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Opinión

31 de Agosto de 2012

“Nadie sabe que la idea de Los Prisioneros fue del Miguel”

Las películas que hablan de historias que todos conocemos -como el No- tienen el mismo efecto que los partidos de fútbol de Chile. Todos se sienten un poco árbitros. Todos se sienten un poco parte. Todos sienten que la película miente si es que no aparecen las cosas tal como uno las recordaba, el papá […]

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Las películas que hablan de historias que todos conocemos -como el No- tienen el mismo efecto que los partidos de fútbol de Chile. Todos se sienten un poco árbitros. Todos se sienten un poco parte. Todos sienten que la película miente si es que no aparecen las cosas tal como uno las recordaba, el papá de uno se las contó, la abuelita de uno bla bla bla y todos empiezan a usar conceptos tan raros como el de verdad histórica.

Matías Cruz, que abre el Festival de Cine de Valdivia con su primer largo, Miguel san Miguel -una película que se estrena en noviembre y que habla de Los Prisioneros antes de que se convirtieran en lo que fueron en la que el personaje de Miguel Tapia es el crucial- sabe eso:

-La gente ya tiene opinión de las imágenes que hay en internet de la película y dicen de todo: “la raja, quiero verla, se ve bacán” o : “no, son unos cuicos culiaos. No tienen nada que ver con Los Prisioneros”, o “Así no hablaban” o “así no es San Miguel” o “que excelente el casting” “que malo el casting” y ¿sabís? que en realidad sería ingenuo de mi parte pensar que la gente no tiene patrimonio sobre la historia porque esta historia es de Chile.

-Es una propiedad compartida, en todo caso-

-Sí. Y este es un punto de vista. La pelicula tiene un punto de vista tan claro que es un poco obvio.

-¿Cuál?

-Para decirlo en términos generales, queda más o menos claro quiénes son los malos y quiénes son los buenos.

-¿Por qué Los Prisioneros y no otro grupo? Los Tres, qué se yo…

-Yo creo que no hay otro grupo como Los Prisioneros. Ningún grupo se puede catalogar como ser la voz de una generación. Ningún grupo de rock de la popularidad de los prisioneros tiene tanto cariz político. Ningún grupo puede ser más asociado a la resistencia que los Prisioneros y, además, la historia es muy buena. Yo no sé como será la historia de Los Tres o cualquier otro grupo pero esta pequeña épica de un ciudadano de a pie se encuentra muy fácil en Los Prisioneros. Sobre todo en la historia del Miguel.

-¿Por qué pasaste de hacer una de Los Tres a una del puro Miguel, que además es el más piola?

-Hay dos motivos. O tres, si querís. Uno, porque es la historia menos conocida. Es lo que tu decis. Es el más piola. Nadie conoce la historia del Miguel. Eso me llamó a mi a querer saber qué pasaba con él. Nadie sabe que la idea de Los Prisioneros fue del Miguel. Y, desde el punto de vista de la dramaturgia, la historia más dramática es la de Miguel. Al que más se le metió la dictadura a la casa fue a Miguel. En su calle habían balazos. En su calle -frente a su casa- se levantaban barricadas. Frente a su casa aparecieron dos cabros muertos, los balearon frente a su casa, lo allanaron un montón de veces, estuvo detenido. Después hay otras situaciones familiares que no me parece que yo las comente y que no están en la película y también pasa que era el más pobre de los tres. Si bien estaban en el mismo liceo y estaban cerca, yo siento que en ese nivel las sutilezas son un mundo.

-¿En qué sentido?

-Si un compadre queda cesante en ese estrato es bastante terrible. Queda muy rápido en pelota. En el fondo son o fueron proletarios, lo que significa que no tenís patrimonio alguno. En algún momento Chile fue y sigue siendo un país de castas. Y en eso Miguel tuvo muy pocos recursos y, de los tres, sin duda fue el que tuvo menos.

-¿Y eso se nota en su rol en el grupo?

-Yo creo que el arte que ellos hicieron, y cuento al Miguel, al Jorge y al Claudio, es una expresión súper genuina e inocente incluso de lo que ellos vivían. Fue una épica no buscada. Y por eso digo súper genuina: porque no existe un interés político detrás de lo que ellos hacen o expresan. Los locos simplemente tomaron las cosas que habían a su alcance, hicieron la música y nombraron las cosas de las que estaban rodeados y sus vivencias, ¿me entendís?. El disco “Pateando piedras” ya no es así. Para mi, al menos. Yo creo que “Pateando piedras” es político. Tiene una opinion política. La voz de los ochenta es simplemente una expresión de lo que ellos vivían. Puta, a mi me duele la guata y hablo de eso en las canciones.

-¿Qué opinan ellos de esa lectura?

-No te sabría decir. No me acuerdo si conversé con ellos de esto. Es lo que rescato, es la impresión que me queda de las conversaciones. Además que eran muy chicos, cachai. No sé. En las primeras canciones no tenían ni diecisiete años y, sin importar tu formación o lo que sea, a menosque seai muy intelectual, a los 17 uno no anda en eso.

-Igual el contexto de la dictadura cambia las cosas.

-Todos los contextos cambian a las personas y el contexto del Miguel fue demasiado determinante. Pocas veces la vida real se puede poner tan dicotómica. Tan blanco y negro. Ahí era súper claro quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos para él. Tenís un estado que privilegia a otros y no a ti, y que despoja a tu familia de cosas y a otros les da cosas; y que va a tu barrio y mata a tus vecinos, y se los llevan en cana, y les quitan los discos. Pero, así, hoy un estudiante de un liceo fiscal también está súper determinado por lo que está viviendo.

-¿Por qué quisiste hablar de la adolescencia y no de lo que pasó después?

-Nunca me interesó esa otra parte. Siempre me interesó la cosa y no sé por qué pero me atraía cachar a Los Prisioneros antes de que fueran Los Prisioneros. Esa parte de los Prisioneros la encontré alucinante, la raja.

-¿Qué es lo fascinante?

-Lo de cumplir un sueño difícil. Hay pocos ejemplos tan claritos. Imagínate botarte a artista en la primera mitad de los ochenta y siendo pobre. El Miguel me contaba unas hueás de que su viejo quedó cesante porque la fábrica quebró con todo lo de la depresión económica y esa ola le pegó al papá del Miguel, y nunca más tuvo trabajo. Nunca más. Entonces en ese momento que el padre queda cesante, y la casa la pagaban dos hermanos del Miguel, y este loco no era músico, no sabía tocar y estaba decidido en lo que quería hacer: un grupo de rock. En ese momento no exsitía la hueá de tener un grupo de rock, vivir de eso, cantando cosas en español, y cosas propias. Era absurda. Eso es fascinante.

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