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Nacional

11 de Junio de 2012

La Pinochet Party: no llenó el Caupolicán y dejó la pelotera en Santiago

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Después de cinco discursos y una hora completa de múltiples cánticos en alusión al tata, al mediodía de ayer comenzó la exhibición del documental histórico novelado “Pinochet”, el motivo principal de un acto que reunió a poco más de mil pinochetistas en el centro de Santiago y que volvió a meter el dedo en la llaga más divisora de los chilenos.

Tras una semana completa girando en torno al polémico acto, un domingo frío y nublado dio el vamos a una convocatoria que con mucha suerte alcanzó para cubrir un tercio del teatro Caupolicán y que terminó reuniendo a muchos miles más en las afueras del recinto.

Con todo, casi a las diez de las mañana comenzaron a llegar los asistentes y funadores a los alrededores del teatro. Entrada en mano y con serios problemas para ingresar al perímetro de tres controles dispuesto por Carabineros, la fría mañana dominical no tardó en encender los ánimos.

Pasados los controles y la agitación previa, los poco más de mil asistentes al homenaje calentaron motores con vítores para el dictador y uno que otro mensaje para comunistas. Muchas banderas chilenas, imágenes del capitán general y hasta un pequeño banderín del partido del presidente, se colgaron de los espacios del teatro y se agitaron toda la hora previa a que comenzara el documental.

Entre los discursos, los saludos con mano derecha apuntando al cielo, los himnos españoles para conmemorar a Francisco Franco y el gritoneo contra Salvador Allende y los comunistas fue la tónica.

Poco antes de empezar, una joven cientista político leyó el discurso de reinvindicación del legado en el que justamente se enfocaría la apología en video para Augusto Pinochet. Un claro mensaje para los presentes, entre los que sorprendentemente se encontraba un gran número de jóvenes sub 30.

Comenzada la función, los aplausos y abucheos según aparecieran imágenes de distintos colores políticos no se hicieron esperar. Tal como un cine de barrio y contraviniendo el sentido que tenía el acto según sus organizadores, el contenido del documental no fue más que una reconfirmación de la verdad que los presentes compartían.

En la platea y el primer piso, mucho cana y bastón, a diferencia de la galería, colmada en su mayoría con personas mucho más jóvenes. En la pantalla, un video pixeleado y con sonido bastante deficiente no importó demasiado a los espectadores.

Con el correr de la hora, el frío motivó a varios a pararse a los pasillos en ambos pisos del teatro, donde reinaba la buena onda y la camaradería entre los seguidores pinochetistas.

Como la señora Silvia, de La Cisterna, que anduvo repartiendo papeles de una denuncia contra el “roto PPD” que dirige su comuna y que invitó a varios de los presentes a agruparse en una organización para salir a la calle y “contrarrestar lo que hagan los comunistas”.

Ya casi a las 14:00 horas, el documental terminó con la entonación del himno nacional incluida la estrofa prohibida y la invitación a no responder las provocaciones de los contra manifestantes en las calles.

Mientras rodaba la película, en Santa Isabel con San Diego se libró una batalla campal entre carabineros y funadores del homenaje, lo que al final sería una preparación para el final.

Al salir del teatro, los adherentes se mantuvieron varios minutos en San Diego, a la espera de buses de acercamiento. No hubo críticas ni al documental ni al propio homenajeado.

A la salida del teatro, el registro visual se vendía en 15 mil pesos a manos de la esposa del ex CNI Álvaro Corbalán Castilla, quien se encuentra preso en Punta Peuco y que fue castigado por Gendarmería con 20 días sin recibir visitas producto de la responsabilidad que se le adjudica en la organización del acto. Tal como lo informó The Clinic Online el sábado recién pasado.

Además de la venta de documentales, también se encontraban adherentes de Pinochet y del extinto partido Avanzada Nacional, quienes se encontraban llenando fichas y firmas para relanzar la colectividad.

Combos iban…

Marisol Elton del Pedregal, portando un poster del caballero dijo que el documental estuvo hermoso y que no le faltó nada, junto con mencionar en vivo para TVN que los informes Rettig y Valech no tenían ningún contenido creíble y eran puras mentiras. “No mataron a ningún inocente”, agregó otra pinochetista octogenaria y la conversación se acabó.

Otro grupo, de puros jóvenes sub 25 que llamaron varias veces a sus padres para decirles que estaban bien y que el documental había estado “piola”, relataron a The Clinic Online que la imagen del ex gobernador de facto estaba intacta y que todo lo supuestamente robado por el general y puesto en cuentas bancarias en otros países aún no podía ni podría probarse.

De ahí las peleas no tardaron en llegar. A pesar de los cordones de seguridad, algunos manifestantes contrarios al régimen de Pinochet llegaron hasta el frontis del Caupolicán y encararon a los asistentes al acto.

Se agarraron de los moños en casi cada esquina aledaña al teatro y luego de media hora de espera y tras la ayuda de carabineros para correr a los funadores hasta Avenida Matta, un grupo liderado por skin heads bajó por la calle Aconcagua, donde se enfrentaron a cada transeúnte que los pillaba caminando.

Varios combos, escupos y pateaduras bastante duras bajo una lluvia de piedras se llevaron los asistentes menos veloces y uno que otro pinochetista que provocó a las residentes o transeúntes del sector.

Una hora después, las peleas y enfrentamientos seguían esparcidos en varios puntos y buena parte de los asistentes seguía esperando a los buses de acercamiento. Al final, esas micros nunca llegaron y varios de ellos terminaron subiéndose sin pagar al Transantiago para volver a sus casas.

Horas después, el gran arrepentido de la jornada fue el alcalde Zalaquett, que dijo haberse dado cuenta que lo mejor habría sido no autorizar el homenaje. Tarde, después de varios días de polémica y de varias horas de enfrentamiento en la calle que reflotó las profundas diferencias entre los chilenos y dejaron destrozos en varios puntos y más de 60 detenidos.

Un resurgir de la derecha más dura, admiradora de Pinochet y Franco, que no son representados por la política actual y que junto con intentar emerger la imagen del dictador fallecido hace seis años promete con baja asistencia salir del clóset en el que se mantuvieron casi dos décadas.

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