Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

30 de Diciembre de 2012

La ciencia de lo que nos molesta

La vida cotidiana puede estar llena de fastidiosas distracciones: personas que hablan por teléfono en voz muy alta, otras que hacen mucho ruido al tomar sopa o larguísimas esperas por vuelos o trenes retrasados que nos sacan de quicio. Joe Palca, especialista científico de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, explica las razones científicas […]

Por

La vida cotidiana puede estar llena de fastidiosas distracciones: personas que hablan por teléfono en voz muy alta, otras que hacen mucho ruido al tomar sopa o larguísimas esperas por vuelos o trenes retrasados que nos sacan de quicio.

Joe Palca, especialista científico de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos, explica las razones científicas de algunas de las cosas que más molestan.

¿Por qué produce dentera el sonido de las uñas al raspar un pizarrón?

Algunas investigaciones científicas se fijaron en esta sensación desagradable que produce este sonido, pero no parece que tenga algo que ver con su frecuencia.

Sí, en cambio, tiene que ver con la aspereza, que es una cualidad de algunos sonidos que hace que su amplitud suba y baje rápidamente.

Las variaciones impredecibles de esta amplitud son la causa de que este ruido sea tan molesto.

La pregunta es, ¿por qué eso nos fastidia? Una de las ideas es que una amplitud similar aparece en el grito de un bebé (o de un adulto) así que es posible que se tenga la misma sensación que al oír el grito de una persona.

¿Por qué nos molesta oír una conversación telefónica ajena?

Una conversación por celular ajena es la quintaesencia del fastidio moderno. Nuestras mentes no son dispositivos de escucha pasiva. Escuchamos activamente y esperamos cierta cantidad de información de lo siguiente que oímos.

En cualquier diálogo, siempre anticipamos la próxima palabra. En una conversación telefónica ajena no podemos hacerlo ya que sólo oímos la mitad de la charla. El cerebro escucha y escucha, y luego cae en un “precipicio cognitivo”: queremos saber cuál es la próxima palabra pero no hay forma de conocerla.

¿Por qué la persona que amamos puede ser también la más molesta?

Por cada atributo social o emocional positivo hay uno negativo. Si inicialmente nos gusta alguien porque es muy amable, ignoramos el costo social de ser muy amable, que a veces significa que alguna gente se aprovecha.

Nos puede molestar entonces cuando ella o él se queda siempre trabajando hasta tarde o ayudando a sus amigos. O elegimos a alguien fuerte y estoico y después nos quejamos porque nunca comparte sus emociones.

La razón es que ignoramos el costo social de estos comportamientos en las primeras citas porque vemos el mundo color de rosa. Más tarde nos damos cuenta de lo que implica eso que antes nos gustó y ahí es cuando empieza a ser molesto.

¿Molestar puede ser una ventaja?

Los atletas a veces fastidian a sus oponentes como un truco para sacarlos del juego. El ejemplo más famoso es el de Zinedine Zidane, que le propinó un cabezazo a Marco Materazzi después de que éste le hiciera comentarios ofensivos (en la final de mundial de 2006). No trataba de insultarlo, sino de molestarlo.

Psicólogos deportivos dicen que la gente hace esto todo el rato, tratan de fastidiar para sacar de quicio a sus rivales.

¿Qué parte del cerebro se activa cuando algo nos molesta?

En un estudio reciente se pidió a los participantes que realizaran una tarea y poco después los investigadores, para molestarlos, se quejaron de que no lo estaban haciendo bien.

Pudieron ver que parte del cerebro afectada era el cortex del cíngulo anterior. Este área del cerebro es la compuerta que permite a las emociones entrar en el cortex y actuar sobre ellas de forma racional.

Hubo un tiempo en que los neurocirujanos realizaban cingulotomías, es decir, quitaban esa parte del cerebro, generalmente para aliviar el dolor. Se encontró que las personas que habían sido sometidas a esta operación no se molestaban tanto como otras.

 

Temas relevantes

#ciencia#Disgusto#Molesta

Notas relacionadas