Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Mundo

27 de Junio de 2012

Ex reo de Nueva York demanda a cárcel porque la comida lo “estaba matando”

Un ex reo de la prisión neoyorquina de Rickers Island le exige a la ciudad de Nueva York una indemnización por 80 millones de dólares. La razón esta basada en el maltrato que dice haber sufrido en la prisión. Pero no está refiriendo a golpizas o malas palabras, sino que a una forma muy peculiar […]

Por

Un ex reo de la prisión neoyorquina de Rickers Island le exige a la ciudad de Nueva York una indemnización por 80 millones de dólares. La razón esta basada en el maltrato que dice haber sufrido en la prisión. Pero no está refiriendo a golpizas o malas palabras, sino que a una forma muy peculiar de dañar al hombre: darle mala comida.

Michael Isolda afirma que su sistema sistema digestivo sufrió severos daños debido a la escasa calidad y poco tiempo que tenía para digerir los alimentos. “Para mí, estar en Rikers Island fue una
sentencia de muerte”, declaró Michael Isolda en una declaración jurada que su abogado presentó con una demanda en la corte federal de Brooklyn esta semana.

El diario The New York Daily News, constata que en esa misma prisión neoyorquina estuvieron el estafador financiero Bernard Madoff y el ex director del FMI Dominique Strauss Kahn. Al respecto,
Isolda comenta que “no te tienes que preocupar de sobrevivir por los otros prisioneros. Allí me preocupaba de la comida que me estaba matando”.

En los documentos presentados ante el tribunal, Isolda, que llegó a pesar 209 kilos, alega que en 2008 se sometió a una operación de reducción de estómago y le colocaron un “by pass” gástrico.

En 2010 fue detenido por posesión de analgésicos y condenado a un programa de rehabilitación por uso de drogas, pero en marzo de 2011, cuando ya había conseguido adelgazar 70 kilos, regresó a la cárcel después de dar positivo en un test por consumo de drogas.

El ex reo indicó en su declaración que entonces estaba en proceso de adelgazamiento, para lo que necesitaba comer despacio y al menos disponer de media hora para ingerir alimentos blandos, mientras que en esa prisión “a los presos solo les dan cuatro minutos para acabar sus comidas”.

Notas relacionadas