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Mundo

3 de Julio de 2012

Gringos muestran los dientes a Irán militarizando Golfo Pérsico

Fuente El País Irán y Estados Unidos vuelven a lanzarse advertencias en el golfo Pérsico. Mientras el primero prepara una legislación para impedir el paso de Ormuz a los países que le están sometiendo a un embargo, el segundo ha reforzado su presencia militar en esas aguas con el objetivo de impedir el cierre del […]

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Fuente El País

Irán y Estados Unidos vuelven a lanzarse advertencias en el golfo Pérsico. Mientras el primero prepara una legislación para impedir el paso de Ormuz a los países que le están sometiendo a un embargo, el segundo ha reforzado su presencia militar en esas aguas con el objetivo de impedir el cierre del estrecho por el que sale una quinta parte del petróleo mundial. De momento se trata de una mera toma de posiciones, pero los países vecinos no se arriesgan. Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí acaban de poner en funcionamiento sendos oleoductos para evitar un eventual bloqueo.

“La Marina (de EE UU) ha duplicado el número de dragaminas asignados a la zona, hasta ocho navíos”, revela The New York Times en su edición de hoy. Además, ha desplazado al Golfo su primera base de operaciones flotante, un transporte anfibio reconvertido y barco de atraque bautizado como Ponce. Su primera misión es servir como centro logístico para el eventual desminado, pero el Ponce dispone de quirófano, helipuerto y camarotes para tropas, lo que le permite albergar a fuerzas de operaciones especiales.

Aunque los navíos son la parte más visible, el despliegue, que se inició la pasada primavera, incluye también un aumento de aviones de combate F-22 y F-15C en dos bases de la zona. Según el diario estadounidense, los nuevos aparatos refuerzan la capacidad de los ya desplegados contra las baterías de misiles que Irán ha instalado en sus costas y que podrían amenazar la navegación a través de Ormuz, además de poder alcanzar objetivos dentro de ese país.

Las fuentes citadas por el Times describen el despliegue como un mensaje a Irán para que “ni se le ocurra pensar en cerrar el estrecho”. También mencionan que trata de “tranquilizar a Israel”, cuyos dirigentes han amenazado con atacar las instalaciones nucleares de Irán si la comunidad internacional no logra que frene su programa de enriquecimiento de uranio. Sin embargo, los propios autores de la información reconocen que la concentración de fuerzas “supone riesgos significativos, incluida la posibilidad de que los poderosos Guardianes de la Revolución [más conocidos como pasdarán] decidan responder a ese aumento”.

De hecho, la tensión entre Irán y Occidente ha aumentado tras el fracaso de la última ronda de conversaciones nucleares y la entrada en vigor el pasado domingo del embargo de la UE al petróleo iraní. Esa medida, unida a la prohibición de asegurar petroleros que transporten su crudo y a las sanciones estadounidenses a los países que hagan transacciones con su Banco Central, está ahogando la principal fuente de divisas de Teherán. Según cálculos de los analistas, el descenso en las exportaciones de petróleo va a privarle de 2.500 millones de dólares al mes.

Cuando el pasado enero, la UE aprobó el embargo y dio de plazo hasta el 1 de julio para concluir los contratos en marcha, los dirigentes iraníes hicieron saber que consideraban el acoso económico a que se estaba sometiendo a su país como una declaración de guerra. Algunas voces sugirieron responder con el cierre del estrecho de Ormuz. Aunque tal eventualidad fue rechazada de forma oficial, su mera mención constituye una forma de presión equiparable al actual despliegue militar estadounidense. De hecho, ha vuelto a repetirse ahora.

Un diputado iraní, Ibrahim Agha-Mohammadí, aseguró este lunes que el comité de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento ha redactado un proyecto de ley para bloquear el paso a través de Ormuz de los petroleros que transporten crudo a los países que apoyan las sanciones. El régimen iraní utiliza a menudo el Parlamento como caja de resonancia de sus señales políticas. Incluso si la Cámara llegara a aprobar la ley, su efectividad sería nula mientras no sea ratificada por el líder supremo. Aún así, el momento elegido para el anuncio es otra señal de la creciente inquietud que la presión internacional está causando en Teherán.

Pero los países árabes vecinos de Irán no pueden arriesgarse. El estrecho de Ormuz es la principal salida para el petróleo de Arabia Saudí, EAU, Irak y Kuwait, y para el gas de Qatar. En 2011, entre 13 y 15 petroleros con un total de 17 millones de barriles de crudo cruzaron diariamente esa estrecha vía de agua de apenas 34 kilómetros de ancho en su tramo más estrecho. Resulta difícil ver cómo podría diferenciar Irán cuáles de ellos iban destinados a la UE.

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