Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

2 de Febrero de 2012

Mis siete momentos más califas en Sundance

Estaba leyendo cosa post festivalcineSundance de las revistas muy importantes de cine: “mis favoritos de la competencia no sé qué”, “los momentos más no sé cuánto del Sundismo” y todos esos recuentos tipo añonuevo que se hacen cuando algo se acaba. Como quiero ser igual a ellos, voy a hacer mi propio recuento de mis […]

Joven y Alocada
Joven y Alocada
Por

Estaba leyendo cosa post festivalcineSundance de las revistas muy importantes de cine: “mis favoritos de la competencia no sé qué”, “los momentos más no sé cuánto del Sundismo” y todos esos recuentos tipo añonuevo que se hacen cuando algo se acaba.

Como quiero ser igual a ellos, voy a hacer mi propio recuento de mis momentos más bla bla de Sundance. Éstos son: el winona ryder, el si te caís al agua caís peinada, Luli, las putas que no eran, el premio mejor guión, el alcohol, la paja.

(Okei okei. El título no tiene que ver con la nota pero quería que hicieran click)

Voy por orden:

Winona Ryder:

Cuando tenía ocho años mi prima quiso comerse unos Chomp que estaban abiertos en el supermercado. Mi culpa evangélica no pudo con eso. Novecientos años después -muy borracha y menos evangelion- me mandé un Winona con un alfajor (sin querer) y una revista (con querer) de un Okei Market (lugar, que al igual que las bombas de bencina, merece ser robado). Mi historial de winonas encuentra su climax/apogeo/comosediga hace menos de una semana: supermercado, Park City (ciudad sundística), cuando me mando el Winona lanza internacional, pelándome un rouge que tengo justo ahora puestísimo en la boca. El problema: podré winonear y reirme de Yisus quince veces al día, pero culpa evangélica no se quita: pienso todo el tiempo que Dios me va a castigar con la pérdida del rouge.

Luli (o los postres)

Esto es de la Luli pre Mundos Opuestos, la de la era gorda-lechona-andá-a-comerte-los-postres (el que sabe, sabe). Pues bien, eso hice yo: comerme los postres. Antes de Sundance yo pensaba: ¿por qué chucha son tan guatones en USA? Después de Sundance pienso: ¿por qué chucha hay gente flaca en USA? En la foto: parte del desayuno de no me acuerdo qué día. Panqueque con salsa de chocolate, syrup, salsa de no sé qué chucha, azúcar flor y frutillas. Me comí dos más igualitos, huevo con tabasco, quesadillas, algo que no me acuerdo y juguito de naranja.

Las putas que no eran

Conocimos a un francés productor que se llamaba Gregory. El francés fue a ver nuestra película, fuimos a ver la de él, nos invitaba a almorzar, nos pasaba a buscar, era terriblebuenaonda, nos hicimos amigueques y, el día de la premiación, cuando nos estábamos poniendo lindas para ir, llama y dice que trae putas para el regocijo del choriflai. Directora de película gritó de horror y yo farfullé de ambigüedad, pensando: “No me las quiero culiar, pero quiero contarlo después/No me las quiero culiar, pero quiero contarlo después”. En ambigüedad estaba cuando llegó el francés, solo, solo, solo y solo hasta que en la ceremonia trajo a una chiquilla rubia (igual rica) y otra morena (no tan rica). La rubia y la no rubia estuvieron dos segundos y se despidieron con frase misteriosa: “Somos famosas acá. Cuando vengan a Salt Lake se quedan con nosotras”. No entendí ni una hueá.

Si te caís al agua caís peinada

Yo creo que el instructivo de American Airlines no lo cambian desde los años ochenta. Aparece hasta un biper en la hueá. Bueno, también me mandé un winona con el instructivo porque quería mucho tener la foto que se ve acá: el avión sufre un desperfecto, la gente se tira con sus flotadores, la señora de la foto se tira con su flotador y cae así -peinada y con cara de Chuqui- al mar.

El premio mejor guión

Lo del premio pasó antes de que la rubia y la no rubia nos dijeran adiosito. Está en el video que ya algunos deben haber visto así que me limito a decir: fue muy emocionante, inesperado y todas esas cosas que la gente dice de los premios, pero yo lo digo en serio. Además, si no ganaba algo, iba a quemar Park City. Mejor para ellos.

El alcohol

Misterios de la vida estadounidense. Por un lado: a las once de la mañana -en cualquier evento sundístico- podíai tomar hasta bloody mary. Por otro: te servían nada de copete. NADA. Acá, en Chile, con dos vodkas yo quedo feliz. Allá, novecientos.

La paja

Los primeros días no dormía sola así que no me podía meter los deditos. Después dormía sola pero había confesado -vía tuiter/vía realidad- que llevaba cinco días sin pajearme entonces -si ganas de paja- me daba paranoia nocturna y pensaba en los ojos tuiter como se piensa en Dios: omnipresencia de miradas, omnipresencia que me ve meterme los deditos. Paranoia breve, en todo caso: después dedeo, dedeo y dedeo.

Notas relacionadas