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Cultura

23 de Abril de 2012

Nicanor Parra y su premiación: “Don Quijote no cabe en un fin de semana”

Cristóbal Ugarte, nieto del gran poeta chileno Nicanor Parra, leyó hoy unas palabras de agradecimiento de su abuelo por la concesión del Premio Cervantes, con las que pidió una prórroga “de mínimo un año” para poder “perigueñar” un discurso “medianamente plausible”. “Don Quijote no cabe en un fin de semana”, le decía Nicanor Parra “hace […]

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Cristóbal Ugarte, nieto del gran poeta chileno Nicanor Parra, leyó hoy unas palabras de agradecimiento de su abuelo por la concesión del Premio Cervantes, con las que pidió una prórroga “de mínimo un año” para poder “perigueñar” un discurso “medianamente plausible”.

“Don Quijote no cabe en un fin de semana”, le decía Nicanor Parra “hace unas pocas horas” a su nieto, quien, en presencia de los Príncipes de Asturias, del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y de numerosas autoridades, contó que antes de viajar a España, había dejado a su abuelo “en su casa de Las Cruces, en la costa chilena, rodeado de libros”.

“La mayoría de ellos son versiones y estudios del Quijote, pero hay también algunos libros de la biblioteca de Don Quijote, como, por ejemplo, los seis tomos de ‘La araucana’, de Alonso de Ercilla”, dijo el nieto antes de leer varios poemas de Parra.

La ausencia del premiado le restó cierta solemnidad a esta entrega de Premio Cervantes, pero aunque Parra no haya podido viajar a España dada su avanzada edad, sus palabras y poemas, leídos por su nieto, resonaron en el hermoso paraninfo de la universidad de Alcalá, vinculada eternamente a Cervantes y situada a las afueras de Madrid.

Nicanor Parra, de 97 años, se suele tomar con mucha calma eso de elaborar un discurso, sea del tipo que sea, y dice al respecto: “Yo demoro seis meses en armar un discurso que se lee en 45 minutos y que parece que estuviera improvisado”.

Con voz firme y con las modulaciones adecuadas, el nieto de Parra leyó varios poemas y antipoemas del genial poeta chileno, que fueron redactados en la máquina de escribir que “está hoy con nosotros” y que mañana depositará en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, cuya sede se encuentra en la capital española.

“¿Esperaba este premio?”, le preguntan a Parra en uno de los breves poemas leídos hoy. “No/ Los premios son/ como las Dulcineas del Toboso/ Mientras pensamos en ellas/ lejanas/ sordas/ enigmáticas./ Los premios son para los espíritus libres/ y para los amigos del jurado/”, dice Parra con su habitual sorna.

Se trataba de agradecer el Premio Cervantes, considerado el Nobel de las letras hispanas, y en varios de esos poemas se aludía al creador del Quijote, como en “La seriedad con el ceño fruncido”.

“La seriedad con el ceño fruncido/ es una seriedad de solterona./ La seriedad con el ceño fruncido/ es una seriedad de juez de letras./ (…)La verdadera seriedad es otra:/ la seriedad de Kafka/ la seriedad de Carlitos Chaplin,/ la seriedad de Chejov/, la seriedad del autor del Quijote,/ la seriedad del hombre de gafas/ (Érase un hombre a una nariz pegado/ Érase una nariz superlativa”, dice ese antipoema, que termina con la siguiente lúcida sentencia:

“La verdadera seriedad es cómica”, leyó el nieto de Parra antes de hacer reír a los asistentes, al final de su intervención, con lo que dice su abuelo “a la distancia” cuando le preguntan si se considera acreedor al Premio Cervantes.

“Claro que sí”. “¿Por qué”. “X un libro que estoy X escribir”, contesta el poeta y científico chileno.

Parra es autor de una extensa obra, original y certera, en la cual figura también el poema “Somos dos estudiantes de pedagogía”, en el que al profesor don Nicanor le preguntan “en qué se distingue la prosa del verso”.

“¿Diferencia? ¡Ninguna!/ Es cuestión de costumbre solamente/ Los poetas escriben para abajo/ Los prosistas escriben para el lado./ En un lugar de la Mancha/ (octosílabo)/ de cuyo nombre no quiero acordarme/ (endecasílabo)”, dice el escritor chileno que puso “patas arriba” la poesía tradicional, como aseguró el ministro de Educación y cultura español, José Ignacio Wert.

“Existe -afirma en otro poema-/ “Y se llama William Shakespeare/ Marlowe/ o Bacon/ o Perico de los Palotes/. Hay 40 maneras distintas de pronunciar esta palabra sagrada/ Lo mismo que pasa con la palabra Cervantes/ El propio Don Miguel se firmó muchas veces/ con zeta y con belarga/ Ya lo dijo mi tía/ Shakespeare/ el Cervantes inglés/ Cervantes/ el Shakespeare español/ El mismo hombre con distintos nombres/ Si no existiera habría que inventarlo”.

“¿En qué quedamos entonces/ amigo Zerbantes/ hay o no hay caballeros andantes”/ se pregunta el escritor en otro fugaz poema.

Las palabras de agradecimiento por el Premio Cervantes acabaron con uno de los poemas más hermosos del escritor: “El hombre imaginario”.

“El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria/ rodeada de árboles imaginarios/ a la orilla de un río imaginario…”, comienza ese poema que Nicanor Parra ha recitado tantas veces en su casa al borde del Pacífico.

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