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Nacional

11 de Julio de 2012

Ley Longueira: la reforma que entrega a perpetuidad los derechos de pesca

Los pescadores artesanales de todo el país están en pie de guerra contra la nueva Ley de Pesca que se discutirá hoy en la Cámara de Diputados. Según denuncian, el documento presentado por el ex ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, y modificado por su sucesor, Pablo Longueira, entrega en concesión a perpetuidad los derechos de pesca a las grandes industrias, con la posibilidad de ser heredados por sus descendientes, y a ellos les fija una serie de trabas y condiciones, además de obligarlos a compartir sus sectores de pesca con las industrias.

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Privatizar el mar. Esa es la denuncia y la consigna de miles de pescadores artesanales movilizados en todo el país en protesta por la nueva ley de pesca que se debatirá hoy en la Cámara de Diputados y que, según ellos, solo perfecciona el negocio para los grandes conglomerados de pesca industrial.

Después de más de un año de desencuentros con los pequeños pescadores del país, el 25 de junio el precandidato presidencial y ministro de Economía, Pablo Longueira, repuso la suma urgencia al mamotreto presentado inicialmente por su antecesor, Juan Andrés Fontaine, pero reformulado en aspectos escenciales como la concesión de cuotas pesqueras a perpetuidad a las grandes industrias del sector.

Esa urgencia en despachar el proyecto es la misma de los pescadores artesanales -400 mil según fuentes del sector- que ven en la nueva ley una amenaza a su trabajo, ya que estiman que tal y como está, la nueva norma fija más limitaciones a ellos que a las industrias como el Grupo Angelini, que a través de Corpesca y SPK, reunió en 2009 el 24% de la captura global de jurel, según un artículo publicado por el diputado DC Gabriel Asencio, miembro de la Comisión de Pesca.

“El gobierno armó una ley a medida de los grandes empresarios pesqueros de este país. Es una ley restrictiva para los pescadores artesanales y no para los grandes industriales”, señala Alberto Millaquén, dirigente pesquero de Quellón, donde ayer se encontraba tomado el puerto, replicando las acciones de presión en todo el país y que en Valparaíso terminaron con el cierre del metro costero.

Su denuncia se basa en una crítica generalizada de los pescadores artesanales al proyecto: establece más restricciones para los pequeños pescadores que para la gran industria, impidiendo que una embarcación menor pesque en otra región, a diferencia de lo que sucede con los grandes buques pesqueros.

Además, la denominada ley Longueira, obliga a los pescadores artesanales a compartir sus caladeros con los industriales y no incluye las recomendaciones de ampliar la zona de exclusión de 5 millas hasta la costa para los buques pesqueros a todo el país. Actualmente, esta rije solo hasta Maullín, en la X Región.

Así, la nueva ley reduce el área de captura de productos marinos a una milla y cede las primeras 5 millas -muy ricas en animales- a la pesca industrial.

Pero sin duda, lo más grave del proyecto, es que establece que los derechos de pesca de las grandes industrias sean entregados a perpetuidad y pueden ser heradables. La ley vigente entrega en concesión derechos de pesca por 20 años. “La excusa es que es así para poder asegurar la inversión, pero eso es falso, además la inversión ya está hecha” dice Millaquén.

El proyecto de Fontaine establecía un sistema de licitaciones que Longueira anuló.

Además, señala el dirigente pesquero, las grandes industrias seguirán pagando solo por las patentes de su flota pesquera y no por el volúmen pescado.

“Con las nuevas patentes (de la ley) vamos a terminar pagando más que una empresa salmonera”, se queja. Y es que el proyecto de Longueira establece un mecanismo de cobro para los pequeños pescadores que fija el pago de 0,4 UTMs por metro cuadrado de bodega de una embarcación de pesca artesanal.

Con todo contra los chicos

Por otra parte, la nueva norma impide a los pescadores artesanales trabajar en otras regiones, a diferencia de lo que sucede con los grandes buques pesqueros, que no tienen restricciones en ese sentido.

Por ejemplo, hasta hoy, los pescadores de Chiloé pueden ir a trabajar a Aysén pagando una cuota mediante un convenio entre los gobiernos regionales de Los Lagos y de Aysén, una figura que la nueva norma elimina a pesar de que “los industriales pueden andar por todos lados, en este momento tenemos naves de la VIII (Región) pescando acá”, acusa Millaquén.

Además, la nueva norma divide a los pescadores artesanales por el tamaño de las embarcaciones, haciendo que las lanchas de más de 12 metros paguen de patente y exigiéndoles el uso de un posicionador satelital que vale, explican pescadores, más de un millón de pesos.

“No es un GPS, es un aparato que permite hacer un seguimiento en tiempo real. El fin de semana, el mismo subsecretario de Pesca (Pablo Galilea) dijo que si lo obligaran a ponerlo en su auto, no lo hace ni cagando”, cuenta Millaquén. Galilea, recordemos, fue el hombre que mandó a la conchadesumadre a un lonko mapuche que lo encaró en Puerto Montt.

Aunque las agrupaciones artesanales tuvieron más de un encuentro con Longueira, hoy se sienten defraudadas y creen que el posible candidato de la UDI es un hombre sin palabra. Esto, acusan, porque les hizo una serie de promesas que finalmente no incluyó el proyecto y las más de 50 indicaciones que ellos hicieron al documento fueron deshechadas en la comisión de Pesca de la Cámara de Diputados.

“El ministro Longueira promete algo y al rato lo borra. El populismo hay que dejarlo de lado y ser honesto”, dice Millaquén desde Quellón.

Según el pescador, los suyos no van a volver a zarpar hasta que sus demandas sean escuchadas y se modifique el proyecto que, de ser aprobado hoy por los diputados, tendrá que ser visto por el Senado antes de convertirse en ley.

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