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Nacional

29 de Marzo de 2012

Líder de agrupación de familiares de desaparecidos recibió premio nacional de DDHH

La dirigente de la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Viviana Díaz, quién también fue presidenta de esa organización que hizo frente a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), recibió hoy el Premio Nacional de Derechos Humanos. El reconocimiento que por primera vez lo entrega el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) “es en […]

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La dirigente de la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Viviana Díaz, quién también fue presidenta de esa organización que hizo frente a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), recibió hoy el Premio Nacional de Derechos Humanos.

El reconocimiento que por primera vez lo entrega el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) “es en reconocimiento a su férreo esfuerzo en la defensa y promoción de los derechos humanos en Chile”, precisó la entidad.

Díaz recibió el galardón en un acto que se realizó en la Sala América de la Biblioteca Nacional a la que asistieron diversas personalidades, entre ellos el ministro de Justicia, Teodoro Ribera; el senador y presidente de la Comisión de Derechos de la Cámara Alta, Juan Pablo Letelier, y el exdiputado y abogado de derechos humanos, Andrés Aylwin.

También participaron de la ceremonia, la subsecretaria de Justicia, Patricia Pérez; el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade; Carolina Tohá, presidenta del Partido por la Democracia, y Laura Albornoz, quién fuera ministra del Servicio Nacional de la Mujer durante el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet (2006-2010).

El Premio Nacional de los Derechos Humanos, consta de un diploma, un monto de dinero y una pensión vitalicia reconocimiento que la entidad seguirá entregando anualmente “a quienes se hayan destacado en la promoción de una memoria histórica sana, y en la protección y defensa de los derechos humanos de quienes habitan en el territorio de Chile”.

En un comunicado, el INDH destaca que Viviana Díaz es uno de los rostros más simbólicos en la defensa de los derechos humanos por su incansable búsqueda de la verdad, la justicia y reparación de la víctimas de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, la vida de Viviana Díaz fue golpeada por la detención y desaparición de su padre, quién fue dirigente nacional de la Central Única de Trabajadores y subsecretario general del Partido Comunista en la clandestinidad, Víctor Manuel Díaz López.

Este hecho fue el que marcó precisamente el camino de Díaz, como parte de una historia de tozudez y tempranas valentías, especialmente de muchas mujeres que debieron sortear solas la crónica de sus destinos, que persigue la verdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos.

Así fue como Díaz se integró durante las décadas de los setenta y los ochenta, al trabajo que realizaba la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), bajo el amparo del Comité Pro Paz y más tarde de la Vicaría de la Solidaridad.

Después del fallecimiento de Sola Sierra, en 1999, otra emblemática dirigente luchadora de los derechos humanos y quién encabezó desde un principio la AFDD, Díaz quedó a la cabeza de la agrupación hasta el año 2003 cuando le entregó su cargo a Lorena Pizarro Sierra.

“El 12 de mayo de 1976 mi papi fue detenido a las dos de la madrugada por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Lo obligaron a levantarse y allí mismo le empezaron a torturar, tenía 56 años en este momento”, relató en un documento entregado a los periodistas.

Destacó que lleva mucho tiempo trabajando en derechos humanos y que siempre se ha relacionado con todos los que sufrieron con la dictadura y que su premio los “recibirá en el nombre de su papi”.

“En el nombre de todas las personas que ya no están, de todos los familiares que por muchos años hemos seguido buscando a los nuestros, a todos los nuestros. Y que hasta el último de nuestros días seguiremos en eso”, sentenció Díaz, que tras la llegada de la democracia en 1990 ha seguido participando de las actividades de la AFDD.

Lo ha hecho tanto como para obtener oficialmente el reconocimiento de la desaparición de su padre, como para la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación que ha sido plasmada en el Memorial del detenido Desaparecido y la creación del parque Villa Grimaldi.

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