataron al cantante. Esa fue la primera y más grave acusación del fiscal David Walgren. Walgren habló de “negligencia” y de “indiferencia” por parte del médico de origen caribeño para describir su actuación en las últimas horas del rey del pop, el pasado 25 de junio de 2009.

Walgren fue repasando todas las evidencias contra el médico de 58 años, desde el testimonio del guardaespaldas de Jackson, Alberto Álvarez, sobre su ayuda a esconder medicamentos antes de que llegara la policía de Los Ángeles, hasta el relato de Murray sobre la noche de los hechos, aquel fatídico 25 de junio de 2009 en que el corazón de Jackson no pudo resistir otro poderoso cóctel de sedantes que consumía regularmente para poder dormir.

De acuerdo con el testimonio de Murray repasado por Walgren, el intérprete de ‘Thriller’ comenzó a recibir sedantes a la 1.30 de la madrugada de forma escalonada, hasta que a las 7:30, ya desesperado, solicitó que Murray le administrara el propofol para dormir, aunque eso significara perderse el ensayo del día siguiente como parte de su preparación para la vuelta a los escenarios en verano.

“No puedo funcionar sin dormir. Voy a tener que cancelar”, le dijo Jackson a su médico, por lo que pidió “su leche”, término con el que el artista se refería habitualmente a la anestesia que recibía casi a diario, según los informes de la acusación.

Walgren calificó de “manifiesta negligencia” el proceder de Murray, o lo que es lo mismo, de homicidio involuntario por el que está acusado y por el que podría pasar cuatro años entre rejas.

De acuerdo con el fiscal, “no había la relación apropiada entre doctor y paciente, sino una de empleado y empleador”. “Murray no veló por los intereses de Michael Jackson ni por su salud, sino por los 150.000 dólares al mes que recibía. Era un empleado y así actuó, no como un profesional de la medicina usando los criterios apropiados”, argumentó.

De acuerdo con Walgren, “Murray optó por pedir otro envío de Propofol y Midazolam”, en lugar de apoyarle con medidas para mejorar su salud. “Las evidencias mostrarán que Michael Jackson puso su vida en las manos del doctor Murray. Esa confianza mal depositada le costó la vida”, explicó Walgren al principio de su alegato.

Además de eso, y según la versión del fiscal, Murray “engañó a los paramédicos” que llegaron a la residencia particular de Jackson aquel día, una mansión alquilada en Holmby Hills, “y a los médicos del hospital UCLA cuando estaban tratando de salvarle la vida”.

Tras el alegato de la acusación, llegó el de la defensa, que señaló que Jackson se autoadministró las medicinas que le provocaron la muerte sin conocimiento de Murray. Los abogados de la defensa argumentaron que muchos otros médicos fueron quienes prescribieron la medicina a Jackson y que Murray sólo intentaba desvincularlo del propofol cuando murió. “Jackson no murió porque el doctor Murray le diese propofol para dormir, sino cuando éste paró [de hacerlo]”, dijo la defensa.

El abogado defensor Ed Chernoff dijo al jurado que la evidencia científica exonerará a su cliente de los cargos de muerte por negligencia. “La ciencia en este caso, la pura ciencia, mostrará que pese a todo lo que ocurrió en el pasado, Michael Jackson estaba frustrado porque su médico no le daba la medicina que él prefería”, dijo Chernoff. “Así que hizo algo sin el conocimiento de su médico que provocó su propia muerte”.

Cuando Murray abandonó brevemente la habitación, Jackson tragó ocho píldoras de Lorazapem antiansiedad, seguidas por una dosis de propofol que le provocó “la tormenta perfecta en su cuerpo para matarlo al instante”, relató el abogado. “Cuando el doctor Murray volvió a la habitación no había doctor o paramédico que pudiera haberlo salvado”, dijo Chernoff. “Murió tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de cerrar los ojos”.

El rey del pop murió el 25 de junio de 2009 a los 50 años debido a un paro cardíaco. Según los médicos forenses, el detonante fue una dosis demasiado elevada del poderoso anestésico propofol y sedantes. Murray, de 58 años, se enfrenta por ello a una pena de hasta cuatro años de cárcel.

Los padres del cantante, Joe y Katherine, y varios de sus hermanos estuvieron presentes en la sala de juicios en la apertura del proceso. A las puertas del juzgado se reunieron también muchos curiosos, reporteros y también fans de Jackson. Algunos de ellos portaban pancartas en las que podía leerse: ‘Justicia para Michael’. También había personas que mostraban su apoyo a Conrad Murray: “El doctor es inocente, quieren culparlo de las locuras de Michael Jackson”.

Tras los alegatos iniciales de la Fiscalía y la Defensa, se esperan las declaraciones de los primeros testigos. El proceso se extenderá durante cerca de un mes. El jurado escogido está compuesto por siete hombres y cinco mujeres, de los cuales sólo uno es afroamericano.
¿Testificará su hija Paris?

El jurado espera escuchar los testimonios del personal de emergencias que llevó a Jackson al hospital, expertos médicos, el coreógrafo del cantante y de la novia de Murray.

El famoso abogado Mark Geragos, que representó una vez a Jackson y que ha seguido de cerca el caso penal contra Murray, dijo que la hija de Jackson, Paris, de 13 años, también podría ser llamada a testificar, en lo que probablemente sería uno de los momentos más dramáticos del juicio. “Ella no sólo tiene cosas que decir, sino que puede decirlas de una forma convincente”, dijo Geragos a Reuters. Paris Jackson estaba en la casa cuando el cantante murió.

El caso es uno más del creciente número de procesos judiciales estadounidenses contra médicos acusados de malas prácticas. Geragos dijo que cree que los fiscales podrían tener dificultades para obtener una sentencia condenatoria y que es más probable que un jurado dividido no dé un fallo condenatorio o se decante por la absolución. “Los jurados se resisten a condenar a los médicos en este tipo de situaciones”, agregó Geragos y añadió que muchas veces los jurados no quieren cuestionar a los doctores.

Las respuestas del jurado de 12 personas a preguntas hechas públicas la semana pasada muestran que ninguno de ellos había tenido malas experiencias con los médicos.

En el momento de su muerte, Jackson se preparaba para realizar 50 conciertos en Londres de su espectáculo llamado ‘This is it’. El primer testigo de la acusación se espera que sea Kenny Ortega, coreógrafo y director de cine que fue contratado para poner en escena los conciertos en Londres y que estaba realizando ensayos con Jackson en Los Ángeles.

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