Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

6 de Octubre de 2012

Venezuela: la novedad de no saber quién va a ganar

Vía BBC Mundo “Ésta es la primera vez que Hugo Chávez va a unas elecciones”, me dice un conocido encuestador venezolano y me explica que estos son los primeros comicios de la “era bolivariana” en el que los resultados no están definidos de antemano a favor del presidente. Dicho esto hace una pausa, mira a […]

The Clinic Online
The Clinic Online
Por

Vía BBC Mundo

“Ésta es la primera vez que Hugo Chávez va a unas elecciones”, me dice un conocido encuestador venezolano y me explica que estos son los primeros comicios de la “era bolivariana” en el que los resultados no están definidos de antemano a favor del presidente.

Dicho esto hace una pausa, mira a lado y lado y por último me pide que no lo identifique, no en esa declaración, porque dice que no quiere salir vapuleado en el polarizado debate político venezolano.

Las cosas en Venezuela siguen extremadamente divididas y polarizadas, como ha sido la característica de los tiempos del presidente Chávez, pero quien regresa al país percibe cambios notables.

El principal es que el otro polo de la ecuación política venezolana tiene hoy una cara mejor definida que presentar. Chávez no “corre solo”, como solía suceder. Tiene al frente un contrincante más duro de lo que muchos esperaban, incluidos muchos dentro de la propia oposición.

La irrupción en la escena electoral de Henrique Capriles Radonsky cambió el ánimo entre quienes llevan casi década y media adversando al carismático jefe de la llamada Revolución Bolivariana.

Optimismo generalizado

Para quienes hemos cubierto los eventos electorales de la era del chavismo, es notable el cambio de ambiente que se respira en las calles de Caracas, donde el optimismo parece generalizado.

Independientemente de tendencias o encuestas (que la ley venezolana prohíbe publicar en la semana previa a la votación) ambos bandos tiene confianza y fe en que el resultado de los comicios del domingo 7 de octubre le favorecerá.

El chavismo siempre ha sido optimista y sigue siéndolo porque esta acostumbrado a su arrollador éxito electoral de la mano de un líder que se ha proyectado como “invencible”. Pero ahora la oposición empujada por Capriles también se une a las filas de los optimistas que reflejan los estudios de opinión.

Los opositores parecen haber abandonado el derrotismo –o su otra cara: el triunfalismo sin fundamento- con el que solían acudir a las justas electorales.

Me ha llamado la atención recorriendo diferentes lugares de la capital venezolana estos últimos días cómo en el debate entre simpatizantes de Chávez y simpatizantes de Capriles había intercambio de ideas y no de simples slogans electorales o de insultos, como tantas veces he presenciado en Venezuela.

Es cierto que también hubo violencia inédita durante la campana, incluida la muerte en un enfrentamiento de tres activistas de Capriles durante un acto de electoral en el estado Barinas, cuna del presidente Chávez.

Pero en las calles se percibe un incipiente diálogo político entre bandos, cosa que no ha existido en la Venezuela de los últimos años ni siquiera a nivel institucional donde gobierno y oposición simplemente no se hablan.

No más “Chávez vete ya”

En esta campaña la oposición parece haber ajustado los puntos que en el pasado caracterizaron su derrota: encontró un líder creíble y carismático que insufló pasión al trabajo político y en torno al cual logró articular un discurso político más allá del desesperado “Chávez vete ya”.

Antes los opositores no tenían quien les hablara, literalmente. En los muchos actos multitudinarios que el “antichavismo” convocaba, una constante era la falta de alguien que rematara retóricamente la jornada y dejara a las masas la sensación de misión cumplida.

Capriles, sin ser un orador que pueda ufanarse de las artes comunicacionales de Chávez, mas bien lo contrario, ha logrado empaquetar un mensaje simple que por primera vez ha puesto de manera efectiva los planteamientos de la oposición al nivel de los problemas sociales del colectivo.

En las calles de Caracas se percibe un comienzo de diálogo político entre oficialismo y oposición. Incluso el “ahora o nunca”, que solía ser el argumento último de los opositores en su desesperación por tratar de desalojar a Chávez del poder, no ha estado presente en la fase final de la campaña electoral.

No es que los opositores no sientan la urgencia de una victoria electoral, pero su renovada dirigencia ha abandonado el tono apocalíptico con el que siempre terminaba implorando a sus seguidores salir a votar en vísperas de los comicios.

Dos fenómenos

Si bien Capriles es la sorprendente novedad y para algunos hasta el “fenómeno” de estas elecciones, Chávez sigue siendo el polo dominante de la política venezolana.

Pese al desgaste que es natural esperar en un líder que lleva casi 14 años en el poder y pese al cáncer –ya superado, según el diagnóstico oficial-, el aspirante a su tercera relección sigue desatando el fervor de sus seguidores.

De hecho, el que el mandatario venezolano pueda llegar a estos comicios con confianza en su ratificación es de por sí un fenómeno político, cuyas claves seguramente querrían copiar muchos mandatarios de todo el planeta que ven impotentes cómo sus estrellas declinan irreversiblemente apenas logran el poder.

Pero Chávez no ha estado acostumbrado a compartir el escenario político con nadie, mucho menos con la tradicionalmente fragmentada y acéfala oposición y por eso en la recta final de la campaña parece haberse empeñado un poco más.

Independientemente del resultado de los comicios del domingo 7 de octubre, cualquiera de los bandos que resulte vencido podrá ofrecer a la dinámica política venezolana una oposición con cara bien definida como no ha tenido en la última década.

Temas relevantes

#Capriles#Chávez#Venezuela

Notas relacionadas