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7 de Junio de 2012

La empresa “zombi” del BHC con la que los Luksic quisieron ahorrarse $9.932.436.420 en impuestos

Esta tercera y última entrega sobre las empresas zombis del ex grupo BHC está dedicada a la compra de la sociedad Inversiones San Francisco, que hizo el grupo Quiñenco, de propiedad de la familia Luksic. La compañía tenía $75.702.434.515 de pérdidas, que le permitieron ahorrarse varios miles de millones de pesos en impuestos. Tal como ocurrió con los otros casos que les hemos relatado en los números anteriores de The Clinic, el SII se arregló a la buena con los empresarios. Su director, Julio Pereira, está citado a la Comisión de Economía de la Cámara el próximo lunes. Ahí, deberá explicar por qué se le condonaron los intereses y multas que la multitienda Johnson's había recibido por no pagar los impuestos de Primera Categoría, que debía por el uso de las sociedades con pérdidas (empresas zombis) del ex grupo BHC.

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En los dos últimos números de The Clinic (445 y 446) les hemos contado cómo grandes empresas que usted conoce -entre ellas Vital, Ripley y Johnson’s- ocuparon las sociedades con pérdidas del ex grupo BHC, de propiedad del fallecido empresario Javier Vial Castillo.

Varias compañías del grupo, quebradas entre los años 1983 y 1987, fueron revividas en el año 2000 por dos reconocidos abogados: Alberto Coddou y Aníbal Correa. El único atractivo que tenía el negocio eran las millonarias pérdidas que acumularon las sociedades mientras estaban en bancarrota. Los juristas descubrieron que estas pérdidas servían para descontar impuestos. Cuando el dato llegó a los oídos de los grandes empresarios, las sociedades del ex grupo BHC cobraron interés en el mercado. Varias reconocidas compañías las adquirieron y así rebajaron tributos. El truco era el siguiente: la empresa con pérdida -que no tenía trabajadores, ni bienes, ni capital- absorbía, fuera de toda lógica comercial, a una empresa que tenía muchas utilidades. Las utilidades, a su vez, eran absorbidas por las pérdidas y así se evitaban pagar el impuesto de primera categoría.

Cuando el Servicio de Impuestos Internos (SII) descubrió esta artimaña en el 2002, inició una investigación por evasión tributaria. Al ser enfrentados, los empresarios acordaron una salida a la “buena”, y todo se solucionó administrativamente. Se pagaron los impuestos adeudados, pero no se cobraron ni intereses ni multas.

Así le sucedió a la empresa Inversiones San Francisco, que en el año 200o pasó a formar parte de las cientos de sociedades que tejen la red del grupo Quiñenco, la matriz empresarial de la familia Luksic, que Andrónico Luksic Abaroa fundó a comienzos de la década de 1950. Al año 2004, Inversiones San Francisco debía $9.932.436.420 en impuestos. Como el SII es reservado con la información tributaria de terceros, aún no se sabe cuánto de ese dinero se pagó.

Un informe del SII, que responde al memo N° 93, de fecha 10 de septiembre de 2004, sirve al menos para saber cómo se “endeudó” con el fisco.

EL ZOMBI

Inversiones San Francisco S.A fue constituida el 13 de julio de 1977 en la notaría Emilio Valenzuela Riveros. Era parte de la telaraña de empresas que formaban el grupo BHC. Su capital inicial fue de $700.000. En 1983, sin embargo, el negocio estaba en crisis. La intervención de la dictadura en el Banco Hipotecario y el Banco de Chile, que administraba Javier Vial, dejó sin créditos a las sociedades relacionadas del ex grupo BHC. Las deudas que tenían entre ellas, hicieron quebrar a muchas.

El 12 de enero de 1983, Inversiones San Francisco S.A. cayó en cesación de pago y tuvo que firmar un convenio judicial preventivo en el 4° Juzgado Civil de Santiago.

En el 2000, y tal como ocurrió con los otros casos que les hemos relatado en los últimos dos números de The Clinic, la empresa se activó. La contabilidad fue confeccionada extemporáneamente por el contador Arturo González Pérez. También, según el Informe del SII, fue el que firmó los registros que Inversiones San Francisco S.A. había dejado de presentar en 1982. Según estos papeles, entre 1988 y 1999 la sociedad solo registra pérdidas por los intereses, reajustes, castigos y corrección monetaria que se hizo de la deuda que no pagó cuando el negocio se fue a la ruina. Para el año tributario 2001 –según su formulario 22- la sociedad acumulaba una pérdida tributaria de Primera Categoría de $75.702.434.515 (setenta y cinco mil setecientos dos millones, cuatrocientos treinta y cuatro mil quinientos quince pesos).

LA VENTA

La pérdida tributaria de Inversiones San Francisco era muy atractiva. Tanto, que duró poco en el mercado. El 21 de agosto de 2000 en la notaría de Álvaro Bianchi Rosas se cerró el trato. Se la compró la familia Luksic, por medio de dos empresas: Inmobiliaria e Inversiones Hidroindustriales S.A., representadas por Gustavo Delgado Opazo (contador y miembro de varias empresas del grupo Quiñenco, tanto como presidente como director) y Luis Fernando Antúnez (gerente de administración y finanzas de Quiñenco); e Inversiones Punta Brava S.A., representada también por Luis Fernando Antúnez y Mario Garrido (también miembro del directorio de varias empresas del grupo Quiñenco).

Los contactos entre los Vial y los Luksic para traspasar la sociedad los comenzó Rafael Silva Merino, ex gerente general de Banchile desde 1983 a 1990. En una declaración que dio al SII, en marzo de 2005, Silva contó que Javier Vial le había solicitado ofrecer empresas con pérdida tributaria y que Luis Fernando Antúnez se había interesado en una.

-Contacté telefónicamente a Luis Fernando Antúnez con Javier Vial Castillo, y este último los contactó con Aníbal Correa, con quien se realizaron las reuniones presenciales. Informé a Luis Fernando Antúnez que el precio de estas empresas estaba en directa relación con la cuantía de su FUT negativo (pérdidas) –dijo Silva.

Según su declaración, por esta gestión ganó varios millones: Luis Fernando Antúnez, por la parte compradora, le habría pagado $60 millones, que documentó en una boleta de honorarios; y por los vendedores recibió $8 millones más.

Según Luis Fernando Antúnez, quien declaró en el SII en marzo de 2005, en la venta participó, además, la auditora Price Waterhouse Coopers, que emitió un informe sobre la validez de la pérdida, y el abogado y actual diputado UDI Edmundo Eluchans. Ante los fiscalizadores, Antúnez también habló sobre las motivaciones que tuvieron para comprar la ex sociedad del BHC.

-Decidimos adquirirla por tres motivos, el giro, era inversiones y nos interesaba. Segundo, por la antigüedad, lo que eventualmente podía servir para levantar financiamiento, y para los bancos eso es factor relevante para otorgar créditos. Y tercero, por la pérdida que podíamos utilizar si la ley lo permitía.

José Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco, también declaró en el SII. El 25 de febrero de 2005 explicó su participación en el negocio.

-No recuerdo si participé en tomar esa decisión, pero pude haber participado, ya que está dentro de mi ámbito de responsabilidad en la compañía… soy gerente general del holding Quiñenco, por lo que tengo responsabilidades en muchas empresas.

Según la escritura de compraventa, las empresas de la familia Luksic debían pagar $2.606.297.300 a Javier Vial por la compra de Inversiones San Francisco S.A., que tenía una pérdida de $75.702.434.515. El trato estaba pactado en 3 cuotas: la primera, 60 días después de haber hecho la compra; la segunda, fechada para el 30 de abril de 2001, y la tercera para el 30 de abril de 2002. El contrato establecía, también, una cláusula que resguardaba los intereses de las empresas del grupo Quiñenco, por si había problemas para usar las pérdidas. No está claro si se pagó todo el dinero.

LA FUSIÓN

El 23 de julio de 2001, en una junta extraordinaria de accionistas, se acordó la fusión de Inversiones San Francisco con Inversiones Hidrosur Limitada. La primera, una empresa sin trabajadores ni bienes, absorbió a la segunda, una compañía que había sido constituida en 1994 y tenía una activa participación dentro del holding Quiñenco. Al igual que en los casos que hemos relatado en los números anteriores, en adelante la empresa que resultó de la fusión siguió operando con el RUT de la que tenía pérdidas, pero con el nombre de la que tenía utilidades. En este caso, le pusieron Hidrosur S.A.

Según el informe del SII, para el año tributario 2002 las pérdidas absorbieron -ponga atención- $39.682.169.641 de utilidades de Hidrosur S.A. Con esto se evitaron pagar $5.952.325.446 en impuestos de Primera Categoría.

Para el año tributario 2003, la operación se repitió. La sociedad registró una Renta Líquida Imponible de Primera Categoría por $20.551.878.645, que fueron absorbidos por las pérdidas que aún arrastraba. Así dejaron de pagar $3.288.300.583 al SII, y se quedaron con un saldo negativo de pérdidas para el período siguiente de poco más de $4 mil millones de pesos.

Al año siguiente, Hidrosur S.A. declaró $5.644.746.996 en utilidades, que fueron absorbidas en casi su totalidad por las pérdidas que aún arrastraba, evitándose el pago de $691.810.391 en impuestos.

En tres años, Hidrosur S.A. ocupó todas las pérdidas tributarias que había adquirido. Al año 2004 había dejado de pagar $9.932.436.420 en impuestos de Primera Categoría. En ese año, sin embargo, el SII llamó a los ejecutivos del grupo Quiñenco para cobrar. Al igual que en los otros casos, ambas partes decidieron arreglarse a la buena. Según comentaron en el SII, sin entrar en el detalle particular, la deuda fue pagada, pero nadie fue multado.
Nos comunicamos con los asesores de prensa del grupo Quiñenco, quienes informaron a los ejecutivos del holding sobre este reportaje, pero no quisieron responder a nuestras preguntas.

Citan a director del SII a Comisión de Economía de la Cámara por caso Johnson’s

Para el próximo lunes a las 15:30 quedó fijada la reunión entre Julio Pereira, director del Servicio de Impuestos Internos, y los diputados de la Comisión de Economía de la Cámara. En la ocasión, Pereira deberá explicar por qué se le condonaron los intereses y multas que la multitienda Johnson’s había recibido por no pagar los impuestos de Primera Categoría, que debía por el uso de las sociedades con pérdidas (empresas zombis) del ex grupo BHC.

En el número pasado de The Clinic, les contamos cómo la multitienda -cuando aún era de Marcelo Calderón Crispín- había dejado de pagar casi $2.500 millones en tributos, al descontar sus crecientes utilidades de los más de $111 mil millones de pérdidas que tenía la sociedad San Bartolomé, empresa que adquirió a fines del 2000 y que antes era de Javier Vial Castillo.

Según dijo el diputado DC Fuad Chaín, aprovecharán la oportunidad para preguntarle por las otras empresas que usaron las sociedades con pérdidas del ex grupo BHC, entre ella Vital, Ripley e Hidrosur S.A., de propiedad de la familia Luksic. Las dudas tienen relación con la cantidad de dinero que finalmente pagaron los empresarios y por qué, pese a que el SII los acusaba de “evadir” impuestos, no se le cobraron intereses ni se los multó por esta mala práctica.

Lee acá:

Primera entrega

Segunda entrega

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