Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Poder

16 de Octubre de 2012

Temporada de obispos: la crisis que se avecina en la Iglesia

Lo que la Iglesia venía temiendo en las últimas semanas se hace realidad: el escándalo que acaba de dejar a Iquique sin obispo amenaza con replicarse en la Quinta región. El ex seminarista que a comienzos de año denunció al obispo Gonzalo Duarte y otros altos cargos acaba de formalizar ante la justicia sus acusaciones.

Por



Foto: Alejandro Olivares

En poco más de una semana, la Iglesia chilena vivió su propio vía crucis. Días agitados marcados por una avalancha de acontecimientos que se sucedieron casi sin interrupción: la carta pastoral de los obispos, la fuerte crítica del obispo Goic al modelo neoliberal, la muerte de Pierre Dubois, la polémica con las víctimas de Karadima por la ausencia de gestos de reparación, la denuncia de abuso sexual contra el obispo Marco Antonio Órdenes y la entrevista de Mariano Puga en nuestro pasquín que sacó ronchas al interior de la Iglesia. Todo mal. Una verdadera semana negra.

Pero la mala racha no terminó ahí. La mañana del viernes, en el Juzgado de Garantía de Valparaíso, se presentó una querella por los delitos de sodomía -vigente cuando sucedieron los hechos-, abusos de poder, asociación ilícita, tortura y manipulación ideológica en contra de quienes resulten responsables en calidad de autores, cómplices o encubridores de estos delitos. La presentó el estudio Ciaffaroni Lex, a través del abogado Carlos Gutiérrez, en representación del ex seminarista Mauricio Pulgar, quien acusa a varios sacerdotes de la Iglesia católica de Valparaíso.

Pulgar, quien se paseó a principios de año por varios medios de comunicación exponiendo su caso, detalló en el documento judicial que, siendo seminarista del Pontificio Mayor San Rafael de Los Andes, fue víctima de actividades de connotación sexual -besos, manoseos, absolución con la cabeza cerca de los genitales de su confesor-, y que habría sido drogado y violado por el presbítero Humberto Henríquez luego de abandonar el seminario. El ex seminarista, y actual pastor protestante, denunció además asociación ilícita y encubrimiento de varios sacerdotes de la Quinta Región -José Olguín, Mario Lisperguer, Jaime Da Fonseca, Mauro Ojeda y José Donoso-, quienes estuvieron al tanto de los hechos y no hicieron nada para remediar los abusos, al igual que otros dos peces gordos de la Iglesia: Gonzalo Duarte García de Cortázar, actual obispo de Valparaíso, y el cardenal Jorge Medina.

Pulgar entabló una protesta formal en la Iglesia en el año 1993, denunciando los abusos a los que fue sometido. Él afirma que eso derivó en una sanción en su contra y una cita obligatoria al sicólogo. La orden fue emitida por el sacerdote Mauro Ojeda y visada por Jorge Medina Estévez. Duarte, asegura Pulgar en la querella, desde entonces lo habría presionado para conversar temas relacionados con sexualidad, indicándole que tenía problemas de afectividad. En el documento, además, cuenta que habría sorprendido al actual obispo de Valparaíso besando en la boca a un seminarista en la biblioteca del Pontificio Mayor.

Si bien la querella recién se ha entablado y todavía no existe investigación en curso, las denuncias de Mauricio Pulgar terminan por coronar la semana más negra de la Iglesia católica en los últimos años.

OBISPOS

La renuncia del obispo de Iquique, Marco Antonio Órdenes, acusado de abusos sexuales por Rodrigo Pino, pegó directo en el obispado, que hasta entonces se mantenía incólume. La caída de Órdenes se tramitó básicamente por la prensa.

Ahora, con el caso de Pulgar en la justicia, se agrega el nombre del actual obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte. Si bien la acusación no es por abusos sexuales, pone en tela de juicio al menos su orientación sexual y comportamiento, lo mismo que afectó tan crudamente a Órdenes.

También abre un flanco a las especulaciones, en una coyuntura especial para la Iglesia: la renuncia de varios obispos que cumplen 75 años y que deberían dejar sus diócesis. Algunos incluso ya han presentado las cartas respectivas, tal como lo exige el código de derecho canónico. Entre los obispos que están en edad de jubilar se encuentran: Gaspar Quintana (Copiapó), Camilo Vial (Temuco), Luis Gleisner (Auxiliar, La Serena), Enrique Troncoso (Melipilla) y el caso excepcional de Iquique, donde se acaba de nombrar un obispo interino.

Esta situación tiene incómoda a la feligresía, que no sabe quién va a llegar. Si el nuevo será de la misma línea que el anterior, o un integrista, alguno cercano al Opus Dei o a la “casa” de Ezatti. La incertidumbre es alta en la comunidad y en algunas diócesis se ha manifestado. El cambio, en esos lugares, no sería cosa de edad. Valparaíso y San Felipe son esas zonas.

En el puerto, un círculo de ex seminaristas se encuentra ad portas de presentar una declaración judicial –con sus testimonios certificados ante notario- en contra del obispo Duarte y la curia de la V región.

En San Felipe, el cuadro es otro: el obispo Cristián Contreras Medina desde el año pasado ha sido cuestionado por parte de la feligresía. Incluso ha circulado profusamente una carta titulada “Análisis de la coyuntura político-eclesial. Diócesis de San Felipe: ¡Conviene escuchar!”, que en uno de sus párrafos señala que “se viven situaciones muy delicadas de distinta índole y conocidas, al menos, por personas bien informadas en materias de Iglesia, creando esos graves hechos intraeclesiales, escándalo, incertidumbre y confusión. Se espera, a la brevedad, un pronunciamiento de la Conferencia Episcopal ante esta anómala situación. Como consecuencia directa de lo anterior existe un sentir extendido de que pronto se nombrará un nuevo Obispo”. Al final de la carta, se especifica que “circulan en San Felipe y otros lugares una serie de rumores, trascendidos y comentarios sobre supuestos actos o conductas reprochables de algunos personeros de la Iglesia local. Mientras no exista una Declaración del Obispado, la Conferencia Episcopal o la Nunciatura Apostólica, no opinamos sobre esos “rumores” sean estos fundados o no”.

Los trascendidos de los que no da luz el documento, según algunos laicos entendidos en la materia, tendrían relación con un viaje a Europa del obispo Contreras, acompañado de un estrecho colaborador. Situación que, aseguran otras fuentes, habría sido morigerada por la curia mercedaria en Roma. Días difíciles en la Iglesia. Días difíciles para Ezatti, que se encuentra en Roma inaugurando el año de la Fe.

Notas relacionadas