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Cultura

13 de Junio de 2012

“A mi Copano me cae como las pelotas, es un tipo petulante y se cree superior”

Juan Pablo Queraltó llegó a estudiar periodismo como se suele llegar a estudiar periodismo: quería estudiar otra cosa -odontología-, no le alcanzó el puntaje, se metió a la UNIACC, tuvo un par de pegas y todas tenían que ver con farándula porque sí tenía al menos una cosa clara. Le gustaba ser figurita. De pega […]

Camila Gutiérrez
Camila Gutiérrez
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Juan Pablo Queraltó llegó a estudiar periodismo como se suele llegar a estudiar periodismo: quería estudiar otra cosa -odontología-, no le alcanzó el puntaje, se metió a la UNIACC, tuvo un par de pegas y todas tenían que ver con farándula porque sí tenía al menos una cosa clara. Le gustaba ser figurita.

De pega en pega llegó al corazón de la farándula: SQP/Primer Plano y se transformó en el corazón del corazón al proclamarse en algo así como el rey del reporteo duro de los famosillos, el biógrafo oficial de Raquelita/Pablo Schilling, el único al que uno de verdad veía todo lo que duraba Fiebre de Baile esperar afuera aunque lloviera, granizara, nevara, bla bla bla. En dos palabras: un mártir. En tres: un mártir feliz.

¿Alguna vez has pensado: “estoy haciendo pura mierda”?

-No. Siempre me ha gustado. Yo critico a la gente que critica la farándula y dice: “Oye ¿cómo estudiaste cinco años? Gastaste cinco años de universidad y cinco años de plata para estar entrevistando gallos que no valen la pena”.

-¿Qué les dices?

-Yo les digo que están súper equivocados porque la pega que uno desarrolla en la farándula es igual de importante que la que desarrolla un tipo de economía, ponte tú, o de política. Porque igual erís riguroso con la información, igual los entrevistai, igual vai a las primeras fuentes.

-¿Pero equiparar importancia está dado sólo porque seas riguroso? ¿No importa el tema en sí?

-Con los programas como SQP y Primer Plano queda de manifiesto que a la gente le gusta la farándula. Por tanto para ellos son temas. Estar hablando de la Adriana Barrientos que se puso pechugas o sacó un tema musical es importante para la señora. Dice: “Ah, qué bueno” y se ríe del cuento o se compara con esa persona entonces por eso yo lo equiparo.

-Siempre dices que te diferencias de los otros periodistas porque tú haces reporteo duro. ¿Importa eso en la farándula?

-Es importante. A mi me molesta cuando se dice: “a nosotros nos contaron tal cosa” y puede ser pura mula. Es distinto a cuando uno llama al entrevistado y el mismo entrevistado te cuenta lo que pasó, o tú estai en terreno si son verdad los hechos. Yo creo que en todos los paneles de farándula tienen que haber siempre periodistas.

-Pero si todos son personajes, es un juego, un poco un hueveo ¿por qué es importante estar afuera de un programa dos horas cagado de frío esperando a que salga x persona?

-Porque tenemos que darle un peso al trabajo que hacemos. Si no, pongan a cualquier persona a hablar cabezas de pescao. La farándula se ha transformado en un periodismo de farándula. Y como es periodismo, tienen que haber periodistas reporteando. Tenemos que estar ahí gastando minutos en el celular, hablando con los personajes y que ellos te den su visión del tema. Si al final es como estar hablando de política pero estar hablando de farándula.

-¿Y nunca te ha dado lata estar esperando no sé cuánto rato a que alguien como Kike Acuña te diga algo?

-Sí po. A mi me tocó estar casi 24 horas en un plantón afuera de la casa de la Cecilia Bolocco, esperando que ella saliera, que dijera algo, tener un mono. Parece que fue para lo de Carlos Menem por la separación. 24 horas durmiendo en el auto ¿para qué? Para que la mina saliera en su auto y tener una imagen toda piñufla y sin decir nada. Entonces ahí uno dice: “¿Estudié cinco años para estar persiguiendo a un pelotudo y que no te diga nada? ¿Por qué estoy haciendo esto? Pero pasa a veces también que el gallo se da el tiempo y te habla.

-Copano decía que tu reporteabas con el Blackberry.

-A mi Copano me cae como las pelotas. Creo que es un tipo petulante y que se cree el ser superior del mundo. Hoy día la tecnología ayuda mucho para reportear. Y hoy día mi blackberry es mi arma de trabajo porque tengo a todos los gallos que trabajan en la farándula: a la Kenita Larraín, a la Adriana Barrientos, a la Romina Salazar. Los tengo a todos conectados. Entonces cualquier cosa que pasa, pum, yo altiro les pregunto a ellos. EY antes de tirarlo al aire los corroboro, po. No soy tan irresponsable.

-¿Has tirado cosas sin corroborar?

-Cuando la Francoise estaba embarazada en los tiempos de Pelotón me llegó el mensaje de que la mina estaba y no sabía si tirarlo o no porque no me quería mandar un Andrés Baile y decir: “Está embarazada” y después nunca estuvo. Lo primero que hice fue llamar a la mamá y la mamá no sabía que estaba. Yo le di la noticia. Entonces llamé a alguien que era Pelotón y me dijo: “Sí, si está y se va a retirar del programa”.

-¿Qué se siente el momento en que te llega el mensaje?

-Es lo mejor que me puede pasar. Yo todo el programa estoy mirando el teléfono. Es como un orgasmo. Altiro veo lo que es y empiezo a reportear lo que está pasando. Antes del programa, me contacto con los personajes de los que se va a hablar, entonces los tengo casi a todos conectados en línea y miro, miro, miro, miro. Cuando me llega un mensaje de texto en el programa es como estar haciendo el amor. Tú llegas al orgasmo justo cuando llega el mensaje y, ahh, lo lanzas.

-¿Hay algo que se guarde la gente de la farándula?

-Re poco. Sienten tanto la necesidad de contar, de estar en la palestra, que terminan contándole al periodista que va a sacar la nota todo-todo.

-¿Y qué pasa entonces con esa idea de que en realidad son personajes?

-Yo creo que algunos son personajes y funcionan así para la tele, no más, y creo de otros que su vida es la farándula. Ellos viven de la televisión. La Raquelita vive de la televisión, la Vale Roth vive de la televisión. La Adriana o la Luli que son más inventados, creados para. Entonces se apaga la cámara y siguen su vida normal. No sé. Pero hay gente que no se le apaga la cámara nunca, como a Edmundo Varas. Él sigue viviendo en un mundo reality. Sigue pensando que las cámaras lo siguen y su minuto de fama se acabó hace ene rato.

-¿Qué pensaste del episodio Raquelita/ravotril?

-Que esa es la verdadera Raquelita. Más carretera, más joven, más loquilla, más hiperventilada. Y que, lamentablemente, aparece este video que era una cuestión privada que uno no tenía por qué enterarse y ahí uno se enteraba de cómo es: buena pal carrete, amiga de Valentina Roth. Muy muy amiga. Por eso la mamá se sorprende.

-¿Se sorprende de verdad?

-Yo sé que sí. Que le afectó mucho a ella y a la familia porque ella se mofaba: “Ay, esas niñas son bataclanas” pero resulta que a raíz de ese video, a raíz de su amistad con Vale Roth, ya no es una persona que lo ve de afuera, si no que lo ve de adentro. Yo no sé si Raquel Calderón será bisexual o no. Yo creo que a ella el exceso de trago y todo le hicieron perder un poco en la cabeza. No sé si se habrán besado o no pero Valentina Roth dice que le dio un chupón.

-Es bueno lo cara de raja de la Vale Roth.

-La gracia de la Valentina es que no tiene problema en asumir las cosas. Dice a mi me gustan las mujeres y qué. Cuál es el problema. Yo creo que nunca voy a escuchar a Raquelita Calderón decir eso. Y creo que es bueno que haya personajes como ésos. Como la Tanza, también: nuestras pequeñas estrellitas hollywoodenses reventadas.

-A varios reporteros o comentaristas de farándula -pienso en Nacho Gutiérrez, Cañiulef, Pancho Saavedra y en ti- se les cuelga la etiqueta de gay. ¿Qué piensas de eso?

-Yo me río. Antes me afectaba porque pensaba: “Si yo no soy gay”. Pero después entendí que la gente puede opinar lo que quiera y uno no puede estar diciéndole a todo el mundo: “Oye, sabís: yo no soy homosexual. No soy gay, no soy cola, tengo mi polola, tengo mi pareja”. Pero la gente yo creo que a veces lo hace por maldad. A lo mejor más de uno de ellos es homosexual -no lo sé- pero si lo quieren asumir, la raja, y si no, también tienen la libertad.

-¿Está ligada la figura del opinólogo a ser gay?

-No creo. Aunque quizás por la manera en que uno se expresa. Para todo el mundo uno es la vieja copuchenta, uno está contando cahuines. Uno se feminiza de alguna forma. Pero creo que hay un error de concepto. A mi me dicen: “es que tu forma de vestir y la hueá” y yo pienso: “¿Cuál es mi forma de vestir? ¿Porque uso una corbata delgada, porque uso ropa ajustada, porque me preocupo de mi soy gay?”

-¿Encuentras que te ves gay?

-No, fíjate. Pero sí encuentro que soy gusto de gay. Se me acercan mucho y a mi como que me da cosa, como que me alejo. No sé. Ellos pensarán que yo soy gay entonces se acercan a conversar como: “Salgamos, hagamos algo” y yo: “No gracias, voy con mi polola”. Ahí como que se asustan y me dicen: “¿En serio? Es que yo pensaba que tú eras”.

-Cambio de tema: ¿hay alguna figura de la farándula que no te guste?

-Al personaje que nunca más entrevistaría es al Flaco porque yo le encontré el hijo perdido entonces estaba furioso. Una vez lo traté de entrevistar en Viña, para el festival, no me respondió nada. Yo estaba muy nervioso porque pensé que el gallo me iba a pegar un cornete.

-Pero el Flaco no es un personaje de la farándula. ¿No se pasa ahí un límite al exponer a alguien que no busca exponerse?

-Es que ahí nos llegó el dato de la mujer. La mujer lo quería hacer público. Hicimos la investigación, llegamos a preguntarle y no quiso responder. Si no querís responder, lo dai por asumido. E independiente que no sea una persona de la farándula, es una persona del espectáculo porque trabaja en la tele. Todas las personas que trabajan en la tele están expuestas a que les encuentren el hijo perdido o le busquen una yayita. Hasta yo. Todos tenemos tejado de vidrio.

-¿Y no te incomoda hacer eso?

-Sí. Encontrar ese tipo de cosas muy muy personales no me gusta…

-¿Y cómo te quedas tranquilo con eso? ¿De qué forma transas en tu cabeza?

-Trato de ser lo más equitativo posible, llamar a los dos lados, suavizar el texto. No decir nada yo en el texto. Que sean las fuentes las que hablen.

-Nunca has dicho: “Chuta, la cagué”

-No, fíjate.

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